Fría, muy fría la cara de la muerte. Siniestra. Blanca, seca, endurecida. Sin pulso, agotado el deseo con el último latido del corazón, con el último suspiro del alma. Expirar, abandonar, cerrar los círculos de la vida. Terminarse.
Hasta entonces abrir, circular, pulsar, no parar. Girar y girar en espirales cósmicas, universales, siempre ascendentes. Y nunca mirar hacia abajo, que hace frío y está oscuro, sino hacia arriba, al calor del sol y a la luz de la luna. Al brillo de las estrellas.
Vida caliente, cuanto más caliente más apartada del frío eterno. Rica vida amorosa, de pasiones desbordantes y deliciosas. De pieles cálidas entregadas en goces compartidos, a placeres lujuriosos. Besos que se contagian, infectados de vitalidad sin antisépticos. Abrazos encendidos y poderosos. Caricias tenues que extravían los sentidos gobernados de sensualidad inconsciente. Sudores mezclados de fluidos primigenios que manan de las mismas fuentes de la vida, creadores del mundo, perpetuos. El éxtasis del deseo, poderosa fuerza irreprimible. ¿Para qué reprimirla?
Amar para vivir en colores, combinados en matices revoltosos e imprevisibles. Fascinante incertidumbre que siempre quiere más. El deseo insaciable que nos aleja de la muerte, y que nos acerca cuando se agota. Que no entiende de edades, ni de físico. Tampoco de física, que no cuantifica, el deseo solo cualifica para existir. Sin deseo, el vacío, el no ser.
Total, ¿para qué vivir sin pasión? Para nada.
Texto: Ángeles Jiménez
Narración: La Voz Silenciosa
Texto: Ángeles Jiménez
Narración: La Voz Silenciosa
La pasión mueve el deseo y el deseo mueve las ganas de vivir. La pasión es pura energía vital. La vida envuelta en deseos (en deseos no cumplidos) es una fascinación y quien no se cansa de buscar cumplir los deseos es feliz en el camino. Creo que esa es la esencia misma de la felicidad: Vivir buscando cumplir nuestros deseos.
ResponderEliminarUna vez más te has superado, Angeles. Enhorabuena.
Enhorabuena por este himno a la vida, Ángeles.
ResponderEliminar¿Para qué vivir sin pasión?
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo.
En este momento de tanto desánimo desperdigado por todo el mundo solo la pasión del amor nos puede rescatar, ¡adelante!
ResponderEliminarPasión. Pasión a la vida. Es lo que nos mantiene latentes y palpitando.
ResponderEliminarLo he vuelto a leer, qué júbilo, me ha encantado: una vuelta por la vida de aquellos que sacan partido eterno a la pasión. Y estoy contigo, vale una vida corta pero intensa que largamente apática.
ResponderEliminarUn abrazo
Deseo desear, seguir deseando, no dejar nunca de sentir el deseo.
ResponderEliminarSuscribo tu tesis, Ángeles. Y deseo más.
Besos, besos
Estupenda tu voz, José Francisco, como siempre.
ResponderEliminarMuchas gracias, un beso