Puta vida, ¿Cómo quieres que siga dando la cara por ti?, si cada día me apuñalas. No tienes misericordia conmigo y te ensañas sobre mi existencia de forma encarnizada y sangrante. ¿Cómo quieres que predique tus maravillas y tus colores? Vida injusta, vida caprichosa, que solo abusas de aquellos que no te babosean, de los que no se arrastran, de aquellos que no te temen... Arremetes contra mí, poniéndome pruebas insuperables, que son zancadillas insalvables para aquellos que mendigan vivir, pero que en mi caso solo son piedritas en el camino bajo mis ansias de gozar y sentir. Me regalaste la existencia y pretendes que la hipoteque bajo un existir de subordinación. ¡Quiero vivir!, adoro vivir, respirar y gozar con el pálpito de la vida. Soy un vividor y también un superviviente de tus antojos de niña caprichosa. Puta vida. ¿Cómo quieres que publicite lo excitante que resultas? Eres la que sostiene las riendas, lo sé, eres la que tiras de ellas hasta hacerme daño y sangrar, lo se, pero este caballo al que cada día castigas más, sangra fustigándome a tu antojo sin piedad. Me la tienes jurada por mi rebeldía, por mi empecinamiento en no darte la razón. Quieres demostrarme que tú eres la vida, la razón de esta novela, la que manda… pero yo vivo, me gusta vivir y que no soltaré lágrima alguna por tus cornadas. Te juro que no me quitarás las ganas de trotar, pues ya no puedo correr, seguiré latiendo por encima de tus caprichos… No te apoderarás con tus cabronadas constantes de que disfrute siendo protagonista de mi novela.
Ten cuidado vida con quien te la estás jugando, ¡voy a por ti!. Hoy te has superado en tu maldad. Te quitaré la vida, te quitaré de mi existencia y partiré a vivir sin el sufrimiento al que me sometes y al que yo soy insensible.
Texto: Francisco Concepción Álvarez (FranCo).
Narración: Jose Francisco Díaz-Salado.
Narración: Jose Francisco Díaz-Salado.
Es un texto duro, que rezuma rebeldía y fuerza. Solo no comprendo por qué hoy, precisamente hoy, la vida se ha superado en su maldad. Supongo que hay alguna clave secreta que se me escapa.
ResponderEliminarEn cualquier caso, leerlo da ganas de vivir a tope.
Si hay que elegir bando, me pongo del tuyo. Las niñatas caprichosas no van conmigo. El texo, aunque sangre, me parece una explosión de sentimientos en toda regla.
ResponderEliminarBesos siempre regateando los malos momentos.
Tremendo, podría ser la palabra, parece que sufres, sin embargo, como bien dicen, despierta ganas de vivir. Regalazo de los tuyos. Derecho al pataleo.
ResponderEliminarComo siempre me haces pensar FranCo.
Querido amigo…me lo decía mi padre: “la puta vida es un saco de caracoles y cada uno saca los cuernos por donde puede”. Sólo espero que sea un magnífico texto para hacernos reflexionar y que no haya realmente nada que te provocara sentarte a contarlo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Estamos de enhorabuena con esta literatura de aristas precisas y contundentes, esta literatura que parece un puñetazo sobre una mesa y que nos despierta de la modorra de un día de invierno.
ResponderEliminarEn el fondo se trata de un grito revolucionario.
No obstante, como Flamenco y Ana, espero que no se trate de un pedazo autobiográfico.
Magnífico.
Sí señor!!. No podrá con nosotros!!. No. Nos merecemos vivir y vencer!!. Me has dado ganas de seguir viviendo FranCo. Pero vivir MI vida!!. Un abrazo,
ResponderEliminarFranco, yo añadiría: puta vida, no te librarás de mí, gozaré contigo hasta ponerte celosa, luego ya no querrás vivir sin mí. Besos
ResponderEliminarRealmente soberbio. Resulta un texto con fuerza, sorprendente, como una explosión de rebeldía en esa relación pasional entre el yo y la existencia, la vida. Conociéndote, o al menos habiéndote escuchado recitar, deduzco que no es un texto para leer sino para escucharte, eso aún seria mejor, sin duda. Imagino que sería mucho pedir que lo grabes, creo que el lector se llevaría una grata sorpresa. Definitivamente, FranCo, no tienes remedio, eres un vividor, un ejemplo a seguir, pocos como tú le saca tanto jugo a la vida, no me extraña que ella esté tan caprichosa y loca por ti. Ehnorabuena
ResponderEliminarAna J., no hay clave secreta. No busques más. Creo que en el texto se ha derramado mucho. Y HOY era el día. Simplemente HOY la vida ha sido cruel. Pero estoy seguro que será más cruel en otra ocasión superándose. Pero HOY está escrito. HOY
ResponderEliminarPor cierto, he pulido un poco el texto. Había sido escrito del tirón y no le había pasado la lijadora. Tampoco lo he dejado en barbecho. Cosa que te extrañaba de mi escritura según me has contado.
Inma, si crees que sufro es un síntoma de buena literatura. Ya sabes que un escritor es un embaucador mentiroso. No creo que te haga pensar. Tu ya vives pensando. Gracias
ResponderEliminarFlamenco, recuerda que los cuernos nunca han estado bien vistos. Creo que hay que esconderlos.
Amando, escribir estos textos hay que escribirlos en primera persona. Ganan en contundencia. Espero que cuando hable/escriba de asesinar no me lleven preso. Gracias por tus elogios
Miguel Ángel, pienso que estamos en la vida para vivir. Y debemos hacerlo por encima de todo. Es una opinión personal.
ResponderEliminarÁngeles Jiménez, esa es la línea de este texto. Lo malo es que no puede vivir sin mí (protagonista del texto), y por ello me intenta putear, para que doble la rodilla y babee ante ella. Eso nunca.
Marcos, he recitado pocas cosas, pero igual un día me animo. Igual en algún recital al que nos inviten.
ResponderEliminarGracias por los adjetivos regalados. Son para mí y no pienso compartirlos con esta puta vida que tanto me gusta. Esta vida es como ir de putas, las odias pero te gustan. Eso me han dicho.
Es el grito de uno que quiere seguir trotando.
ResponderEliminarNo podemos quedar indiferentes.
Curioso que uno de los textos más viscerales sea justo uno de los que no dejas en barbecho.
ResponderEliminarTal vez necesitaba de esa espontaneidad que rezuma.
Un abrazo
Texto que te levanta el alma de asiento, que vapulea el corazón y las carnes marchitas.
ResponderEliminarNecesitamos textos como estos, en La Esfera y en nuestra vida.
Es una oración. La rezaré todas las noches.
Qué no se atreva la vida a contradecir, que la escachamos, vanidosa empedernida. Faltaba más. Uf, como enfada la niña esta caprichosa. ¿Habrase visto otra vida que esta? No quedará más remedio que aguantarla, tirar de ella, aunque tal vez tenga misterios que ofrecer...
ResponderEliminarGracias
La verdad es que tu último escrito, no ha dejado indiferente a nadie.
ResponderEliminarYo lo escuché anoche, y me impresionó, creo que es FranCo en estado puro.
Me gusta mucho eso de "Ten cuidado vida con quien te la estas jugando..." A veces es más fácil dejarnos vapulear y luego lamentarnos de lo injusta que es la puta vida.
Felicidades por este soberbio texto.
Uff!Es un texto visceral, escrito con todo el fuego que enciende y consume la vida. Me ha encantado.
ResponderEliminarEnhorabuena también al narrador.
Saludos.
Gracias María. Gracias Sara,
ResponderEliminarcuando uno escribe desde las vísceras, desde el colon y desde el intestino, salen este tipo de textos. No creo que resulte meritorio.
Garcias José Francisco por realzar el texto como solo tu sabes hacer.
FranCo.
Y vuelve la Voz, para gritar este texto tan fuerte de FranCo, para recitarlo, para rezarlo ( me refiero a varios comentarios hermosos).
ResponderEliminarEnhorabuena a ambos, FranCo y la Voz.
El texto ya es por sí sólo un puñetazo en el estómago a la caprichosa vida. Con la voz de José Francisco hacen un maridaje perfecto.
ResponderEliminarEstupendo tándem.
Anabel