23 noviembre, 2011
Error
De mi árbol de Navidad colgué un corazón. Sangraba y lo aparté. Quedó el piso manchado de rojo. Un granate espeso y tibio.
Colgué luego una estrella. Su luz mortecina atraía las mosquillas.
Algo más tarde, encontré unas bolas doradas. El brillo era opaco, con grietas por donde salía el plástico de las entrañas.
Lo rodeé de hilos de plata, regalo de la luna nueva. Se quebraron como las hojas del parque. Acurrucado en las ramas, sonreía burlón un gnomo de barba larga y cachetes sonrosados. Cuando quise atraparlo, se escabulló entre las grietas de la corteza. Hastiada de tantos inconvenientes, salí a la calle.
Recorrí el paseo entre las acacias somnolientas, nada confortaba mi alma descolorida, ya la Navidad no era la de mi infancia. Lucía el sol y el mar, lejano y plácido, tocaba a las puertas del verano.
Texto: Virginia González Dorta
Narración: La Voz Silenciosa
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Es que es así, Virginia, como lo cuentas. La Navidad ya no es la de nuestra infancia. Incluso el final muestra cuánto ha variado.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Besos, de cara al mar.
Leerme en otro espacio, en un lugar nuevo, abierto y generoso.
ResponderEliminarUn placer inesperado en la madrugada.
Montones de gracias a quienes lo han propiciado.
Un abrazo.
Querida Virgi, cómo me agrada leerte en la página de La Esfera.
ResponderEliminarTu texto está transido de lirismo, busca la ilusión antigua y describe las sensaciones agridulces que la Navidad deja en los adultos. Porque todos buscamos la ilusión de la infancia en esos días, el asombro admirado, la fiesta de los corazones, pero sólo hallamos los brillos en el recuerdo, quizá porque la magia está reservada a los niños.
Me ha gustado mucho, pero mucho, mucho.
Un abrazo bien fuerte, querida amiga.
Ay, el tiempo, cómo se nos escapa por culpa de no saber distinguir el adorno de la esencia.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho su lirismo. Bienvenida a esta casa.
"Lucía el sol y el mar, lejano y plácido, tocaba a las puertas del verano."
ResponderEliminarHe aquí el "error " lo he encontrado, porque la Navidad y todo lo que acontece alrededor de ella, es superfluo, exagerado y un tanto advenedizo, quizás cuando pasa el tiempo, buscamos los brillos en otro sitio, si lo encontramos bien, si lo perdemos también bien, pero los sinsabores nos dejan deseando que las estaciones pasen de prisa, que los días seran rápidos, que se borren del calendario de los años.
Me ha gustado un montón amiga Virgi, me alegra verte por aquí yo también he colaborado.
Besicos murcianos para una canaria amiga.
Al menos nos quedan todavía las hokas del parque, el sol, el mar, la luna, las estrellas y el brillo. Si no se nos apaga ese brillo con el que vivimos nuestra Navidad de la infancia, al menos seguirá una esperanza de poesía. Magnífico y reflexivo Virgi. La verdad que uno quería que llegara la Navidad cuando éramos chicas, ahora la temo... Me alegra mucho verte en otro espacio. Felicidades y un fuerte abrazo amiga.
ResponderEliminarEste relato bajo el aspecto de añoranza y poesía esconde un asesinato veraniego y la decoración del árbol de navidad con los restos. O estoy descolocado.
ResponderEliminarMuy buena esta recreación de la nostalgia por el tiempo perdido.
ResponderEliminarEnhorabuena, Virginia.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLa navidad en el hemisferio sur rompe nuestros parámetros culturales.... nieve, frío... Y el paso del tiempo hace algo parecido, con la navidad y con nosotros mismos.
ResponderEliminarbesos
Hay tantas navidades en nosotros...
ResponderEliminarUn placer leerte.
Un beso
Te felicito, es muy poético.
ResponderEliminarBesos.
Es cierto eso que dicen de que la navidad está pensada para los niños, que los adultos solo vemos en ella inconvenientes, gastos y trabajo; pero hemos de intentar sacar al niño que llevamos dentro y disfrutarla, verla como una oportunidad de reunirnos con los que más queremos. Aunque te entiendo, ya lo creo.
ResponderEliminarEl micro te quedó genial, has expresado la idea con mucha imaginación en pocas palabras.
Es un placer verte en La Esfera.
Nada me ha sorprendido y me parece natural que te publiquen. Te lo mereces Virgi, dado tu alto nivel poético y tu ternura a la hora de escribir.
ResponderEliminarNo es algo que se improvise.
Me siento muy contenta y orgullosa de ti.
Un abrazo de los grandes.
Precioso, Virgi. Has formado en mi cabeza de dibujante un montón de imágenes sugerentes. Has pintado un relato. Enhorabuena y un abrazote.
ResponderEliminarHas dejado tu corazón, tu infancia, a los pies del árbol de navidad, allí donde depositan tantos sueños los niños. Es una imagen entrañable.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me ha gustado mucho. Representa la imagen en que nos convierte la Navidad con el paso del tiempo. Al final lo que nos sosiega, es el calor del verano. Saludos, Dácil
ResponderEliminarPrecioso Virgi, ¡me ha encantado!
ResponderEliminarBesicos muchos.
Creo que perdió su esencia, pero no digo nada nuevo. El relato lo describe maravillosa y dolorosamente.
ResponderEliminarEsa Navidad que con el paso del tiempo adquiere matices diversos,la has plasmado con esa sensibilidad y la prosa poética que te caracteriza.
ResponderEliminarEl final, ese verano, es el reverso de todos esos sentimientos acumulados.
Eres una crack. Suerte con el micro.
Besos, Virgi.
Leyéndote me he dado cuenta del por qué hace cinco años que desistí de poner el árbol de Navidad e incluso de por qué hace uno que ni siquiera el "misterio".
ResponderEliminarSí, con los años, la Navidad se hace cuesta arriba. Será porque nos la implantan casi en verano?
Enhorabuena por el relato
Besos
Te tengo muy abandonada últimamente, Virgi. Pero en cualquier caso estás en plena forma.
ResponderEliminarFelicidades
A todos se nos acaba rompiendo más tarde o más pronto la Navidad. Yo recuerdo muy bien cuando se rompió la mía. Muy buen relato, Virgi, como siempre.
ResponderEliminarLa Navidad va y viene. Vuelve a veces de la mano de algún niño de tu entorno: resucita y te resucita...es lo que tiene la Navidad: multiplica lo que tienes: alegría, tristeza, esperanza, cansancio, soledad...es una máquina de multiplicar. Un abrazo Y QUE ESTE AÑO VENGA LLENA DE LUZ!
ResponderEliminarYa se sabe, cualquier tiempo pasado fue anterior.
ResponderEliminarLo expresas con una belleza lírica.
Un abrazo
parece que abundan las acacias...
ResponderEliminarqué bueno es leerte en un espacio compartido!
mil besos*
Qué hermoso texto en la nostalgia.
ResponderEliminarLas navidades cambian, pero la ilusión no, mi querida Virgi. La esencia está ahí, con o sin gnomos...sigue allí.
ResponderEliminarPrecioso!
Un besito.
Qué alegría verte/leerte aquí, querida Virgi.
ResponderEliminarY qué bien escribes, sobre esa navidad que ha cambiado de sitio y de color.
Muchos besos.
¡Uf, qué maravilla!
ResponderEliminarEl lujo de verme aquí se aumenta con todos ustedes. Montones de gracias.
Un abrazo.
· Haces encaje con las palabras para llevarnos al gran error de una navidades que YA nada tienen que ver con nosotros.
Ellas no son aquellas, nosotros no somos aquellos... y el mundo se descompone en metáforas. Rascando las luces de colores ya no están aquella bombillas coloreadas...
· Besos desde Punta Hidalgo
CR & LMA
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·
La Navidad sería como tu explicas, parte de nuestra inocencia, de la ingenuidad sin malicia y picardía que a medida que pasan los años, desaparece nuestra candidez y la sencillez de disfrutar de las pequeñas cosas... más o menos jaja
ResponderEliminarespero que obtengas una excelente puntuación en este concurso.
un abrazo
Pero qué maravilla, qué maravilla, qué maravilla. Lo voy a guardar en mi pequeño archivo de maravillas.
ResponderEliminarEs precioso!!! precioso, una joya.
Un abrazo
Los errores tienen más de realidad que muchos aciertos.
ResponderEliminarPrecioso querida Virgi
Gracias, otra vez, por seguir viniendo. Montones de besos
ResponderEliminarHe venido a leerte y a saludarte.
ResponderEliminarUn abrazo,
"De cuantos reinos tiene el hombre / El más oscuro es el recuerdo".
ResponderEliminarMe alegro de que aparezca un relato tuyo en estas páginas. Me alegro por ti y también por ellos.
Un beso.
Ah, imposible pretender compentir con las navidades de la infancia, con las navidades de los sueños...
ResponderEliminarEso es imposible, amiga.
Un abrazo fuerte, me encanto leerte
Las Navidades son para los niños, para los niños felices, claro.
ResponderEliminarLas Navidades de mi infancia no me traen buenos recuerdos, pero sí las Navidades cuando mis hijos eran pequeños, en casa se celebraba todo
Poníamos un pino fresco y grande,que luego tratábamos de replantar, el pesebre con musgo, casitas, río y todos sus habitantes, aunque no somos creyentes, y muñecos de nieve, papá noeles y reyes magos...
La Navidad para mí era sus ojos llenos de sorpresa y su risa infantil.
Virgi, me encantó el relato. Besitos,
Gracias por seguir viniendo aún, aún, aún...
ResponderEliminarBesos para todos.
Es como querer reacomodar sueños rotos en un árbol nuevo. Una navidad muy alejada de los sueños infantiles de antaño.
ResponderEliminarUn gusto leerte!!
felicidades!!
No sabia de tu existencia hasta que descubrí tu blog de manos de otros,ahora leo éste otro y me parece una maravilla tu tierno léxico, la forma y el fondo de como lo expresas todo...no para todo el mundo la Navidad tuvo el mismo significado, pero si se desea el recuerdo y las sensaciones de cuando "venian buenas" las Navidades y las alegrias que a veces da la vida...lo malo tendemos a ocultarlo en nuestra mente.
ResponderEliminarSi te sirve mi enhorabuena te la doy por esos bellos pensamientos que plasmas en tus poemas.
Un abrazo.