El hombre sin cabeza de la mano de un alienígena junto a un esqueleto que toca el piano amenizando con su música la fiesta.
Numerosos artistas sin nombre rodeados de una marabunta humana que elogian generosos las ideas más originales de la calle.
Los aplausos espontáneos, la mayor gratificación de los que disfrazados, mantienen una absurda ilusión.
La sensatez del que quiere hacer arte a toda costa.
La gran Rambla no duerme. La inmensa vía transformada en un teatro de variedades se alimenta hora a hora, se recicla constantemente de artistas espontáneos, de genios de momentos cumbres.
Pintores, equilibristas, malabares, músicos de la vida, disfraces de sueños locos, el papel de regalo de una caja de sorpresas. Todos tirando del lazo que destapa la curiosidad, para adivinar, reír, llorar, sentir la sensatez de lo absurdo.
"La sensatez del que quiere hacer arte a toda costa", para terminar en "la sensatez de lo absurdo". El texto está lleno de colores, imágenes, clima de feria y carnaval; que, creo, es el ámbito que el autor elige para plantear cuestiones más profundas relacionadas con el hecho artístico.
ResponderEliminarMis saludos a la autora.
Tal como dice Norma: AUTORA. Me sorprende cómo en tan pocas palabras dices tantas cosas: "Todos tirando del lazo que destapa la curiosidad..". Genial frase. Yo también he tirado de ese lazo y he reído, adivinado,... La semana que viene voy toda la semana a Barcelona. En mi paseo por las Ramblas, prometo acordarme de ti. Un abrazo Inma.
ResponderEliminarNorma gracias, esa Rambla de Barcelona está llena de arte, no ha sido difícil transmitirlo.
ResponderEliminarMiguel Angel, te lo vas a pasar genial, yo he disfrutado mucho, es una ciudad que no tiene límite, cosmopolita, creadora de artistas, es grande, como grande sus edificios y su belleza particular.
Me ha gustado mucho la experiencia y ha sido un placer escribirla.
Gracias a los dos
Hola Inma. Se ve que vienes inspirada, y es que esa ciudad no es para menos. A mi me atrapó la zona antigua, la Catedral, las Ramblas... Tal y como dices, te hace querer tirar del lazo para descubrir. Si me lo permites, enhorabuena por el texto. Un abrazo
ResponderEliminarCosmopolitas y vanguardistas Ramblas barcelonesas, qué ambiente tan "farandulero" recreas. Estupendo paseo el que compartes, Inma, gracias.
ResponderEliminarAdoro Las Ramblas y su ambiente abigarrado. Qué bien lo has plasmado en esta reseña, hace que lo revivamos quienes lo conocemos y que lo vivan lis que aún lo tienen pendiente.
ResponderEliminarMuchas gracias por traérnoslo.
Besos, besos
Mientras lo iba leyendo, estaba viendo esas actuaciones que se hacen con cierta periodicidad en Barcelona, aparte de lo que ocurre a cada instante en las Ramblas. ¡Qué bien lo has descrito!
ResponderEliminarBesos bien dados, con la cabeza en su sitio.
Ya veo, Inma que regresas con las pilas más que cargadas después de un viaje que, la prueba es evidente, te ha llenado.
ResponderEliminarHermosísimo texto, que en veloces pinceladas muy precisas fotografía con precisión los sueños.
Gracias a todos, me lo he pasado muy bien, ha sido un puente entrañable y bon.
ResponderEliminarUn abrazo
Y locos y cuerdos. Y hambrientos y señoritas de Carolina Herrera. Y ramblas con fama y vida y otras muertas por políticos corruptos, a los que no le interesa que viva pues allí no tienen tentáculos.
ResponderEliminarY comentaristas que comentan, y lectores que piensan que los comentaristas están locos.
La bulliciosa Rambla barcelonesa como esos mimos, que ya forman parte de su paisaje, y que atrapan a los visitantes curiosos que caen sorprendidos en sus redes. No se puede describir mejor. Enhorabuena, Inma.
ResponderEliminarYo también quiero Ramblas de esas aquí...
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