08 diciembre, 2010

Dos segundos después


Su mano me contuvo en aquel momento, dos segundos antes de que, con total seguridad, respondiera a la provocación girándome para exigir una disculpa ante el soez comentario que, con voz ronca, vociferó al pasar a su lado. La suave presión en mi brazo, me hizo dudar, cuatro segundos antes de que aquel joven de ojos enrojecidos, a todas luces ebrio y pasado de coca, respondiera encarándome con violencia. Su voz instándome a dejarlo pasar, me retuvo lo suficiente, ocho segundos previos a que la hoja de una navaja brillara a la luz de las farolas, penetrara entre mis costillas y me garantizara una muerte diferida, sin que la ambulancia pudiera hacer más que colorear con luces naranja la escena. Su mirada fue decisiva - nunca he podido resistirme a ella-.
Dejando de lado mi ira, olvidé girarme y seguimos de largo. Dos segundos después, el individuo escupía al suelo con desdén sin apartar la vista de nosotros. Una navaja, en el fondo del bolsillo de una chaqueta, olvidó regalar su brillo a la noche.
Autor: Carlos Q.G.

8 comentarios:

  1. Al final hubo suerte. Hay manos salvadoras, desde luego.

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  2. Buenísima frase final: "... olvidó regalar su brillo a la noche.". Es sorprendente cómo en un abrir y cerrar los ojos (dos segundos) la vida da rodeos al ritmo que marcamos con nuestras decisiones. Desde que nos levantamos no hacemos más que abrir y cerrar puertas. Esta vez fue la acertada. Me ha encantado Carlos.

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  3. Buen texto Carlos, con un inteligente ir y venir por el tiempo y un, lo que pudo haber sido, que menos mal que no fue. Decisiones que en un segundo o dos, como en el texto, nos marcan la vida.
    Enhorabuena.

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  4. Me ha gustado mucho este corto. Bien relatado y mejor rematado. Enhorabuen, Carlos.
    Besos a la luz del día, mucho mejor.

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  5. Enhorabuena,Carlos, por este estupendo microrelato en el que los segundos se transforman en potentes imágenes llena de dramatismo, para desvanecerse al final, como si el texto buscara aleccionarnos y advertirnos.

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  6. En cierto modo, pasamos por situaciones similares cientos de veces al día, y es algo que siempre me ha intrigado; cientos de ramales abandonados por pequeñas decisiones y circunstancias, en favor de otros tantos recorridos con mayor o menor éxito. En definitiva, la vida en sí misma. Un abrazo a todos y gracias de corazón. Vuestros comentarios me dan ánimo y me alegran el día

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  7. Todo en la vida depende de las decisiones que tomemos. En este caso, fue a correcta y solo un par de segundos pudo haberla convertido en la decisión fatal.
    Muy bueno

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  8. ¡Cuánta tensión concentrada! Como Miguel Ángel, también me ha encantado la frase final, "olvidó regalar su brillo a la noche". Triunfó la cordura, la razón contuvo al animal. Muy bueno, Carlos.

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