En Baeza se enamoró Elisa de un fantasma. Era lógico y posible teniendo en cuenta la alta población de espíritus que purga sus penas en los palacios e iglesias de la ciudad. Sus maneras exquisitas, su jubón carmesí y su gran lechuguilla le fundieron los huesos cuando atravesó sin querer aquel cuerpo de hombre translúcido mientras hacia una visita turística a la catedral. Fue amor a primera vista.
Desde entonces ella lo lavaba todas las mañanas con detergente para ropa delicada y lo colgaba bien estirado sobre una silla cerca de la estufa para que se secara. Cuando llegaba la noche hacían el amor hasta la extenuación y él quedaba arrugado como una pasa tras penetrar sin descanso la carnalidad de su enamorada.Fueron felices, entre amaneceres perfumados de suavizante floral y madrugadas de lujuria hidalga, hasta que un día el caballero fantasma, tras esperar impaciente su baño diario, descubrió a Elisa gimiendo mientras dormía, con el cubrecama enrollado libidinosamente sobre el cuerpo desnudo. De nada sirvieron las explicaciones de la sorprendida amada. El hidalgo retó en duelo mortal a la traidora sábana blanca que resultó ser el espectro de Iñigo de Mora y Villegas, conocido mancillador de honras ajenas.
Texto: Mar Horno GarcíaNarración: La Voz Silenciosa
Y luego dicen que las ciudades históricas no hay vida, si hasta los fantasmas continúan con sus aventuras.
ResponderEliminarMe ha gustado la ironía de este texto.
Bonito relato...yo he colgado un amor distinto,,,,te acabo de conocer..un placer...seguimos...un beso desde Murcia..
ResponderEliminarHasta las sábanas tienen peligro.
ResponderEliminarMe ha gustado. Enhorabuena Mar.
Saludos desde el aire
Jejeje ¡Ya era hora! un relato que me hiciera sonreír en esta casa entre tanta “penita” (tampoco los he leído todos, la verdad sea dicha), y además humor combinado con sexo: perfecto.
ResponderEliminarHasta me estaba planteando escribir algo en esa línea, pero ahora me lo has puesto muy difícil.
Estupendo Mar ;-)
Ailema del Revés.
Amando, tú no sabes la vida que hay en las ciudades históricas... y el morbo que dan.
ResponderEliminarMuchas gracias alp, te visitaré para leer ese amor distinto.
Muchas gracias Rosa. Ya no te puedes fiar de nadie ni de nada, ni de las sábanas.
Me alegra haberte hecho sonreir Ratón Tintero, que con los tiempos que corren es bastante difícil.
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios y a La Esfera Cultural por publicarlo.
Muy divertido Mar y bien escrito. Enhorabuena.
ResponderEliminarMar, me ha gustado mucho el texto. me encantan esos espectros, la vida es una sombra permanente que nos acecha.
ResponderEliminarUn abrazo, me alegro de verte por aquí.
Jaja, muy bueno Mar.
ResponderEliminarEs que Úbeda da para mucho! Me ha encantado la historia y el mimo con que cuidaba Elisa a su fantasma. Pero un apellido hidalgo parece ser que tiene más fuerza... Mucha ironía y muy agradable.
ResponderEliminarBesos, Mar.
Gracias Inma, Xavier, Yolanda. Espero haberos hecho pasar un rato agradable. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Isolda. La acción se desarrolla en Baeza. Es una ciudad preciosa que está muy cerca de Úbeda. Siempre se las nombra juntas porque fueron nombradas Patrimonio de la Humanidad a la vez como ciudades renacentistas. Os las recomiendo si queréis hacer turismo. Y a lo mejor conocéis al fantasma de vuestras vidas, nunca se sabe...
ResponderEliminarTienes razón, perdóname Mar ha sido uno de mis lapsus. Las conozco las dos muy bien y son ciudades maravillosas. En cualquiera de ellas, podrías haber situado la acción, pero al césar lo que es del césar.
ResponderEliminarBesos de callejuelas imposibles.
Pero qué bueno!!!!!
ResponderEliminarUna historia sobrenatural (o no, quién sabe lo que se cuece entre los muros de los palacios de Baeza) completa, con un desarrollo ágil, intriga, amor, celos, humor...
Esos amaneceres perfumados de suavizante floral y madrugadas de lujuria hidalga... Magnífico!
Enhorabuena y gracias!!!!!!!!
Muchas gracias por tus palabras Ana. Me encanta que te guste. Por un comentario como el tuyo merece la pensa escribir. Un beso.
ResponderEliminarGenial, de tal amor, tal traición...no podía ser de otra manera
ResponderEliminar