Hay gargantas que emiten voces efímeras, que duran apenas dos canciones y que luego enmudecen víctimas del paso de los años, y del implacable juicio de las modas.
También hay bocas que emiten voces eternas, inmortales, inmutables al paso de los años, capaces de sacar oro de antiguas letras escritas para ser cantadas por ellas, ya tengan veinte, treinta, cuarenta,... ochenta años.
La cantante cubana Omara Portuondo y su octogenaria y timbrada voz carente de arrugas, se han unido a los acordes del piano de Chucho Valdés en su segundo disco juntos llamado, sencillamente Omara y Chucho. En la portada del disco aparecen sus manos unidas, como si de enamorados se trataran. Y de hecho lo están. Enamorados del tránsito musical sobre el cual han caminado sus vidas allá en su Cuba natal, y eso se nota en el resultado final.
Les recomiendo este trabajo
del cual os traigo el tema llamado
Me acostumbré a estar si ti.
Qué lástima, hasta la noche no lo puedo escuchar. Gracias, Miguel Ángel por traernos esta pareja.
ResponderEliminarMaravillosos!!! Gracias.
ResponderEliminarBesos desde el aire
Me encanta, gracias.
ResponderEliminarEl tema es precioso. Nada es eterno, ni siquiera la tristeza o la melancolía. El ser humano puede con casi todo...
ResponderEliminarY tienes razón Miguel Ángel, la voz de Omara carece de arrugas.
Miguel Ánguel, me sorprende la similitud de gustos musicales que tenemos
ResponderEliminarEste tema irá directo a la programación de La Esfera Radio.
Muy bueno, me lo copio al muro de Facebook, gracias por compartirlo, bs.
ResponderEliminarMe alegro que os haya gustado este tema. Es un cóctel delicioso. En cuanto a lo que comentas Francisco, es lógico: Si algo nos caracteriza a los del 67, es el buen gusto.
ResponderEliminarMaravillosa combinación. Hay genios que no pierden el lustre, antes al contrario, con el tiempo.
ResponderEliminarGracias por traerlos.
Un abrazo grande
Ya lo escuche en el twiter de Amando en su momento, pero hastahoy no he podido felicitarte Miguel Angel.
ResponderEliminarUno se siente doblemente joven y con las ganas de seguir luchando -viviendo- multiplicadas.
Un abrazo Á.