Atavíos del viento,
aplastante certeza de la aurora,
inventario infinito de unicornios
y gemas de cristal sobre la noche.
Hay un añejo rumor entre las piedras,
una sutil presencia de infinitos
y un cordel con memoria atado a todo.
También una proclama
y un libro desgastado de tanta permanencia.
Las huellas de dos hijos que no nos pertenecen,
unas alas que aún vuelan,
un estado intermedio entre el azul y el verde
y esta isla,
esta isla de caminos sin nombre y de manos abiertas,
de árboles de agua y murmullos de hierba.
Esto es lo que nos queda.
Nada más, nada menos.
©Isabel Expósito Morales
Un precioso inventario, rico en sentimientos y poblado de bellas imágenes.
ResponderEliminarMuy bonito, Isabel.
Me identifico plenamente con este inventario vital. No conocía tu poesía pero me he quedado con ganas de seguir leyendo más. ¿Para cuando la próxima?
ResponderEliminarSin ser gran lector de poesía, he conectado inmediatamente con esta. Sin ser sencilla, me ha sido fácil dejarme llevar por esa forma de sentir la vida. Gracias, Isabel
ResponderEliminarGracias a todos por ese abrazo cálido y dulce que lleva sus palabras. Lo recibo con la misma calidez con que lo envían. Abrazos de vuelta.
ResponderEliminarSuscribo este mismo inventario. Podría ser el mío. Me lo apropio, Isabel, con tu permiso. Un beso
ResponderEliminarTu poema lleno de juegos de palabras (árboles de agua, murmullos de hierba, ¡genial!), me ha conducido hacia un inventario que cubre casi las necesidades. Remate de "nada más, nada menos" que te deja pensando en si necesito algo más o si puedo incluso prescindir de algo. Me ha encantado.
ResponderEliminarCreo que el poema es una fuente de agua fresca del que apetece beber, no una, sino varias veces.
ResponderEliminarGracias Amando, sus comentarios sí que son como agua fresca para mí.
ResponderEliminarHermoso inventario. Es mucho más de lo que muchos pueden decir.
ResponderEliminarSolamente una gran sensibilidad puede dibujar tan bellas figuras. Tu lectura nos lleva mas allá de lo imaginable. No dejes de deleitarnos !!!
ResponderEliminarEstimada Isabel,
ResponderEliminarPalabras bellas que juntan diseñan imágenes y emociones.
¿La isla de la que hablas es Tenerife?
¿Cariño por Almáciga y Taganana?
Un saludo,
FranCo
Gracias por tu comentario, Franco. La isla de la que hablo es un concepto genérico que bien podría ser Tenerife pero que también es la isla que todos somos frente a los demás y desde luego otra que navega permanentemente en mi interior porque de allí vengo y hacia allí voy, El Hierro. Cariño inmenso, sin duda, por
ResponderEliminarla belleza y la magia de Almáciga y Taganana y sus hermosos encuentros con el mar. Un abrazo
Hermosa isla, hermosa poesía. Palabras que nos llegan y transportan a cosas buenas, verdaderas.......poeta en una sola palabra.
ResponderEliminarEsa idea de que somos islas frente a los demás de la que hablas en uno de tus comentarios de respuesta, caló hondo en mi ánimo: así justamente es como me siento.
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