Había que rematar la novela como fuera, pero algunas veces te ovillas, y no sabes que inventar con esos personajes perversos que has engendrado. Así estaba Marcial Bellido, a un solo párrafo para concluir su obra maestra; varado en el protagonista principal, un cretino detestable con demasiada buena suerte. Sin dudarlo eligió el suicidio, matarlo. Encendió un cigarro, respiró hondo, como si se acabara el aire, como si el fin del mundo llamara a su puerta. Con el rictus del éxito tatuado en su cara asió la pistola, la introdujo en su boca y apretó el gatillo: Autobiografía terminada.
Texto: Xavier Blanco Luque
Ay Xavier, cuánto me gusta cuando escribes historias como esta!!!!
ResponderEliminarFantástico!
Un abrazo grande
GUAU!! Sólo GUAU!! Y no soy perro.
ResponderEliminarEs impresionante, Xavier, me encanta cómo lo has escrito, de principio a fin. Buenísimo, pero...no te quejes de los temas alternativos navideños, jaja.
ResponderEliminarBesos bien vivos.
El título lo define. ¡Y no lo digo yo eh!. Enhorabuena otra vez, no me canso de repetirlo. Un beso.
ResponderEliminarPlas, plas, plas... Magnífico, Xavier, magnífico. La única pega para la novela es que la última página quedaría ilegible. jaja..
ResponderEliminarAbrazos
Me quito mi imaginario sombrero. Magistral. Enhorabuena.
ResponderEliminarEso de que te ovillas,me ha gustado, he visto las ideas y las palabras en forma de hilos, haciendo un ovillo muy grueso, pero, enredado....
ResponderEliminarUn micro muy bueno con un final tan inesperado como autentico para el final de una "autografía autorizada", el autor propone y dispone.
Besicos.
Gracias a tod@s por los comentarios.
ResponderEliminarAmando, te equivocas, este hombre lo tenía todo calculado, la novela quedó impoluta en el cajón, su viuda todavía vive de ella.
Un abrazo a todos
Lo tenía todo pensado y calculado y al matarse se aseguró las ventas, jeje.
ResponderEliminarBesos desde el aire
Xavier: a eso se le llama no dejar ni un cabo suelto... y una buena herencia.
ResponderEliminarYo que creía que iba a matar sólo al heroe de la novela, renunciando a escribir el tomo x... Cada uno sabe que el suicidio de un autor garantiza el éxito de su obra, quería mucho a su mujer.
ResponderEliminarCuando esperábamos una frase más, algo así como : " cogió la pluma y para escribir como ...", aparece la pistola en su boca .
ResponderEliminarMe he encantado.
Por cierto qué es lo que estaba ovillado, la novela o la propia existencia del autor?
Felicidades. Un abrazo. Á.
Cierto, ya lo había leído. Xavier, me recomiendas muchos sitios, y todos buenos, así que en este también me quedo.
ResponderEliminarSaludos!
Quejica
http://soyquejica.blogspot.com
Siempre una vuelta de cuerda bien ajustada asegura un buen trabajo.
ResponderEliminarEste queda muy bien rematado.
Gracias por los comentarios,
ResponderEliminarRosa, el perseguía el éxito infinito, a cualquier precio, y lo consiguió.
Amando, Catherine, su mujer era para el lo principal, después de su obra. La verdad es que ella ni siquiera leía sus libros, ahora gestiona su Fundación.
Ángeles, FranCo, os echaba de menos. Lo que estaba ovillado era la vida, y no pudo salir de esa madeja.
Un abrazo