Existe una gran diferencia entre ser un fan y ser un admirador. Un fan sigue a ciegas al objeto de su admiración, de forma visceral y, generalmente, en el ámbito de un séquito de seguidores, tan fanáticos como el mismo fan. Ser admirador es otra cosa. Es descubrir las cualidades que hacen que alguien sea especial, es apreciar, calibrar los matices que hacen que el admirado sobresalga por encima del resto. Ser admirador tiene un aspecto analítico que escapa a la etiqueta de fan.
Conocía parte del trabajo de Maika Makovski a través de la radio y Youtube, y me gustaba. Desde que tuve la oportunidad de asistir a un concierto suyo he pasado a ser una convencida admiradora.
Maika Makovski tiene una fuerza en el escenario que te engulle. Tal vez sea
su forma de tocar el piano, con pasión, a golpes casi, de tocar la guitarra, a veces rasgueando, otras con fuerza rockera. Tal vez sea su increíble técnica vocal, capaz de pasar del susurro al gruñido, de la melodía al desgarro; o tal vez sea el descaro con el que nos lanza canciones inclasificables, imposibles de adscribir a un estilo concreto, que recogen aires tan dispares y, casi nunca en estado puro, como el blues, la balada, el rock, los acordes orientales, el punk, la música electrónica o el pop más reconocible.Sonido Maika Makovski.
No hay otra forma de definir la música que hace esta artista única, que se acompaña de tres excelentes intérpretes, David Martínez —batería—, Juan Carlos Luque —bajo y percusión— y Oskar Benas —guitarra, y coros—; una música que nadie debería perder la oportunidad de disfrutar en directo.
Os animo a ESCUCHAR, con mayúsculas, su trabajo, potente, distinto, impactante, a veces difícil, interesante siempre. Y os propongo un recorrido por temas tan dispares que os den una visión a vista de pájaro de su singular obra: When the wind blows, Lava love, No blood, Friends, The gate, Ruled by Mars, Avoiding you, So far sober.
El resto, corre de vuestra cuenta, porque no podréis parar.
Crítica: Ana Joyanes
Una muestra aquí
Espero que no se me olvide escuchar los enlaces que propones esta noche.
ResponderEliminarNo conozco nada de esta música,así que no puedo opinar, aunque me fío de ti.
Cruzo los dedos, porque no es una música fácil. Pero, te lo aseguro, es muy buena, y diferente, cosa cada vez más difícil de encontrar.
ResponderEliminarUn abrazo Amando y gracias por el voto de confianza.
Ana, nunca había reflexionado sobre fan y admirador. Será que nunca lo he sido de nadie, ni de nada. ¿Te podría valer seguidor de su trabajo/creación?
ResponderEliminarEs un placer descubrir nuevos caminos musicales, y éste es complejo de definir pero muy grato cuando te dejas engullir. Sonido Maika Makovski.
Gracias
No la había escuchado nunca, aunque había oído hablar de ella. Me he detenido a ESCUCHARLA, tal como nos recomiendas y me llaman la atención varias cosas: su estilo tan personal dotado de un halo misterioso que construye desde su imagen hasta la disonancia del sonido, la voz llena de variantes tonales y la predominancia de los acordes menores en las canciones que he escuchado. Todo esto invita a ESCUCHAR y buscar más allá del sonido a ver qué se encuentra. Lo has definido muy bien Ana, cuando le has dicho a Amando que no es una música fácil, pero a veces se escucha música difícil por decir "hago música distinta" y esto no es el efecto que Maika busca. Ella lo hace con intención. Se nota.
ResponderEliminarGracias por esta muy interesante reseña. Me apunto a admirador, y veremos si me vuelvo fan.
Me vale cualquier definición, FranCo. Lo importante es seguir con curiosidad por conocer y disfrutar de lo nuevo que nos rodea. Y si es música, mejor que mejor.
ResponderEliminarMiguel Ángel, no sabes qué alegría me da conocer tu opinión. Eres un experto y tu opinión es muy importante para mí.
Ya somos dos sus admiradores (dos en La Esfera, que varios amigos míos son también admiradores declarados). El futuro ya se verá.
Un abrazo muy grande para los dos.