Buscar palabras con C se convirtió en su obsesión desde que Carmen lo había abandonado. La comida le sabía a caca, se movía en un coche caduco, y hablaba de su vida como una calamidad. Adoraba los calmantes, bebía cava, compraba cuadros de Camacho y reprografías de Chagall, y hasta se apuntó a una compañía de teatro cómico que encontró en la calle, y que le sorprendió por su fantástico nombre: Compañía de teatro El cogollo cojo.
Resultó ser un cuentista curioso y cumplido. Convenció a su director por su capacidad para aprenderse los diálogos en cinco minutos, pero sus compañeros se preguntaban porqué gritaba descompuesto al recitar ciertas palabras.
- Todo se debe a que aquel ¡Camorrista!, después de sufrir un ¡Calambre! en el alma perdió para siempre la ¡Cabeza!, porque la vida es ¡Cruel!, pero eso, usted ya lo sabe- recitaba intercambiando gritos con palabras casi inaudibles.
Los diálogos perdieron su sentido original, la obra resultaba confusa, pero salió a escena, y el día del estreno cuarenta personas rieron sin parar al escuchar al hombre padecer cada C como si le fuesen a cortar la lengua, o a estrujarle el cuello hasta acabar con su vida. Él disfrutó, volvió a reír a carcajadas como meses atrás lo había hecho; comió caviar y crema de calabaza en un corrillo de cuatro que vinieron a conocerlo, y se quedó despierto hasta las seis de la mañana, hora en la que automáticamente se fue a dormir después de despedirse de una chica que lo había maravillado: una morena sonriente llamada Susana.
Texto: María Paz Ruiz Gil
MARIA PAZ, ME ENCANTÓ LEERTE, PRECIOSO TEXTO CORTO PERO MUY INTERESANTE,ATRAPANTE,FELICITACIONES,
ResponderEliminarUN ABRAZO ,FLORIA
Como Contagia la Cantidad de C que has Colocado en este Conjunto de Caracteres que Constituyen tu Colosal Cuento Corto.
ResponderEliminarEnhorabuena Mª Paz me ha gustado mucho.
Cuento Corto Cojonudo
ResponderEliminarMuy divertido.
ResponderEliminarPor fin encuentra a Cu... NO.. Susana.
Y las iniciales de mi nombre y de mi apellido (el mío, no el de mi marido)son C.C. ¡No grites por favor!
Muy bueno.
ResponderEliminarUn clavo con otro clavo... quiero decir, una letra con otra letra se quita.
Saludos
Perfecto. El sonido de la C resulta machacón y machacante, acompaña a todo el texto, lo hace especial
ResponderEliminarUn saluddo
A veces una cacofonía, se convierte en un canto coral. Qué bien entienden los poetas la importancia de los sonidos delas palabras.
ResponderEliminarDespués de conocer a Susana, supongo, que el siguiente cuento sería siseante. Me ha encantado.
ResponderEliminarUf, que peligro las Cármenes. Yo, antes de casarme, siempre le pregunto a ella cómo se llama, por si las moscas. Divertido recurso el uso machacón de esa letra tan vitaminada. Enhorabuena Caría Caz.
ResponderEliminar¡Y hay gente que piensa que sólo hay ritmo en la música!. Leí tu texto en silencio y aún tengo el ritmo de las "C" dentro de mi Cabeza. Felicidades por tus recursos músicolingüisticos, MariPaz.
ResponderEliminarMe ha encantado
ResponderEliminarOriginal y para celebrar comiendo cebada
ResponderEliminarcon cebolla, a la sombra de un cedro, y mejor con Cesar. Please, que no te de celos, ni es un certamen para ceñir la corona, sólo quise cerciorarme de las dificultades, sin cejar, con constancia.
Y en serio, me gustó, maestra de las letras.
roberto