11 mayo, 2011
Si Pudiera...
Un día cualquiera. Hoy mismo. O ayer. ¿Qué más da? Un día es casi igual al otro, solo que se adereza con cositas distintas. Con sorpresas. Con sustos. Con alegrías. Con amores. Con tristezas. Con noticias… Es un espacio temporal, nada más. Estás despierto y expuesto a todo lo que suceda. A cualquier acontecimiento.
Y nos pasamos ese tiempo pensando o diciendo… Si pudiera… Si pudiera, ¿qué? Casi siempre, lo anteponemos a algo imposible. O a algún sueño. A metas larguísimas, que hoy vemos inalcanzables.
Y ahí está el quid de la cuestión.
Las metas largas son ilusiones. Agradables, pero nada más que ilusiones. ¿Cuántas de verdad, pensamos que conseguiremos? Ninguna. Es el país de Nunca Jamás. Somos Peter Pan. Solo que él sí tenía claro lo que buscaba. Su sombra.
Yo, en concreto, ni pienso en mi sobra. Y va siempre conmigo. Es igual que mi ombligo, solo que es más fácil mirar hacia abajo y hacia dentro que hacia fuera. Hacia lo que proyectamos. Y lo que personifica la sombra es la parte que no es transparente, es decir, nosotros. Porque la luz no pasa. Ojala pensáramos en ser más transparentes. Más sinceros. Más solidarios. O simplemente, más realistas.
Metas cortas, que no fáciles, pero posibles. En eso hemos de apoyarnos. Y uniendo una a la anteriormente conseguida, iremos haciendo camino, como decía el poeta, al andar.
Y ante esta idea que acabo de expresar aquí, hasta yo exclamo... SI PUDIERA.
Texto y Voz: José Francisco Díaz-Salado Suárez
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Toda una declaración de intenciones.
ResponderEliminarMe ha encantado
Un abrazo
Lo he leído esta mañana. Pero no podía comentar, mi equipo matutino me lo impide por misterios tecnológicos que soy incapaz de explicar.
ResponderEliminarIba a decir que el texto me había encantado, pero que no estaba de acuerdo en algunas cosas, que somos un poco materia de los sueños, que si no nos ponemos metas, aunque sean difíciles es imposible lograr nada. Lo malo, si acaso, es quedarse en el sueño...
Pero claro, después de lo que acaba de suceder en Lorca a uno no le queda más remedio que reconocer que lo mejor, quizá sea compartir la última frase, apoyarnos en nuestro Machado, y hacer camino al andar.
felicitaciones,muy buen relato,aveces se nos va la vida intentando, nada por nada,
ResponderEliminarsaludos
floria
No existe meta más cercana y realizable que las pequeñas.
ResponderEliminarLas metas mastodónticas e inalcanzables nos llevan a la frustración.
Interesante reflexión. Tenemos que cambiar el "Si pudiese", por "Yo puedo"
Bienvenido a La Esfera.
Por suerte he podido rescatar mi comentario jeje... Lo copio:
ResponderEliminarLo he leído esta mañana. Pero no podía comentar, mi equipo matutino me lo impide por misterios tecnológicos que soy incapaz de explicar.
Iba a decir que el texto me había encantado, pero que no estaba de acuerdo en algunas cosas, que somos un poco materia de los sueños, que si no nos ponemos metas, aunque sean difíciles es imposible lograr nada. Lo malo, si acaso, es quedarse en el sueño...
Pero claro, después de lo que acaba de suceder en Lorca a uno no le queda más remedio que reconocer que lo mejor, quizá sea compartir la última frase, apoyarnos en nuestro Machado, y hacer camino al andar.
Las metas grandes casi siempre son inalcanzables y ello nos llena de frustración.
ResponderEliminarLa metas cortas, las de los humanos de a pie, aquellas consegibles nos hacen felices. Así cambiaríamos el SI PUDIERA por PUEDO. Ese es el secreto.
FranCo