Están tumbados sobre la hierba junto a la orilla del lago.
Ella tiene sus pies dentro del agua y mira las ramas de los árboles, que sobre ellos, son movidas por el suave viento.
Su respiración sigue el ritmo del deseo que acaricia su piel.
La noche devora el verdor del bosque.
Unas luciérnagas que brillan en medio de la oscuridad, se acercan al farol que ella llevaba y que ahora está apoyado en el suelo, cerca de donde ambos están.
Los labios de él sobre la piel de su cuello.
Al igual que, un colibrí que se alimenta del néctar de las flores con su largo pico, él bebe de ella.
Luego la coge entre sus brazos y vuelan alto, como dos pájaros, que deciden volar juntos para siempre.
Texto: Mer González
Cada frase es un trazo que forman un cuadro. Un cuadro sugerente, sensual,... La noche devorando los colores del bosque. El corazón tranquilo y la respiración poco a poco subiendo al ritmo del deseo. Buen texto Mer.
ResponderEliminarSugerente texto, Mer, sólo espero que el colibrí no sea un vampiro. Enhorabuena.
ResponderEliminarMiguel Angel: "cada frase es un trazo que forman un cuadro" ¡Me encanta!
ResponderEliminar:)
Gracias y me alegra que te gustase.
Marcos Alonso: Gracias y me temo que si, es un vampiro.Pero mi especial visión del mito que está muy alejada de la que ahora llena las librerías.
Me ha gustado mucho, aunque nunca hubiera sospechado que se trataba de un vampiro. Marcos 1-Ana 0
ResponderEliminarUn abrazo, Mer
Será un vampiro bueno.
ResponderEliminarMe gustó mucho este texto tierno.
me encantó el relato,felicitaciones
ResponderEliminarfloria
Un vampiro como un colibrí, no es lo mimsmo que un colibrí como un vampiro. Con esa sugerente imagen, Mer, llenas de dulzura lo que normalmente produce pánico. Lo que, además, subrayas al situar el ambiente en un lugar en medio de la naturaleza que invita a la vida.
ResponderEliminarBuena vuelta de tuerca.