22 diciembre, 2010

Castañas asadas


Debajo de mi casa siempre colocan un pequeño quiosco de castañas asadas, bien adornado con una chimenea que apunta directamente a mi ventana, inundando las noches de olor navideño. Es el pistoletazo de salida, la señal de inicio que despierta mi espíritu.
Adornar la casa, invitar a los amigos, pensar en los regalos, preparar la cena de Navidad. Nada puede faltar, la ilusión contagia a todos y esperamos con ansia la venida de la familia el día de Nochebuena.
El abuelo es el primero que llega, con su boina hasta los ojos y su andar achacoso, su arrastrar de pies y su inigualable humor.
Llama con el bastón a la puerta y cuando abrimos nos felicita con el mismo villancico desafinado de letra inventada y música pegadiza. La abuela se queja de su falta de oído y de originalidad. Los pequeños lo miran con ternura y corren abrazándose a sus piernas haciéndole perder el equilibrio.
Les riñe con gusto para que no terminen tirándolo de bruces al suelo y todos ríen contagiando de calor y alegría el ambiente.
Luego llegan los tíos, todos juntos, quedan en el zaguán y no se deciden a subir hasta que aparece el último, dieciocho en total. Colman la casa de regalos y fiesta.
Mi madre lleva todo el día en la cocina preparando y adornando platos exquisitos que desbaratan en un segundo, nada más entrar por la puerta.
Ella se desespera pero, en el fondo, los elogios al delicado sabor de su comida la llena de felicidad.
Yo contemplo la escena, intento empaparme de ella, cada segundo lo plasmo en mi pupila, para que no se me olvide, para aprenderme de memoria cómo son mis gentes, porque no quiero que esta tradición muera cuando sólo queden recuerdos. Me gustaría conservarla con el paso de los años, de las generaciones, que mis hijos disfrutaran de la unión, que no añoraran nunca el calor de la familia, que la Navidad sólo cambie rostros, pero que conserve ilusiones.
Me gustaría que todos los años oliera a castañas asadas por Navidad.

8 comentarios:

  1. El olor a las Castañas estará siempre ahí. Las ilusiones permanecerán siempre y cuando haya personas que quieran conservarlas. Las generaciones se retroalimentan de lo vivido y hacen girar una inmensa rueda de alegría, deseos de revivir tradiciones, disfrute de la compañía de los seres queridos,... Por eso, Inma, tu deseo se cumplirá. Un saludo y FELIZ NAVIDAD.

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  2. Desde hace un par de años (quizá tres) en dos puntos estratégicos de Segovia, se han vuelto a instalar castañeras. Abren sus puestos allá por finales de octubre o principios de noviembre. Y todas las tardes huele a invierno y a Navidad. Es muy agradable.
    Precioso texto, Inma.

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  3. Que así sea...

    Feliz Navidad y un venturoso año 2011 para ti y los tuyos.

    Un beso.

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  4. No sé cuántas veces he leído este texto maravilloso y cada vez me rescata una emoción que creía olvidada. Nunca he tenido un abuelo -ni un padre- con boina, ni una abuela o madre tan cocineras, ni tantísimos tíos, pero el sentimiento y el recuerdo, sí. Igual que el olor a castañas asadas.
    Gracias, Inma.

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  5. Un texto con olor navideño, que da color a lo recuerdos y calor al reencuentro familiar. Un texto entrañable, una imagen que compartir.
    Un abrazo.

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  6. Yo soy los tíos y también la cocinera, además de una adicta a las Castanas que en Asturias venden en casetas de madera de octubre a marzo, una tentación que hace mas llevaderos los diAs húmedos y fríos .

    También en Navidad.

    Besos a todos que ya es mañana A.

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  7. Uno de mis mejores recuerdos de las Navidades, cuando vivía en Galicia, era esa sensación de frío al salir del colegio por la tarde, ya casi de noche, con la zona monumental de la ciudad engalanada esperando las Fiestas. En una de las esquinas del edificio de mi escuela se plantaba desde Noviembre una castañera con su máquina de castañas en forma de locomotora. Ese cucurucho caliente de castañas, con su olor y su significado (ya pronto llegarían las vacaciones escolares, el Gordo de Navidad, el belén y el árbol...) forman parte de una de las imágenes más vívidas de mi infancia. Precioso

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  8. Un estampa entrañable sobre una buena familia en Navidad. Como dice Flamenco, que así sea...

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