Sucedió en la “Noche Vieja” de hace dos años. Mi mujer se había acostado. Debían ser las dos de la madrugada y yo, ajeno al bullicio que se escuchaba en el piso de arriba, chateaba en el ordenador.
-Por Dios, gritó mi mujer desde el dormitorio… Sube y diles a esos chicos que dejen de armar tanto jaleo…
Resignado, subí. Pulsé el timbre varias veces mientras pensaba lo que iba a decirles. Al poco, una chica de ojos verdes y sonrisa de película, me abrió la puerta. Supe de inmediato que aquello se complicaba.
A eso de las diez de la mañana cuando todos se habían ido, escuché a mi mujer. Estaba chillando en la escalera. La chica y yo, abrazados, reposábamos en el sofá. En la dormivela sentí que los vecinos cuchicheaban en la escalera. Supe que me buscaban. Entonces, alguien pulsó el timbre. Decidí de inmediato que debía esconderme.
Desde entonces han pasado dos años. Hace trece días que la chica me abandonó y cada noche siento que echo más de menos mis viejos libros.
No he podido marcar el +1, pero el cuento me ha encnatado.
ResponderEliminarYo tampoco he podido marcar el uno, lo que no es escusa para que no me pagues el beso prometido.
ResponderEliminarMuchos besos
He leído y ahora me acerco a la pantalla, lo prometido es deuda :)
ResponderEliminarMarcar no puedo, lo he intentado tres veces, pero esto no me deja, vaya :(
Me encantó el cuento, Antiqva
Abrazos para ti
Ío
Pues yo si he podido marcar el 1, y lo volveri a marcar, pues el relato es bueno, si señor.
ResponderEliminarFelicidades.
Besos arrepentidos
¡Me encantó el cuento, Antiqva!
ResponderEliminarUn abrazo
Maribe
El cuento es interesantes aunque confieso que no entendì el final, disculpa mi querido amigo pero tampoco he podido marcar el +1
ResponderEliminarBesos.
Cuento genial, cuento real.
ResponderEliminarYo tampoco he podido marcar el +1...
Suerte!
Los ojos verdes son peligrosísimos, por lo que veo. Recuperar la vida después de haberla ahogado en la rutina. No, no me extraña que el protagonista eche de menos sus libros. Algo hay que hacer mientras llega el sueño, y claro, si no hay ojos verdes...
ResponderEliminar¡Buen trabajo Querido Amigo!
ResponderEliminarY será aquí y ahora cuando te envíe mis mejores deseos para las próximas Festividades (incluyendo el regreso de la Señorita C.)junto a un Abrazo inmenso!
Hasta la vuelta Don Robledo Casanova!
jajaja... me has hecho reír... te imaginaba escondido en el ropero... jaja
ResponderEliminarNo necesitas de la Señorita C. para inspirarte... :)
Me encantó...!
Amigo, me gustó el cuento, suerte te deseo.
ResponderEliminarNo he podido marcar el + 1.
Que la noche vieja este chateando y la mujer en la cama ya nos da una buena pista de que eso no funciona, y claro unos ojos verdes atrapan. Jeje, otra navidad (en este caso tres alternativas). Divertido y bien escrito.
ResponderEliminarHuy que pícaro!! Que se deja camelar por unos ojitos verdes...Mmmm
ResponderEliminar¿Y llevas dos años escondido en el piso de arriba? Buf…. Genial, me encantó.
Besitos.
Me ha gustado pero mucho, mucho.
ResponderEliminarSonrío mientras te escribo.
Un abrazo grande
Todo sea por romper con la rutina... ¡benditos los ojos verdes y los buenos libros!
ResponderEliminarComo me gusta como escribes, punyetero!!
ResponderEliminarmil besos
Hay amigo que bonito relato, un cuento que da para pensar, la de cosas que pasan cuando uno acude a abrir la puerta,....los libros como no echarlos de menos.....
ResponderEliminarMuy buen relato. Feliz navidad :)
ResponderEliminarY es que quién puede resistirse a unos ojazos verdes?
ResponderEliminarPor otro lado...echar de menos los libros en lugar de a su mujer dice muuuucho del asunto,ejemmmm
Muy bueno Antiqva.
Uno +
:)
Me debes dos besos.
Besos para ti.
Tu cuento es único y diferente. Me gustó!!! Me puse a trastear en lo del +1 y no sé a dónde me llevó, por senderos desconocidos... mejor vuelvo a los blogs.
ResponderEliminarUn abrazo