Salí del zaguán, la luz del sol me daba directamente en los ojos, dejaba atrás un reguero de incertidumbre, intentaba averiguar la razón de tu desprecio.
Mis pasos marcaban el ritmo de la angustia, sabía que no iba a volver a ver esos labios sensuales dibujando susurros en mi memoria.
Intuir una explicación que borrara ese portazo, el sonido más afilado de aquellos momentos.
Frenesí, con furia y sin lógica. Terca locura. Delirios de pasión.
Primero desenfreno en tus mordidas, dedos que clavaban excitación en mi carne, inquietante danza de deseos, indescriptible contorno en tus curvas, el recuerdo del ardor que nos unía.
Después el dolor, el desgarro de perderte, la ansiedad de tu indiferencia.
Esa duda despojó tu sombra de mi cuerpo, consiguió arrancar violencia de mi alma, desvaneciendo el único aliento que nos ligaba.
Narración: La Voz Silenciosa
Narración: La Voz Silenciosa
Cierto, Inma, siempre es peor la incertidumbre, incluso mas que la temida indiferencia. Buen frenético texto. Bs.
ResponderEliminarMuy hermoso Inma, aunque el desgarro posterior es muy doloroso. No sé por qué, ya no me entusiasma el frenesí;)) Me gusta cómo la duda despojó la sombra de su cuerpo...
ResponderEliminarMuchos besos, querida.
Apasionada y radical historia de ¿desamor? ¿deseo que se agota en su propio fuego?
ResponderEliminarLas cenizas que quedan después de un incendio violento.
Me ha encantado
Historia cotidiana, brutal y bien narrada.
ResponderEliminarUn beso
Un texto interesante que desnuda el sentimiento desagarrador del desamor cuando ha sido apasionado. Me ha gustado mucho
ResponderEliminarSí, probablemente tienes razón. No creo que te pueda corregir, como me prguntas. El texto tan apasionado y lleno de fuerza atrapa tanto que uno sólo puede considerar que tienes razón. A veces la pasión no es el mejor cimiento para ciertos edificios, es un material que es mejor usar para los alicatados interiores.
ResponderEliminarEl vivo fuego de una relación que quema los cuerpos, más no llega a formar las tibias brasas de nuevos deseos encontrados, de nuevas caricias calmadas que atesoren abrigos eternos. Sólo quedan las grises cenizas. Anhelos de más abrazos que perecen chamuscados. Me ha gustado mucho, Inma.
ResponderEliminarMuy vivo y con mucha fuerza, me ha gustado tu relato, Inma.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarbuen texto, no hay nada peor que el desamor con indiferencia.
ResponderEliminarsaludos totales.