Le perseguían mortificando su existencia. Cualquier intento por huir había resultado un fracaso. El cambio en el número de teléfono, de amigos, de residencia, de nombre y de sexo de nada había servido. Desesperado intentó en alguna ocasión traspasar el otro lado, dejarse llevar. Naufragar en el océano, volar o dormir plácidamente, sin éxito. Intentos en vano. Siempre volvían.
Me confiesa que ahora tiene un plan: ha conseguido un billete de polizón en una nave espacial de la NASA, con el propósito de abandonarla una vez esté en orbita y arribar a la Luna. Si aún así le encuentran, promete quemarse, esta vez por fuera. Yo le escucho, nada le digo, sólo tacho su nombre de mi lista de pacientes. Él no sabe, no quiere entender, que sus problemas siempre viajarán con él.
Texto: Nicolás Jarque Alegre.
Narración: La Voz Silenciosa
Narración: La Voz Silenciosa
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ResponderEliminarQué triste verdad y qué tormento. Buen micro, felicidades, Nicolás.
ResponderEliminarTerrorífico y real. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarBreve e intenso, una triste realidad. El final: buenísimo. Enhorabuena Nicolás.
ResponderEliminarA veces la realidad supera a la ficción y a este pobre su realidad lo acompañará más allá de las estrellas y del suicidio a lo bonzo.
ResponderEliminarEstupendo, estupendo texto.
Esas presencias que siempre acompañan, me ha recordado a la película:"una mente maravillosa", aunque el final de la película era mucho más agradable que el de tu protagonista.
ResponderEliminarVerdadero. A donde quiera que emigremos, los llevaremos a cuestas. Lo de la Nasa genial....
ResponderEliminarLa mente es difícil de tratar. Seguirán, por desgracia, con él, allá donde fuere.
ResponderEliminarEl micro, me ha encantado, por tu imaginación y por la realidad que la supera.
Besos, cuerdos por ahora...
Esta vez se quemará por fuera, imagino que en su interior ya solo quedan rescoldos.
ResponderEliminarYa sabes lo que pienso de tu gran imaginación y de tus finales sorprendentes, pero me alegro de podértelo decir aquí, en La Esfera.
Besos
Qué razón tienes!!! Por mucho que huyas... Los problemas van contigo.
ResponderEliminarBesos desde el aire y enhorabuena Nicolás.
Nosotros, nuestros peores enemigos. Fantástico. Un saludo Nicolás.
ResponderEliminarNicolás, me gusta verte aquí, rodeado de amigos. Esa sombra es infinita, nos persigue siempre, y desde la Luna seguirá eclipsando nuestros sueños. Hay que cogerla por la solapa, cada mañana, y enfrentarse a ella, aunque nos gane, y nos deje tendidos en la lona, nunca tiraremos la toalla.
ResponderEliminarUn abrazo amigo
Enhorabuena Nicolás,
ResponderEliminarAllá donde te vayas, te los llevas contigo, tremendo...
Este relato es tan tormentoso como el océano por el que navega.
Besicos.
Lo releo y nuevamente me impacta esa última posibilidad de escape; el quemarse por fuera.
ResponderEliminarMás saludos, Nicolás.
Nicolás, los problemas nos atormentan. Quemarse por fuera es una buena frase. Me encanta la crítica al psicoanalista inútil.
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