18 diciembre, 2011

¡Burrrrrp!!!!


El eructo retumba en el silencio pringoso del callejón, choca contra los adoquines chorreantes de meados de perro y rata y sabe Dios de quiénes más, asciende como humo inflamable hasta las ventanas cerradas a cal y canto, atrancadas por la humedad que comba las maderas viejas y los plásticos sujetos con cinta aislante, que suplen los huecos dejados por el recuerdo de los cristales que una vez estuvieron allí.
Otro eructo, esta vez atragantado por un buche ácido que sube hasta la nariz y rebosa por las comisuras de la boca.
Se seca con la manga y la pelusa roja del terciopelo se le pega a la lengua, le provoca más nauseas y una tos que precede al vómito soberano, que no le da tiempo de esquivar.
¡Joder! —farfulla, manoteando los restos de salmón barato y queso a medio digerir, para expulsarlos de la delantera de la casaca, que se abre sin éxito sobre su barrigón tenso: la papilla empapa sus carnes, rellena el inmenso cráter del ombligo— ¡Joder, joder!
Intenta levantarse, pero la cabeza se le ha sublevado y se niega a mantenerse derecha, otra bocanada llena su boca, le zumban
los oídos, el callejón se estrecha sobre él, girando, girando, girando, girando…
—“Nunca más —se jura, atormentado, como cada Navidad—. ¡Cuando pienso en los Chivas, en los Napoleón o los Hendricks que me tomaba años atrás en esas casas pijas! No vuelvo a picar nada ni a tomarme un trago en ninguna casa, por muy a mano que me lo dejen. Me paso a la Coca-Cola”.
Desde que los Reyes Magos exigieran sus derechos para escoger zona, esgrimiendo su antigüedad en la empresa, le tocan siempre los peores barrios. ¡Y no veas los matarratas que trasiegan los pringados que viven en ellos!
Tantea la bolsa que ha dejado en el suelo, apenas quedan juguetes por repartir. Empuja con la mano algo duro que choca en los adoquines con ruido de vidrio, lo agarra de forma instintiva, se lo acerca, tembloroso, a los labios.
—“Otro trago y lo dejo”.
Texto: Ana Joyanes
Narración: La Voz Silenciosa
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13 comentarios:

  1. Desde luego si Papá Noel y los Reyes se pasan por La Esfera, este año no nos van a dejar nada de nada.
    Muy bueno Ana, enhorabuena.

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  2. Nos faltaba el Papá Noél borracho, al pobre hombre no le va a quedar una sola virtud en pie este año.
    Como siempre te sales y, en este texto, sobre todo, de original.

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  3. Yolanda, yo tengo la esperanza de que Los Reyes nos dejen algo. Al fin y al cabo, no les hemos cascado tanto...
    Inma, ¿qué otra cosa puede hacer el pobre hombre, si le dejan la comida y el alcohol al alcance de la mano?
    Muchas gracias, Yolanda e Inma.
    Besos

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  4. Ana, sus majestades, según las previsiones de Sara y Marcos nos dejarán fritos...
    Iba a escribir justo lo que ha puesto Inma, es lo que nos faltaba.
    Pero en este relato veo, además, tu mano poderosa y firme de narradora consumada que dota de acción hasta a un paso tambaleante por un nauseabundo callejón.
    Es lo que los críticos suelen llamar narradora de raza.
    Un beso.

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  5. Completamente de acuerdo con todos, "narradora de raza", sin límites, de lo que haga falta. Desde luego es una maravilla de relato navideño "alternativo". También estoy de acuerdo en que te quedan pocos días para camelarte a los Reyes, porque con Papá Noel ya no te queda nada qué hacer. Besos

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  6. ¿Qué puedo decir ante vuestras palabras, Amando, Ángeles?
    Que me habéis emocionado. No todos los días se recibe un cumplido así.
    Muchas gracias, chicos. Me encargaré de camelarme a los Reyes para que también os dejen muchas cosas a vosotros.

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  7. Pues me apunto al adjetivo descriptivo de Ángeles y Amando: escritora de raza.
    Cómo si no podría salir un texto , tan realista en sus manifestaciones fisiológicas y tan tierno a la vez.
    Pobre papá Noel, viejo pillo y decadente. Se nota que por estos pagos estamos algo hartos de yankilandia y sus iconos.

    Felicidades querida amiga. Un gran beso de À.

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  8. Ana, me considero una persona de estómago fuerte... pero el inicio de tu texto huele, está pringoso y a medida que avanzaba en su lectura me empezaba a sentar mal el desayuno.
    Ese callejón con humedad que “comba” las madera. Hacía mucho que no escuchaba comba. Aunque pensaba que era un localismo de canarias, veo que lo empleas.
    No hay color, es un texto que entra por la puerta de honor a esa otra navidad.
    Creo que mejor nos quedamos con la de toda la vida. Visto lo visto, leído lo leído.

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  9. Ángeles, ¡cómo has notado que me da pena el pobrecillo! ¡Nunca debería haber salido de Laponia!
    Francisco, ¿soy muy mala si te digo que me alegro de haberte revuelto el estómago? Eso significa que no te ha dejado indiferente.
    Por cierto, siempre he utilizado la palabra "combar", me parece muy descriptiva.
    Muchas gracias a los dos y un beso muy grande para cada uno.

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  10. Te voy a decir una cosa, Ana. Puedo llegar a ver al gordinflón borracho en la penumbra de ese callejón. Puedo llegar a oler sus vómitos infectos. Y eso solo es posible a través de la fuerza de tu escritura. Enhorabuena. Me ha gustado mucho.

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  11. Consigues dibujar un ambiente de género negro con bastante éxito. El personaje muy logrado con esa cogorza que da el alcohol. Me ha gustado, se lee muy bien. Me gusta la eterna promesa del borrachín con la que cierras.

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  12. ¡Cuánto me alegro de que te haya gustado, Miguel, incluso con las vomitonas.
    Es estupendo que te haya gustado el relato, Ximens, que hayas sentido el ambiente de género negro.
    Muchas gracias a los dos, Miguel Ángel y Ximens, por vuestras palabras. Es muy estimulante.

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  13. Muchas gracias, Jose, por tu magnífica narración.
    El relato ha ganado muchísimo con la voz de Papá Noel y, sobre todo, el sentimiento de que lo has dotado.
    Un abrazo gordo, gordo, como Santa.

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