01 marzo, 2011

Naturalez

Me atrapa el pecho desesperadamente, y mete la boca en mi enorme pezón. Chupa con la fuerza demoledora de la codicia. Su ímpetu salvaje me excita cada vez más. Comienza a mirarme fijamente para asegurarse que no voy a hacer ningún movimiento que le aparte de su objetivo.
Con cada una de sus sorbidas experimento el ilícito placer extendiéndose como una telaraña desde mis senos . Rápidamente el volcán se va centrando en mi sexo y, una vez más , cuando está a punto de desbordarse, lo encallo.
La culpa se apodera de la leona, es mi cachorro. No esta bien sentir esto alimentando a tu hijo.

Texto: Idri

6 comentarios:

  1. En un principio pensé en un texto porno, pero el final es buenísimo, me sorprendió y vuelta a leer.

    ResponderEliminar
  2. Incitante, excitante... sorprendente.
    Muy bueno!
    Bienvenida a La Esfera, Idri

    ResponderEliminar
  3. Muy bueno Idri, nos has dejado boquiabiertos con este final tan sorprendente. Felicidades y bienvenida a La Esfera.

    ResponderEliminar
  4. Bienvenida a la Esfera, Idri. Lo cierto es que entras en una cuestión peliaguda y fascinante.

    ResponderEliminar
  5. Muy bueno, buenísimo texto Idri. Reune todos los ingredientes. En pocas palabras haces muchas cabriolas. Enhorabuena

    ResponderEliminar
  6. Gracias por vuestra acogida y comentarios. Motivan para crear. Nos escribimos pronto. Un abrazo

    ResponderEliminar

Gracias por contribuir con tus comentarios y tu punto de vista.

Los componentes de La Esfera te saludan y esperan verte a menudo por aquí.

Ésta es tu casa.