Por no perderlo, porque no se me escapara, porque no sufriera los embates del frío, del viento de la lluvia, de la escarcha o del hielo, ahora sólo hay noventa y nueve pájaros volando, el otro se me murió de tristeza, preso en mi mano, y no sé dónde enterrarlo.
Texto: Amando Carabias.
Narración. La La voz Silenciosa
Texto: Amando Carabias.
Narración. La La voz Silenciosa
Qué buen micro y qué buena reflexión!
ResponderEliminarCómo podemos ahogar a quien más queremos proteger. Pero, ¿seguro que lo que queremos es proteger o es controlar?
Muy bueno
Un abrazo
Sencillamente genial cómo has abordado este tema en tono de micro, Amando. Sencillamente Genial. En cuanto al tema da muchísimo de sí. "...ahora sólo hay noventa y nueve pájaros volando...", y yo me pregunto ¿sólo?. ¡Son noventa y nueve!. Y yo preocupado de dónde entierro mi único pájaro muerto ya de pura tristeza. Es tan difícil, como dice Ana, establecer la frontera entre el proteger y el controlar, tan difícil...
ResponderEliminarYa lo decía el dicho "Pobre pájaro en mano si cientos volando..."
ResponderEliminarMuy bueno, Armando. Buena reflexión.
Un saludo.
Repito lo que dejé en Pavesas.
ResponderEliminarEs un poema, porque la poesía sobrevuela este delicado texto. Amando has bordado una metáfora genial. No se puede apresar la creatividad. Todos los pájaros merecen volar, que alguien diga cómo se mide a un poeta.
Mil besos, libres como tu imaginación.
Y no nos damos cuenta... o no nos queremos dar cuenta? Somos egoístas por naturaleza o temerosos de la soledad?
ResponderEliminarGENIAL AMANDO
Celosos, corremos el riesgo de asfixiar a lo que más queremos. Mejor volemos todos.
ResponderEliminarFantástico "poema", Amando.
Pues, como dice Sara, tendremos que cuestionar lo de que "más vale pájaro en mano..." Es como una segunda parte esperada hace siglos para contradecir a la primera. El micro nos advierte, quizá de la excesiva protección a cambio de la libertad del protegido ¿Pero no será que protegemos nuestros miedos? Muy buen micro, con ese toque poético como señala Isolda.
ResponderEliminarQué bello poema, y qué triste. Me recuerda a los padres que sobreprotegen a sus hijos y por ello los pierden. Me ha gustado mucho, qué pocas plabras y cuántas imágenes, cientos volando. Sobre todo, las del desespero con el pájaro en la mano y no saber donde enterrerarlo.
ResponderEliminarUn abrazo
Me fascina este tipo de textos. Tanto y tan concentrado, que hace que su contenido sea parecido a un Chanel nº5, inconfundible.
ResponderEliminarGracias Amando.
Gracias a todos por vuestras palabras.
ResponderEliminarCreo yo que lo imporatante no es el género, sino lo que se cuenta. El estilo de cada uno, al final brota sin que se pueda evitar, y en este caso no se pretendía.
Besos y abrazos.
A veces el exceso de cuidados del has frágil puede llegares unutilizarlos fanto feúca como psicologicicamente
ResponderEliminarBuen texto. Expresa a la perfección el amor asfixiante, la protección excesiva.
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