Me atrapa el pecho desesperadamente, y mete la boca en mi enorme pezón. Chupa con la fuerza demoledora de la codicia. Su ímpetu salvaje me excita cada vez más. Comienza a mirarme fijamente para asegurarse que no voy a hacer ningún movimiento que le aparte de su objetivo.
Con cada una de sus sorbidas experimento el ilícito placer extendiéndose como una telaraña desde mis senos . Rápidamente el volcán se va centrando en mi sexo y, una vez más , cuando está a punto de desbordarse, lo encallo.
La culpa se apodera de la leona, es mi cachorro. No esta bien sentir esto alimentando a tu hijo.
Texto: Idri
En un principio pensé en un texto porno, pero el final es buenísimo, me sorprendió y vuelta a leer.
ResponderEliminarIncitante, excitante... sorprendente.
ResponderEliminarMuy bueno!
Bienvenida a La Esfera, Idri
Muy bueno Idri, nos has dejado boquiabiertos con este final tan sorprendente. Felicidades y bienvenida a La Esfera.
ResponderEliminarBienvenida a la Esfera, Idri. Lo cierto es que entras en una cuestión peliaguda y fascinante.
ResponderEliminarMuy bueno, buenísimo texto Idri. Reune todos los ingredientes. En pocas palabras haces muchas cabriolas. Enhorabuena
ResponderEliminarGracias por vuestra acogida y comentarios. Motivan para crear. Nos escribimos pronto. Un abrazo
ResponderEliminar