27 noviembre, 2011

Campanadas

Doce cucarachas negras salen de su boca entreabierta, como doce uvas pasas.
Entre sus manos una hoja amarillenta. La pluma descansa sobre una frase, trece letras de molde ataviadas con adornos navideños y escarcha entre los trazos.
Un disco de vinilo repite incesante su último giro, mascullando las debilitadas notas de “campana sobre campana”.
El olor a decadencia vive incrustado en las paredes, rebosa por los resquicios de una puerta lúgubre, en pleno centro de la capital infestada de bullicio y consumismo.
Tras el ventanal de su cuartucho, se observa la falsedad de un papá Noel disfrazado por diez euros, las máscaras cubiertas de pelos de los aprendices de Magos sin Rey, las tintineantes luces cuarteando unos árboles de navidad sintéticos.
El viejo escritor, con el plumín sumergido en tinta y pergaminos amarillentos amontonados, quiere descubrir la originalidad inventando su muerte. Tropezarse con la fama el día de Noche Vieja, el día en que la hambruna se esconde bajo ostentosos guisos, el día en que los eternos optimistas intentan convencer que habrá un mañana mejor, la noche en la que todos abrazan una esperanza tras doce campanadas.
Esta noche quiere confundir a todos con la frase que oculta su puño, con la postura de un eterno descanso y con su obra apilada carcomida por la espera.
Esta noche la fama golpea la puerta con una muerte anunciada y una frase sin acabar:
Feliz Año Nuevo…
Texto: Inma Vinuesa
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14 comentarios:

  1. ¿Puedo votar trece veces por este texto? o quince, ¡o dos mil doce veces! Contrastes en las descripciones, inteligencia en la trama, sensibilidad en el camino, ¿qué más se puede pedir?
    Enhorabuenísima, Inma. Exquisito.

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  2. Me parece un texto poético, en el sentido de la verdadera poesía, es decir, aquel texto cuyas palabras y frases abren la mirada al lector hacia horizontes mucho más amplios que los que en apariencia se presentan.
    Texto sincero (en el doble sentido de sinceridad contigo misma y con el mundo tantas veces vomitivo que habitamos) y espléndido.
    Mirada inquisitiva, casi un bisturí, sobre la deriva suicida de esta civilización que nos lleva a la perdición

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  3. Me gusta mucho, Inma. En pocas líneas describes una realidad, tantas veces conocida, aunque no tan bien escrita, con esas imágenes que se pegan a la piel y que remueven conciencias. La nochevieja, absurdamente, se convierte en algunos casos, en una nueva etapa, tan nueva como la propia muerte. ¡Qué triste! Conseguirá la efímera fama que buscaban sus palabras, sí, ¡pero a qué precio!
    Besos emocionados, querida

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  4. No hace falta irse debajo de un puente, la decadencia está entre las paredes de muchas casas que sólo por unos días parecen respirar, felicidad.
    Buen relato, din-don-dan...
    Besicos.

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  5. ¡Qué terrible la decepción de toda una vida de "obra apilada carcomida por la espera"!
    Pero no se da por vencido. Quiere la fama y la conseguirá.
    Magnífico texto, Inma, lleno de fuerza, evocaciones, desesperanza y sensibilidad.
    Chapeau!
    Un abrazo enorme

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  6. Para quitarse el sombrero, pura poesía. Un saludo.

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  7. Gracias amigos, no tengo palabras para tanto elogio. Os aseguro que cada día me esfuerzo más para que las letras tengan sentido y merezcan la pena leerlas.

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  8. Bella literatura con ambiente de final de milenio.
    Saludos

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  9. la Noche vieja no me gusta del todo con sus deseos facticios y obligatorios. Me encanta el contraste entre el piso decadante y la falsedad en la calle.
    Comenté en otro post que el suicidio de un escritor lleva al éxito. ¿Es siempre cierto?
    Enhorabuena, Inma.

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  10. Evocador.
    ¡Cuanta literatura inspiran los escritores a los escritores!

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  11. Sin duda, es muy poético, muy buen texto.

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  12. Es precioso. Engancha desde el primer eslabón y no te deja ni un momento hasta terminarlo. ¿Puedes hacer la segunda parte?.

    Un beso des-
    demispalabrasylasvuestras.

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  13. Inma, describes una postal navideña de color sepia muy visual. Las doce campanadas y trece letras, la última. El manuscrito carcomido por las editoriales, el tintero seco de tantas esperas y el paso a la posteridad con un feliz vida eterna. Relato de la negra navidad muy triste. Buen trabajo.

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  14. Apocalipsis navideño con cucarachas incluidas.

    Muy bueno.

    Abrazos atemporales.

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