La enfermera me nombró en tercer lugar, después desapareció cerrando la puerta tras de sí. Faltaban poco: unos minutos apenas. La sentencia sobre mi vida sería desvelada.
Cuando llegó mi turno una inesperada punzada de pánico me invadió. Escruté el rostro del médico, anticipando la respuesta en él. Solo encontré inexpresividad. Me pregunté si para él, un fatal diagnóstico, supondría un revés en su vida diaria. ¿Significaría lo mismo que para mí la pérdida de un cliente? Alzó sus ojos un leve instante, después los fijó otra vez en los papeles y empezó a hablar. Ya estaba, detrás de una jerga médica en la que me perdí, una palabra quedó prendida de mi expectación: metástasis.
Curiosamente, me relajé. El pánico que me había atrapado me soltó y liberó el peso del peor de los males: la incertidumbre.
Cuando llegó mi turno una inesperada punzada de pánico me invadió. Escruté el rostro del médico, anticipando la respuesta en él. Solo encontré inexpresividad. Me pregunté si para él, un fatal diagnóstico, supondría un revés en su vida diaria. ¿Significaría lo mismo que para mí la pérdida de un cliente? Alzó sus ojos un leve instante, después los fijó otra vez en los papeles y empezó a hablar. Ya estaba, detrás de una jerga médica en la que me perdí, una palabra quedó prendida de mi expectación: metástasis.
Curiosamente, me relajé. El pánico que me había atrapado me soltó y liberó el peso del peor de los males: la incertidumbre.
Texto: Yolanda Nava Miguélez
Narración: La Voz Silenciosa
Narración: La Voz Silenciosa
(tercer intento)
ResponderEliminarExcelente micro, tanto dicho con tan pocas palabras.
Comparto cn la autora la idea de que la certeza, incluso de una noticia nefasta, siempre es mejor que la incertidubre maligna, al menos existe la posicblidad de ir creando mecanismos de adapatación para seguir en la lucha.
En cuanto al médico: Opino que arropa con el maremagnum de tecnicismos su propio miedo y su dolor. NO es lo mismo comunicar a un paciente un noticia fatal ( o a sus seres queridos) que perder un cliente, te lo aseguro.
Un abrazo À.
¡Enhorabuena!Has sabido plasmar muy bien ese rato de ansiedad e incertidumbre que sufren todos los pacientes cuando esperan lo peor.
ResponderEliminarExcelente relato, Yolanda, felicidades.
ResponderEliminarEs otro relato duro. Para mi increíble, pero la incertidumbre no siempre es lo peor. No obstante el relato se lee muy bien y me hecho reflexionar.
ResponderEliminarbueno...habría que verse. Tal vez haya a quien le parezca suficiente y a quien le parezca motivo para comenzar una lucha.
ResponderEliminarSaludos
Me ha gustado lo bien narrado que está, mi enhorabuena pues toca un tema tan profundo con una gran delicadeza, saludos.
ResponderEliminarTransmites la angustia ante la incertidumbre y lo relativo que es dar o recibir una mala noticia (Significaría lo mismo que para mí la pérdida de un cliente?)
ResponderEliminarAngustioso. Real.
Gracias por vuestros comentarios. Lo cierto es que nada es peor que lo que le espera después de la noticia, pero he querido centrar la atención a ese momento previo, que sin duda, lleva una carga considerable de ansiedad y angustia.
ResponderEliminarAh gracias por la foto que habéis puesto, me ha encantado.
Me ha gustado la manera de describir la angustia. Saludos
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