29 noviembre, 2010

Huir




C
laro que pensó en huir, harta de padecer la torpeza de los golpes de esa especie de marido colérico, de pésimo vino y borbotones de sevicia. También pensó en huir cuando su hijo cayera muerto por una bala perdida, entre los cohetes y petardos detonados por los chicos y adultos del barrio, después de transcurridos veinte minutos del año nuevo.
Pensó. Hasta que dejó de hacerlo. Después de veinte años la vieja sigue, loca, letárgica. Sigue huyendo.

Texto: Rolando Revagliatti

12 comentarios:

  1. A veces, la vida te obliga a huir, de una forma u otra, desde el miedo, el dolor o desde la locura.
    Muy bueno.
    Bienvenido a La Esfera, Rolando

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  2. Siempre siempre, siempre. Mañana, mañana, mañana lo hago. El vicio del posponer todo. La defecto de la cobardía, la poca valentía de cambiar.
    Bienvenido a La Esfera.

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  3. No era huir lo que tenía quehacer , sino marcharse, con premeditación y alevosía y tranquilidad.
    Recomenzar y empezar a quererse y cuidarse, pero, como dice el editor: lo dejo para mañana de mañana , de mañana.

    Un saludo Á.

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  4. Golpes de la vida que se pueden aceptar o sucumbir con ellos. La pena del que no puede ni quiere.Buen texto.Rolando también te doy la bienvenida.

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  5. Rolando, con un estilo rápido e impecable, entras en un tema del que se habla poco, del que se piensa poco. No sólo las víctimas lo son cuando mueren, o cuando sufren graves heridas físicas. La mente sufre, la mente puede llegar a desgarrarse, como la piel. También te doy la bienvenida.

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  6. ¡Tengo que hacerlo, de mañana no pasa!, pero pasa mañana y pasado, y dudas y piensas, tal vez se arregle, y sabes que tienes que hacerlo, pero eres cobarde. Y cuando por fin te decides, surge la pregunta, ¿Huir adónde?

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  7. Sin duda hay muchas formas de huir, también la de huir de nosotros mismos, abandonándonos a nuestra suerte. Buen texto. Bienvenido Rolando.

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  8. Debía haberlo hecho, se había ganado el descanso eterno, nunca la locura desesperada.
    Me ha gustado mucho Rolando.

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  9. Si tan solo pudiésemos procastinar la procastinación.

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  10. Huir, que tentación, que improductiva y cobarde tentación, ¡qué locura!
    Muy bueno, Rolando.

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  11. Toda mi gratitud a quienes han opinado o reflexionado sobre mi microrrelato, a quienes me brindan la bienvenida a esta propuesta-e, a los responsables de la misma. Llegue mi saludo más cordial desde la declinante primavera de los Buenos Ayres.

    http://rolandorevagliatti.blogspot.com

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