El camino se acerca a mí, devorándome en cada curva. Las piedras, que usualmente me esquivan, ahora golpean contra mis pies. Las nubes, igual que los pájaros, me persiguen con su carga y la aligeran en cuanto detectan mi presencia.
Todo gira siguiendo su curso, restregándome en la cara mi quietud. Un día me apeé de este monstruoso tren en marcha para excluirlo de mi vida, pero ahora es él el que me excluye a mí. Y aquí me encuentro, cansado ya de gritar: ¡Paren el mundo, que me quiero subir!
Todo gira siguiendo su curso, restregándome en la cara mi quietud. Un día me apeé de este monstruoso tren en marcha para excluirlo de mi vida, pero ahora es él el que me excluye a mí. Y aquí me encuentro, cansado ya de gritar: ¡Paren el mundo, que me quiero subir!
Texto e ilustración: Sara Lew
Una visión muy especial. Me ha gustado muchísimo el movimiento contínuo frente a la quietud.
ResponderEliminarUn beso Sara.
Buena perspectiva...
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, y eso que en ocasiones he pensado lo contrario, que se pare el mundo que me bajo!!
Salud Sara!!
Exquisita forma de presentar una vision de este nuestro miundo y hemos de emborracharnos de tanto mundo a veces,aplaudo tu tema este tren de la vida donde viajamos cada cual a su paso...
ResponderEliminarEso es lo que pasa: cuando uno quiere bajarse, no lo dejan, y cuando está fuera, quiere subir.
ResponderEliminarAsí es la vida.
Interesante punto de vista
Un abrazo
A tus muy buenos micros nos añades este texto mucho más poético y tratado en primera persona, un tanto más intimista, con ese mensaje lleno de coraje, desafiando al tren de la vida. Me gusta.
ResponderEliminarPensé en aquellos que, en su momento, se bajaron del "mundo"(recordando la famosa frase de Mafalda), y lo difícil que debe de ser subirse nuevamente a él.
ResponderEliminarMuchas gracias por vuestros comentarios.
Un saludo.
Tienes razón Sara. Volverse a subir es complicadísimo. Cuando no se apea debe ser definitivamente.
ResponderEliminarComo siempre, muy bueno.
Me gusta leerte Sara. Corto, intenso, como una película de miedo, te giras y ahí está la sombra que te persigue. El mundo este que nos ha tocado vivir...
ResponderEliminarSaludos
Bravo Sara!!. Tu estilo de escritura me engancha. El tema que abordas, interesante. Y el cómo lo abordas: una genialidad. Enhorabuena
ResponderEliminarPues yo me bajo el día menos pensado...
ResponderEliminarSaludos,
Anabel
Yo quiero seguir estando en él y girar con él y empaparme de todo lo que pasa por mi vista, aunque muchas cosas se me escapen, pero las que consigo agarrar intento empaparme de ellas y aprender.
ResponderEliminarBuen texto Sara
Tal vez las segundas oportunidades no son buenas, siempre supervisadas por las primeras como la conciencia del condenado. Pero son oportunidades que, si salen bien, hacen del mundo un lugar maravilloso. Entre ambos casos la balanza se inclinará segun nuestro manejo hacia un lado u otro. Personalmente, una segunda oportunidad implica más dedicación, responsabilidad y en general dificultad para triunfar.
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