01 febrero, 2011

Casi perfecto

No son pompas de jabón ni pequeñas mariposas las que revolotean dentro de mi estómago a esta hora del día, sino una bestia que me consume lentamente cuando reaparece en forma de maldita pesadilla enfundada en un abrigo púrpura y en pantalón pitillo.
Una vez más lo vuelve a hacer: negarme los buenos días mientras me observa con desprecio, con su mal nacida altivez y asumiendo desde nuestro primer encuentro el papel de diosa.
El humo de un pequeño habano que casi a sorbos apura, se cuela, no por error, sino de forma intencionada en mis fosas nasales, taponándolas. Luego, ella, con su habitual descaro saca a la luz la más poderosa de las veintiuna sonrisas que posee. “Sigue siendo hermosa y joven”, me digo.
Y no conozco lo más fundamental de ella, su nombre, pero no lo echo en falta, ya que tengo tatuado a fuego sobre mi piel su rostro de “mosquita muerta”.
Tampoco recuerdo el número de noches cálidas, noches heladas, noches enteras en las que ella se me aparece en cada una de las oscuridades de la casa. Es entonces cuando la imagino tendida sobre el acero, oyendo el eco, ya debilitado, de su voz marchándose, igual que el fino hilo de agua cuando termina extinguiéndose desde cualquier canaleta. ¿Qué ser humano puede vivir con una pesadilla diaria de miradas, gestos de desprecios y de juicios infundados?
Pero su hora ya está decidida. Y me traerá el silencio de la bestia que llevo en mis entrañas. Sssshhhhh, silencio, silencio.
La miro. Ella me devuelve su mirada por última vez, aunque no lo sabe. Solo tengo que esperar un par de minutos, para oír los firmes y sonoros pasos de mi ayudante que llegará enfundado en su habitual traje oscuro, como el de un asesino, no a sueldo sino veloz que acude puntualmente a su cita diaria, pero hoy con un toque de luto
Con todas mis fuerzas empujo a la mosquita muerta a la vía. Por un breve instante tengo la impresión de que se levanta y se eleva, pero no, está ahí, tendida besando los fríos brazos de acero. Tras la caída me llega el hedor de su sangre aún caliente.
Respiro hondo, respiro el alivio definitivo. La vieja criatura que llevo dentro se aquieta. Disfruto de esta nueva escena, de una nueva perspectiva. Ella, tendida ahí abajo, yo, contemplándola desde aquí arriba. Y se que por primera vez me necesita porque, en un último gesto, intenta estirar sus brazos ensangrentados hacía mí. Sin embargo, su deidad y belleza agonizan. ¡Qué importa! En un instante, se escuchará el chirriar cercano de las engrasadas ruedas.
Y así es. Veloz y firme, el tren entra a toda prisa. Sólo entonces, ella reconoce a su nueva compañera, la Señora Doña Muerte.
Lo último que escucho es su fulminante gemido.
Me giro. Tomo el mismo camino, pero ahora en dirección contraria. Mientras ando su sonrisa pérfida se ha convertido en el eco de un espectro.
Durante el trayecto de vuelta no percibo nada diferente. Una vez más confirmo que la antigua estación de tren ha sido el escenario para un crimen perfecto, sin espectadores. Tan solo una destartalada máquina expendedora de billetes es la única testigo. “La policía creerá que ha sido un suicidio”, me digo una y otra vez, mientras dejo atrás la decimonónica fachada del edificio.
Y me apresuro con largos pasos. Definitivamente se han terminado aquellos días y aquellas noches con su rostro grabado, taconeando incasablemente sobre mis neuronas.
Sin embargo olvidé un detalle. Aquella era una mujer rabiosamente feliz, incapaz de marcharse por voluntad propia. No conté tampoco con su inteligencia de sabueso entrenada en prestigiosas escuelas. Horas más tarde, junto a las vías del tren la policía encontró una prueba irrefutable: su teléfono móvil, que casi agonizante grabó la escena del crimen y a su verdugo, o sea, mi rostro.

Texto: Sandra Franco Álvarez

24 comentarios:

  1. Maginífica historia Sandra. La tecnología juega en contra de los crímenes perfectos. Buena descripción de las sensaciones angustiantes del protagonista. Un saludo.

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  2. Fantástico.
    Ambiente de novela negra. Resolución propia de los micros. Agilidad narrativa y coincido con Isabel en que trazas bien las sensaciones.

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  3. Buena historia, mejor final.

    Ojala todos los asesinos de mujeres mosquitas-muertas quedaran retratados para siempre; mejor aún, ojala nunca se repita una historia como la que cuentas.

    Un saludo Á.

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  4. Atmósfera, trama, resolución... geniales Sandra. Enhorabuena. Me ha gustado mucho. Muchísimo.

    No se puede tener todo en la vida. La correspondencia en las relaciones no vienen dadas porque sí. No tenemos derecho por decreto constitucional. Forma parte de un trabajo diario. Hay quienes no opinan lo mismo y terminan, como el protagonista, tomando la decisión de "ni pa mi, ni pa nadie". Es el principio por el que se rige el "asesino pasional" (nombre totalmente desafortunado), tanto si el asesinato es físico como el que cuentas, como si es emocional en el caso, por ejemplo, del maltrato a la mujer. Como comenta Angeles, ojalá no fuera cierto.

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  6. Lo primero de todo, muchísimas gracias a tod@s. Me alegra enormemente que el relato les haya gustado y que puedan sacar sus propias conclusiones. Por otro lado, le he querido dar de forma intencionada una cierta ambiguedad con el fin de que cada lector le diera al protagonista el género que creyera más conveniente.

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  7. Buenos días,
    Me ha encantado el relato con ingredientes de novela negra y thriller porque hasta el final no sabemos que le deparará al protagonista de esta historia. Todo con tintes claramente literarios y con un toque poético en las descripciones y sensaciones que se transmiten en este relato aunque corto... desde aquí te animo a que nos deleites con otro relato más largo...
    Un abrazo,
    Natalia :)

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  8. Buen relato. intrigante hasta el final. Muy bien escrito.

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  9. Pues chica vaya capacidad e imaginación que tienes, me ha encantado.... ese misterio que se mantiene hasta el final....
    Sigue y no pares de escribir....

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  10. Un texto más que perfecto, fresco y ágil, con ese final característico de la novela negra. Enhorabuena

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  11. Muy buena historia, psicopática, dura, cínica. Mejor final.
    Enhorabuena

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  12. Belkys Rodríguez3/2/11, 13:59

    Escalofriantemente bueno. Desde el inicio engancha, engatuza y nos invita a continuar por ese peligroso camino de rieles. Enhorabuena a la autora y al acierto de este medio al publicar un relato de evidente calidad literaria.

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  13. Un relato magnífico. Digno de una Senior Agatha Christie, me recuerdan a mis años de juventud cuando devoraba novela negra, la falta de tiempo y los días estrangulados por el tiempo no me dejan saborear este texto "negro".
    Mi más enhorabuena sigue caminando y alcánzalo.
    Ya verás que al final si persistes llegarás.
    Ya nos deleitarás con otro..o igual con un libro entero.
    Enhorabuena Sandra

    Yazmina

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  14. Definitivamente me ha encantado este relato. La intriga, el misterio, la angustia y la duda mantienen en vilo al lector desde el principio hasta el final. No sé si la mujer asesinada es simplemente una víctima del protagonista o una femme fatal que le ha hecho la vida imposible; tal vez sea la musa del asesino-a o su alter ego que le atormenta hasta el punto de imaginar que le asesina.

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  15. Ha sido un gustazo leer este magnífico relato. Igualmente repito lo de otros: no dejes de escribir, de publicar en la Esfera, y así seguir disfrutando de tu escritura. Saludos

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  16. Felicidades Sandra. Es una historia fantástica, disimulada de relato negro, que tiene mucho de filosófico. La estación es toda una metáfora de la vida; y los personajes de víctima y verdugo parecen confundirse en una misma persona.¿Hay un desdoblamiento? En el fondo, es un relato triste, no tanto por la secuencia cinematográfica que hace del asesinato "casi perfecto", sino porque transmite una actitud gris ante la vida, fría como el acero con el que están hechos los raíles por los que circula el tren.

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  17. Al principio, la narración entra un poco dubitativa y lenta, pero luego va cogiendo velocidad y frescura, como la locomotora de ese tren cogiendo velocidad en voracidad lectora y ya no para hasta el final, sin importale el destino. enhorabuena, tu progresiòn literaria va en aumento.

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  18. Un texto que contiene muchísimos aciertos literarios. Muy bien ejecutado. Me produce envidia. Envidia literaria. Sigue por esa linea.

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  19. Qué delirio, qué frenesí, que bien escrito¡¡¡ me encanta el personaje y ha despertado en mí a la asesina que llevo dentro, (qué rabia que la pillaran). Ese es el milagro de la literatura, (de la buena creación literaria) conducirte por pasiones insospechadas. Felicidades¡¡¡¡

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  20. Muy buen relato. Negro, negrísimo, con su ironía final.
    Enhorabuena

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  21. Sandrita,
    Relato intrigante. Bien resuelto. Plantea la duda permanente de la premeditación culpable o la enfermedad mental. El final, inesperado, coloca al protagonista en la realidad del vil acto cometido. Las circunstancias, al final, se difuminan.

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  22. Enhorabuena prima!!, me ha encantado. Un fuerte abrazo.

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  23. Casi perfecto...me ha encantado el texto ya con mas tiempito coento ......ahhh!! la radio estupenda ,música variada saludos desde mxli.,bien por ustedes

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  24. Magnífico Sandra. Bien escrito, bien argumentado , un género no muy usual en escritoras mujeres salvo pocos casos bien conocidos. sigue por esa línea, se me ha hecho cortísimooo,,, por qué no una novela?

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