En menos de trece minutos, Lucas Figueroa nos cuenta la historia de venganza de cuatros niños que juegan al fútbol en la calle y pierden su balón a manos de una vecina anciana y quisquillosa.
Un pueblo napolitano, un balón de fútbol y cinco niños. Estos son los ingredientes con los que el cortometrajista Lucas Figueroa crea un mundo visual en el que brilla con luz propia un impresionante despliegue de efectos digitales y la actuación de un futbolista de primer orden internacional: Fabio Cannavaro. Con 10.000 espectadores en salas y 2 millones de visitas en youtube.
Este corto ha sobrepasado todas las estadísticas a nivel mundial, acumulando en solo un año y medio casi 300 premios internacionales -más de un centenar de ellos en España-, con preselección en los Oscar de Hollywood y nominación a los Goya. Además, ha representado a España en más de 500 festivales internacionales.
Les pido especial atención a la banda sonora. A los escenarios seleccionados y sobre todo a los movimientos de cámara que te llevan desde la celda de una cárcel en tiempo actual, hasta un pueblo de Italia varias décadas atrás.
Absolutamente genial.
ResponderEliminarMuy visual en varias de sus fases con ángulos y encuadres realmente acertados.
Un guión muy 'narrativo' con un flash-back muy potente, y una elipsis final fantástica.
Sobre el fondo de la cuestión, o sea lo que el director pretende que pensemos se abre un abanico ingente de posibilidades: la importancia del fútbol para la infancia europea, sobre todo para los países mediterráneos.
Pero también se puede ir más allá y pensar en las reacciones de las personas, esa capacidad tan grande para no ceder en nada o para molestar a cualquier precio. Y la capacidad de para la venganza.
También se puede pensar en la inclinación humana, desde la infancia, a otorgar el calificativo de esencial o vital a cosas tales como un balón de fútbol. Claro que en un pueblecito napolitano (o castellano, me da igual) hace más de treinta años qué mayor tesoro podía tenerse.
Trece minutos esenciales.
Y de la banda sonora no hablo, pero es perfecta.
Y no he dicho nada, de la alegría que da ver a Cannavaro con el chándal del Real Madrid...
ResponderEliminarejems.
Amando, si el director Lucas Figueroa, lee tu crítica estaría encantado.
ResponderEliminarPensaría:"¡ Joder!, que profundo soy y cuantas cosas soy capaz de transmitir.
Pero tienes mucha razón. Particularmente me gustaría firmar un trabajo de este tipo. Aunque es cierto que este corto cuenta con un presupuesto importante. Y contaron con un equipo técnico algo más extenso que una simple cámara.
Yo por el simple hecho de rodar en ese pueblo, lo hago gratis.
Pues respecto del pueblo... Ejem.
ResponderEliminarVerás, te iba a contestar que por esta parte del mundo hay muchos pueblos parecidos, incluso más bonitos y auténticos. Aún quedan. Entonces me he ido al final de la pelicula. Donde vienen los créditos.
Justo en el minuto 11:41 está la segunda lista de agradecimientos. Y por este orden veo en la culumna de la derecha: Sr. Pelayo García, Pueblo de Domingo García, Real Madrid y Casa Rural Cuesta Grande.
Sólo tienes que guglear Casa Rural Cuesta Grande.
Ya me dices.
(Como diría mi padre, el cine, esa gran mentira... Es que el vio rodar parte de "La caída del Imperio Romano" en esta ciudad)
Me ha divertido mucho y he prestado toda la atención a la música, tal como nos decías. Todas ellas, las tradicionales y las de ópera magníficas, puro Nápoles. Genial el movimiento de los cuadros y la mecedora. De fútbol ni idea, pero seguro que lo habéis disfrutado.
ResponderEliminarGracias por el regalito.
La sinfonía del nuevo mundo, la segunda vez que llaman a la puerta, lo dice todo.
Ya sabes, escribe a Lucas Figueroa, por intentarlo que no quede.
Besos encantados.
Yo también tenía una vecina mayor, igual de cascarrabias que la del corto, que nos pinchaba los balones cuando se lo embarcábamos en su patio...pero nosotros no nos la cargamos...simplemente le tirábamos por encima de la tapia otras cosas...
ResponderEliminarMe encantó el corto, me parece heróico desde el punto de vista de los niños: dar un escarmiento a un ogro, un monstruo terrible, asesino de balones.
ResponderEliminarQué bueno, parece increible condensar en trece minutos tantísima información. Vaya lujo, no me extraña que tenga tanto éxito.
ResponderEliminarMe recuerda a lo que sucedió en mi barrio. Unos vecinos, lograron quitar los aros a la cancha de baloncesto, porque les molestaban los chicos, sus balones, y sus porros...
ResponderEliminarEstá muy bien hecho, la historia muy conseguida pero me ha disgustado, la venganza siempre me disgusta y si, además, es perpetrada por niños, con resultado de muerte, absoluta impunidad y nula conciencia de haber hecho daño, más me disgusta aún.
ResponderEliminarEstaba disfrutando con el corto, que me ha parecido impecable en su factura, hasta que mataron a la señora. Con un buen calambrazo habría sido suficiente. Y el final redundante me parece innecesario del todo... ah, bueno, que con Cannavaro el corto tienen más tirón. Vale, de acuerdo.
Ah, no me consuela que el niño se haya hecho un hombre en la cárcel.
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