06 febrero, 2011

Sin perdón


Todavía le obsesiona la mirada incrédula y agónica del hombre al que mató. Diez años en prisión no han servido a su conciencia para aplacar el desasosiego. La sociedad le ha perdonado, ha expiado su culpa de acuerdo con la ley, mas el remordimiento continúa atormentándole día y noche
Hizo desaparecer de la faz de la tierra a la persona que convirtió la vida de su madre en un infierno. Ella, que consentía todo tipo de golpes y vejaciones, hoy es feliz. Él sin embargo, no cesa de repetir: “soy malo, soy malo”.

Texto: Ángeles Hernández Encinas

11 comentarios:

  1. La doble consecuencia de un mismo hecho y el martillo de la conciencia que no cesa de golpear. Muy buena descripción y ¡ Todo en menos de 100 palabras !. Me ha gustado mucho, Ángeles.

    ResponderEliminar
  2. Gracias Miguel Angel, menos de 100 palabras, en efecto , ese era el reto. La conciencia no depende de la mirada del otro, la culpa tampoco.

    Un abrazo Á

    ResponderEliminar
  3. Muy buen micro Ángeles. La conciencia es difícil de contentar en todos los casos.
    Muchos besos, Fdo. Pepito Grillo

    ResponderEliminar
  4. Acabo de twittear este post. Creo que es un ángulo interesante de un asunto que tanto nos está destrozando.
    Pero es que el ser humano es como es, también con su lado canalla y bestial, ése que aún no ha salido de la selva.

    ResponderEliminar
  5. Real como la vida misma...No se puede decir más con tan pocas palabras.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. Os agradezco en el alma los comentarios Isolda, Amando y Flamenco, ya sabéis de que se alimenta el escritor, sobre todo si es novel-ísimo.


    Un abrazo Á

    ResponderEliminar
  7. Un texto conciso y preciso, un micro de verdad, que con puño firme nos lleva a la culpa, al remordimiento, a la duda, pero en este caso no necesariamente al arrepentimiento, casi un acto de amor y sacrificio. Enhorabuena Ángeles.

    ResponderEliminar
  8. El complejo mundo del micro. Felicidades Ángeles.
    Auque me queda la duda de que la madre ahora sea feliz. Por dos motivos: perdió a quién ella creía que amaba y ahora ve sufrir a su hijo.

    ResponderEliminar
  9. La dualidad del ser humano, muy bien plasmada en pocas palabras, aunque estoy con FranCo, dudo de la felicidad de la madre, estará más tranquila mucho más pero triste por la condena de su hijo.
    Felicidades Ängeles.

    ResponderEliminar
  10. Solo el culpable puede liberarse de su culpa. No hay reinserción que valga: o te perdonas a ti mismo o no hay perdón.
    Estupendo micro y mejor reflexión aún.

    ResponderEliminar
  11. A 15 días vista descubrí nuevos comentarios. Me gusta el matiz que FranCo e Inma aportan, creo que ahora cambiaría "la madre feliz" por " la madre tranquila, sin sobresaltos".

    Gracias a todos, por estar y por implicaros.

    Abrazos siempre. A.

    ResponderEliminar

Gracias por contribuir con tus comentarios y tu punto de vista.

Los componentes de La Esfera te saludan y esperan verte a menudo por aquí.

Ésta es tu casa.