Después de aquel silencio de amanecer, le rodeaba el miedo como una sustancia fangosa que se le pegaba a su organismo. Por dentro y por fuera. Era una criatura que venía desde el pretérito y ya estaba frente a su mirada aterrorizada, como si el pasado hubiera dado un doble mortal con medio tirabuzón. Allí estaban sus ojos, su cabello, ese cuello largo y tan blanco y tan delicado, una obra de ingeniería cuyo fin era ser destino de caricias, ese pecho que tantas veces había recorrido como quien camina sobre la superficie de la luna, y ese vientre, levemente abultado en el lugar preciso, y ese vello cálido, cuna de sus besos, y esas piernas que servían como autopista para sus sueños. Cuando se confirmó que no había llegado el indulto, vio de nuevo la sonrisa que una madrugada convirtió en lirio desvaído.
Texto: Amando Carabias.
Imagen: El beso de Toulouse Lautrec.
Fantástico Amando. Aunque sea muy cruel, le deseo que pase más de una madrugada parecida que se torne en lirio desvaído.
ResponderEliminarBesos impresionada con tus micros.
PS. Veo cambios a mejor en el blog, muchas cosas y más orden. Buen trabajo Francisco.
Besos para ti, también.
Ya te dije una vez que eras el Rey del Micro. Lo mantengo. Mi hijo post adolescente con su lenguaje elocuente de jerga juvenil, hubiera dicho: "Amando. ¡Eres el Puto Amo!"
ResponderEliminarMe fascina de tu texto sobre todo la mezcla descriptiva, sensual y sensorial del cuerpo femenino. Todo en perfecto equilibrio. Y ese título: Sonrisa de Lirio Desvaído... ¡Qué metáfora tan bien lograda!.
En fin. Lo que dice mi hijo (no lo voy a repetir...). Un fuerte abrazo Amando.
Agradezco tus palabras, Isolda.
ResponderEliminarLa cruda realidad nos lleva, por desgracia, a momentos como éste. Siempre me ha intrigado el paso entre el amor y el odio. Quizá es que en demasiados ocasiones equivoquemos al primero con un primo suyo -un tanto lejano, pero que se le tira un aire- llamado posesión. No sé, cosas mías.
Un beso
Uf, creo que te has pasado.
ResponderEliminarEl microrelato es una técnica complicadísima y la red está llena de verdaderos genios (ellos y ellas sí) de este asunto. Procuro aprender. El formato de los blog es, un poco a mi pesar, un estímulo increíble para convertirse en escanciador de palabras hasta llegar a la pura esencia. Lo mismo algunas veces nos pasamos.
Genial, la verdad. El final es estremecedor, como los recuerdos evocados, que finura.
ResponderEliminarSaludos.
Bellísimas imágenes para una historia muy triste.
ResponderEliminarMis respetos, Amando
¡perfecto!
ResponderEliminarIgor, Ana, Pilar, me sonrojáis. Gracias por vuestras palabras.
ResponderEliminarNo sé si eres consciente de lo que eres capaz de transmitir con tus palabras, de lo que eres capaz de hacer con ellas. PRECIOSO AMANDO
ResponderEliminarEstupendo relato, Amando, sensual, evocador, con ese giro de anclaje a la realidad. Genial.
ResponderEliminarUn beso
Había que dar gracias a la Naturaleza por haber situado la fuente del mayor placer del hombre en las partes naturales de la mujer, en esa autopista para los sueños y al mismo tiempo la fuente del mayor placer de la mujer en las partes naturales del hombre...En definitiva, el cuerpo como una orografía para el disfrute del ser humano.
ResponderEliminarAbrazos
El miedo y el fin nos devuelven momentos pretéritos que nos hicieron sentir felices.
ResponderEliminarMe da por imaginar que el protagonista está esperando su ejecución (por lo del indulto) y es por ello que recuerda... aunque también puede ser que ese amor se acabara. Sin más.
Es importante observar el dominio de la herramienta (el lenguaje) que siempre nos demuestra y regala Amando. No sólo de la herramienta, sino también de la técnica narrativa. Los dos elementos son fundamentales, imprescindibles para que un micro nos parezca genial, como éste lo es.
Saludos,
Anabel
Inma: Nunca termino de ser consciente de mis palabras, siempre tengo la impresión de que se puede mejorar, de que a lo mejor no he llegado a donde quería. Siempre pienso: ¿será este texto digno de ser leído por otros ojos? Esa es la pregunta. Así que gracias por tu respuesta.
ResponderEliminarÁngeles: Muchas gracias. Creo que es básico en un micro alguna vuelta de tuerca. A veces, como aquí será de la sensualidad a la cruda realidad. En otras ocasiones el proceso será el inverso.
Flamenco Rojo: Uno mis oraciones a las tuyas y además añado que la eternidad está en el cuerpo del amado.
Anabel: Me sonrojas. Lo digo en serio. Soy aprendiz. Y repito, de otro modo, lo que acabo de comentar a Inma. La gran pregunta que me hago siempre es si lo escrito podría formar parte de una revista, de un libro. A veces la mejor técnica es escribir lo que a uno le gustaría leer.
Ay Amando, el lirio desvaío. Es un placer leer este triste y hermoso ¿poema, relato?
ResponderEliminarUn abrazo
Imágen evocadora.
ResponderEliminarAmando, gran acierto escribir lo que a uno de gustaría leer. ¿Acaso no lo hacemos todos los escritores?
Dácil: Muchas gracias... Cada día tengo más claro que lo importante de un texto no tiene que ver con la clasificación que ocupe en el esquema que tenemos de los géneros literarios. El mundo es interactivo y todo ayuda (o perjudica). Desde hace muchos años (casi doscientos) cuando algunos poetas franceses publicaron poemas en prosa y en español Rubén Darío los introdujo en "Azul" están rotas las fronteras... ¿Qué es "Platero y yo"...? Para mí un transmisor de emociones y un modo de indagar en muchas cosas importantísimas. ¿Lo dejamos en Estampa? Gracias por tu comentario.
ResponderEliminarFranCo: Ojalá que siempre lo hiciéramos. Quizá sea así, pero en muchas ocasiones hay muchísima cantidad de 'imposiciones' o 'condiciones', y las hay en tantos frentes que daría para un artículo largo.