21 diciembre, 2010

Gracias, papa



Desde hace un año casi cada noche, después del cuento le leo a mi hija dos o tres capítulos de PLATERO Y YO, son capítulos cortos y concluyentes, de paso le enseño a leer los números romanos, pues todos los capítulos van numerados así.
Anoche le leí el capitulo CXXXII el titulo ya no me gusto...
- LA MUERTE -
Encontré a Platero echado en su cama de paja, blandos los ojos y tristes. Fui a él, lo acaricié hablándole, y quise que se levantara... El pobre se removió todo bruscamente, y dejó una mano arrodillada... No podía... Entonces le tendí su mano en el suelo, lo acaricié de nuevo con ternura, y mandé venir a su médico. El viejo Darbón, así que lo hubo visto, sumió la enorme boca desdentada hasta la nuca y meció sobre el pecho la cabeza congestionada, igual que un péndulo.
- Nada bueno, ¿ eh ?
No sé qué contestó... Que el infeliz se iba... Nada... Que un dolor... Que no sé qué raíz mala... La tierra, entre la yerba...
A mediodía, Platero estaba muerto.
(Aquí mi hija me pregunto sobresaltada, ¿Se ha terminado Platero? en sus ojos apuntaban las lágrimas. Seguí leyendo con una sospechosa carraspera...)
La barriguilla de algodón se le había hinchado como el mundo, y sus patas, rígidas y descoloridas, se elevaban al cielo. Parecía su pelo rizoso ese pelo de estopa apolillada de las muñecas viejas, que se cae, al pasarle la mano, en una polvorienta tristeza...
Por la cuadra en silencio, encendiéndose cada vez que pasaba por el rayo de sol de la ventanilla, revolaba una bella mariposa de tres colores...
Platero y yo (Juan Ramón Jimenez)
-¿No me leerás mas a Platero? -me pregunto otra vez mi pequeña...
Ejercí otra vez de experto carraspeador y le conteste que si, que tener el libro y leerlo nos permitia jugar de nuevo con Platero en los prados de Moguer, ver con él el vuelo de las mariposas, comer con él las uvas de la vendimia, jugar con los niños, saltarnos o leer las veces que queramos el capitulo CXXXII, repasar los números romanos...
Me dio un beso y me dijo: Buenas noches papa.
Texto: Grouchomaniaco

11 comentarios:

  1. Creo que tedré que copiarte la idea, pero no voy a leer Platero y yo a mi hija sinoo a mí misma.

    Y para disfrutarlo bien, pero bien, como lo he hecho con esta selección, me regalaré dos o tres capítulo cada día.

    Gracias Grouchomaniaco `por este recuerdo.
    Un abrazo de Á.

    ResponderEliminar
  2. Desde aquí reivindico la lectura de Platero y yo como lo que es un libro de prosa poética para adultos que se quieran mirar en el espejo del niño que fueron.
    A este libro se le hizo mucho daño al creerlo lectura para niños, y hay capítulos en que la piel tiembla y llora al leerlos. Os lo recomiendo fervientemente.
    Juan Ramón Jiménez parece hoy olvidado, y sin él la literatura en español del siglo XX no tendría el mismo significado, empezando por la Generación del 27, aunque muchos de ellos lo denostaron y se burlaron de él.
    Gracias Grouchomaniaco por este texto...

    ResponderEliminar
  3. Tendré que hacer como decís, volverlo a leer, porque ahora mismo lo leería como esa niña. Gracias por este texto tan tierno.
    Besos de algodón.

    ResponderEliminar
  4. Bueno, pues un servidor se lo ha tenido que volver a leer este año para ayudar a la pequeña Carmen a realizar un comentario de texto...Definitivamente PLATERO Y YO no es solo (que trabajo cuesta escribirlo sin acento) para mayores...también es un libro para niños.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  5. Por un momento, me he sentido niña, pero si vuelvo a leerlo, desde luego me saltaré el capítulo CXXXII, se me han saltado las lágrimas. Necesitaría un Psicólogo, que me explicara, ¿Por qué me duele más, la muerte de cualquier animal, qué la de algunas personas?.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. Grouchomaniaco, un texto de este tipo no puede ser inventado, ni ser una novelación. Seguro que los has vivido.

    Que razón tienes cuando dices, que los personajes que mueren en los libros los podemos resucitar. Empezamos otra vez la lectura y… ¡¡¡Alehop¡¡¡ Otra vez a vivir.

    Me ha gustado. No sé si por Platero, o porque todo aquello que tenga que ver con la magia de los infantes me puede.

    ResponderEliminar
  7. La magia del libro, del buen libro, está en que cada vez que vuelve gracias a nuestros anhelos de reencontrarnos con sus personajes, lo hace con más fuerza y sus historias quedan más retenidas en nuestra mente. Yo leí hace muchos años a Platero y Yo y casi no me acuerdo. Después de leer vuestros comentarios, lo voy a rescatar para volver a jugar con él en los Prados de Moguer. Me ha gustado mucho tu texto, Grouchomaniaco.

    ResponderEliminar
  8. Un texto tierno y entrañable que nos alecciona haciéndonos partícipe de esa magia de la literatura.

    ResponderEliminar
  9. Qué deliciosa manera de presentarnos uno de los pasajes más tristes que jamás he leído. Has conseguido reactivar esa emoción que solo los grandes pasajes de la literatura logran.
    Muy bien llevada la historia en que engarzas esos fragmentos. Muy buena.
    Bienvenido a La Esfera, Grouchomaníaco

    ResponderEliminar
  10. ANGELES, AMANDO, ISOLDA, FLAMENCO, MARIA, FRANCO, MIGUEL, MARCOS, ANA, os agradezco vuestros comentarios, la historia es real y de verdad que vale la pena volver a leer a Platero.
    UNOS ABRAZOS.

    ResponderEliminar
  11. Gracias por traernos a Platero y yo, y de tan deliciosa manera. Un abrazo

    ResponderEliminar

Gracias por contribuir con tus comentarios y tu punto de vista.

Los componentes de La Esfera te saludan y esperan verte a menudo por aquí.

Ésta es tu casa.