Quedaron los días de tus besos prendados a mis labios
ahora ya secos...
Qué pálida está la flor del geranio
y la bruma en la montaña imitando a la tristeza.
Una mota de polvo vuela hacia mí,
adivino sus múltiples ojos repitiéndome.
La tarde arrecia deslumbrando batiendo sus últimos suspiros,
ahora ya secos...
Qué pálida está la flor del geranio
y la bruma en la montaña imitando a la tristeza.
Una mota de polvo vuela hacia mí,
adivino sus múltiples ojos repitiéndome.
La tarde arrecia deslumbrando batiendo sus últimos suspiros,
la noche... la noche tronando tu nombre.
Dácil Martín
Dácil, existen textos que no se saben por qué, gustan. Y los relees y rebuscas y te preguntas ¿Por qué? Éste es uno de ellos.
ResponderEliminarMe gusta y no me preguntes por qué.
Gracias Dácil, por tus apuntes gramaticales sobre los "por qués".
ResponderEliminarTe aseguro que se me olvidará la norma y en el afán de comunicar, los escribiré como nazcan. Y se entenderán, por poco estéticos que sean.
Gracias Francisco, celebro que te guste. Es que estos textos míos salen muy raros y tristes. Y que sigan naciendo los porqués en esa mente inquieta que tienes.
ResponderEliminarDácil. Hace muy poco que estoy leyendo poesía. Me parecía, lo que se dice "un rollo". Te aseguro que ahora, que cada vez leo más poesía, encuentro que es la máxima expresión de escritura. Por eso creo que mi percepción de "un rollo" estaba directamente relacionada con mi "incultura poética". Éste tuyo: una pequeña gran joya. Sigo aprendiendo. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarMe encanta que otros deis el paso hacia la poesía. Como bien apunta Miguel Ángel, en ella quizá radique la esencia de la escritura, e incluso, se trate de la escritura de la esencia de lo humano y cuanto le acontece. No todos somos poetas, por suerte para el mundo, pero no está de más que todos gustemos de la poesía y de vez en vez se pruebe...
ResponderEliminarNo digas, Dácil, que son textos raros. Son textos con la verdad por delante. Son textos en los que lo que importa es escarbar adentro.
Preguntas, Francisco, por qué gustan... Es que la poesía, muchas veces, se lee tanto con el estómago como con la razón...
¡Cuánta belleza hay en la triste melancolía de este poema! Precioso.
ResponderEliminarDacil:
ResponderEliminarPoesía es lo que has escrito, porque nos cuentas emociones empleando vocablos y ritmo capaces de comunicar y gustar, sin saber porque ( teclado que acentúa cuando le parece).
Felicidades y no lo dejes. Un abrazo. A.
Me ha despertado mil sensaciones. No sabría poner en palabras la emoción que me has transmitido.
ResponderEliminarGracias y enhorabuena
Qué belleza, Dácil. La poesía no se piensa, se siente, o no se siente. Cuando no se siente, como escribe Miguel, es por pura incultura poética. Qué sería del mundo sin poesía.
ResponderEliminarMe ha encantado, Dácil, un beso.
Dácil sabía que te gustaba leer poesía pero no sabía lo bien que la escribías. Versos que te envuelven con la maestría de un poeta.
ResponderEliminarMe ha encantado
No es la primera vez que tenemos la suerte de leer poemas tuyo, ya conocíamos tu sensibilidad y tu musicalidad, que nos inundaban con pocos versos quedando su perfume eternamente en el aire. "Los besos, los labios secos, la pálida flor, la bruma de la montaña, la tarde, la noche" Eres capaz de "pegarnos" a tus letras como si bailáramos a un ritmo melodioso caraterizado por esa cadencia.
ResponderEliminarY para que FranCo diga que le gusta un poema es que éste es bueno por necesidad.
Un abrazo.
Queridos amigos, me ha supuesto una gran alegría los comentarios hechos que tanto me han animado a seguir. Y también que puedan concebir mi escrito como poesía. Es lo que intento, escribir y leer para ella, la poesía, percibir la esencia de la vida como apuntaba Miguel Angel o Amando.
ResponderEliminarA todos muchas gracias y un abrazo
Dácil