Entre hayedos y robledales hallé un río, escurría sus orillas entre los musgos y las hojas secas. Al acercarme a beber saltó, brincó brillante aguas arriba, a contracorriente, y tras él chapoteaba un oso que de un manotazo lo pescó. A todas estas debajo de una vieja encina una manada de jabalíes y oseznos se hartaban de bellotas.
El urogallo cantó al ocaso, la bruma cabalgaba hacia el sur, la brisa fresca enfriaba las mejillas de la chiquilla que divisando en lo alto de la loma a La Pintada y a Coleta, les silbaba. Quinientos kilos de peso rodaron, trotaron prado abajo mientras balanceaban sus ubres presumiendo de hermosas.
Es una tierra donde los valles se visten de verde y las coronas de las montañas se desmelenan pelirrojas en otoño.
Es una tierra donde se hoyan minas, y la gravilla negra arrebatada a sus entrañas oscurece los poros del río, de los caminos, de los corazones, de la piel del minero...
Una iglesia románica reposa en la huerta, custodia el templo con piedras que sisean hace tanto...
Cuando los ríos desembocan en el mar, se abrazan, mezclan sus aguas dulces y saladas. El mar es de color azul fiero, y embiste a las pretensiosas avenidas y a los acantilados que se interpongan a las olas saltando estas blancas y espumosas como nubes que fueron.
Es una tierra lejos de la mía, huele a hortelana, a manzana fermentada, y sus cumbres recuerdan al horizonte de mi niñez, cuando soñaba que me esperaba.
Una manada de caballos se escabulle en el bosque como el viento en un trigal. El lobo acecha desde la frontera.
Dácil que bello texto, es como si me cogieras de la mano y me llevaras por los senderos que describes.
ResponderEliminarPrecioso.
Dácil, con tus textos ¿Quién diría que vives en una ciudad? "huele a hortelana, a manzana fermentada" hasta mi pantalla llegan esos olores, las imágenes rurales que siempre nos regalas.
ResponderEliminarGracias por sacarnos del cemento, del olor a gasolina y del asfalto.
Gracias Inma Y Francisco. En verdad es un texto homenaje a las lugares más nobles de Asturias, a la que visité hace algunos días. Me gustó mucho también la calidad de su gente, y como no, de sus comidas.
ResponderEliminarBs
Dacil, me has transportado a un viaje a pie por el Pirineo, un verano de hace muchos años. Casi he podido respirar aquel aire una vez más . Gracias por este texto
ResponderEliminarHermoso texto. Bien jugada la aliteración de ese sonido que en algunos casos ha dejado de ser letra... Con emoción, seguro, lo leerá quien me ha enseñado algunos de los secretos de esa tierra que, como en un cuadro impresionista, nos has traído hasta aquí.
ResponderEliminarTu amor a la naturaleza, de nuevo, queda plasmado en estas líneas.
Pintura preciosa.
Esta mañana tempranico, te dejé mi comentario, en el que te felicitaba por el escrito y por el viaje.
ResponderEliminarPero poco después, ha venido el técnico informático a arreglarme algo que no se ni como se llama, y con las prisas, o no lo he publicado bien o al manipular se ha borrado.
Da igual, Dácil, felicidades por la descripción maravillosa del paisaje asturiano, y por tu estupendo vieja.
Besicos.
Ah, claro Asturias, ya me parecía a mí...Muy bien Dácil.
ResponderEliminarUn beso.
Y encima, escribo vieja, en vez de viaje, anda que llevo un día...
ResponderEliminarUn texto delicioso, digno del mejor libro de viajes. Te transporta a esos lugares maravillosos de Asturias, te toca el corazón.
ResponderEliminarEnhorabuena, Dácil
Qué suave tu texto, apetece visitar ese lugar, sumergirse en la brisa, en esos aromas mezclados en origen. Así deberían escribir las guías de viajes.
ResponderEliminarBesos, Dácil
Desde que lo leí el otro día no he sabido que decir. Pero realmente me ha impresionado, me ha gustado mucho, tanto como para comérmelo, por ser un texto delicioso, como dice Ana. Creo que es uno de tus textos que más me han gustado:colorido, detallismo e impecable ejecución, como bien dice Amando,un cuadro impresionista. Eres una artista de los paisajes y la naturaleza y sabes conferirle una atmósfera poética que le da profundidad a ese texto como si fuera un cuadro. Realmente me confundes, no sé si eres escritora o pintora.
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