Cuando morí anoche, no me acordaba que vivía en un sueño, mi refugio, el lugar donde mi imaginación descansa sin dejar de sonreír, donde mis emociones se burlan de la realidad, como si estuviesen ebrias y excitadas, donde el cuerpo se libera de las líneas que lo encorsetan y se difumina, volviéndose etéreo y perdiendo esa pesadez que lo hace sólido. Sin ningún tipo de tratado, yo renuncio a cualquier forma de luchar contra mí, extendiéndose una tregua de largos veranos.
Pero anoche, sin previo aviso, se abrió la puerta de la libertad y una luz barrió toda mi esencia, proyectándose sobre la superficie del espejo, como un vendaval lleno de furia y rencor. De pronto todo quedó en medio de una oscuridad silenciosa y fría. El tiempo se congeló, el espacio se deshizo como si nunca hubiese estado allí y el tic-tac del viejo reloj enmudeció.
Anoche, cuando morí, desaparecí para siempre en el preciso instante en que desperté.
Narración: Jose Francisco Díaz-Salado
Narración: Jose Francisco Díaz-Salado
Anoche, cuando morí, desaparecí para siempre en el preciso instante en que desperté.
ResponderEliminarQué bueno!!!
El mundo de los sueños al descubierto.
Me encanta, Marcos
Me gusta ese protagonismo de lo soñado, que muere cuando despierta el soñador. Muy bueno, Marcos.
ResponderEliminarUn saludo.
Sigue soñando, Marcos en este espacio de libertad, de risas y sonrisas que te inspiran buenos textos.
ResponderEliminarDesaparecer con el despertar de un sueño... vale la pena seguir viviendo en sueños momentos como el que he disfrutado con tu texto. Y luego, tardar en despertar. Que no suene el despertador...
ResponderEliminarVersos en prosa. Exquisito.
Gracias a todos, amigos, Ana, Sara, Catherine, Miguel Ángel por sus comentarios. Se me cae la cara de verguenza pensar que aún no he comentado los post que se han ido publicando en La Esfera y, en cambio, si me comentan los míos.
ResponderEliminarLo confieso soy un caradura, un gandul... pero aparte de todo eso les aseguro que si leo los post y me encanta en general, pero estoy últimamente disperso entre tareas que no puedo afrontar a la vez.
Abrazos
Como echaba de menos estos escritos de Marcos donde la imaginación es la protagonista, y donde sus palabras se hacen casi verso para transmitir un sueño. Leerte es nuestro sueño.
ResponderEliminarEnhorabuena amigo
Me ha gustado. Y sabes, una vez soñé algo similar, duró también unos instantes... menos mal que desperté y era de día.
ResponderEliminarAbrazos
Felicidades de antemano: Que hermoso sería morir, para vivir un lindo sueño. Me ha encantado, que fácil y placido es leerte. Enhorabuena y gracias por compartir tu sueño.
ResponderEliminarUn saludo muy cordial. Se feliz.
Digo lo que Inma, se echaban de menos estos textos tan imaginativos, con tantos bucles, vueltas y revueltas...
ResponderEliminarEste realismo poético y mágico, donde hay que leer casi del mismo modo en que se lee la poesía, liberándonos hasta donde podemos de la esclavitud de la razón.
Fantástico, Marcos, fantástico.
Anoche cuando leí, desperte de nuevo a tu literatura y disfruté.
ResponderEliminarGracias por tus letras Marcos.
También llego tarde, pero la dicha, en este caso es buenísima! Un texto tan imaginativo y soñador merece varias lecturas.
ResponderEliminarMe ha encantado, Marcos.