09 diciembre, 2011
Instrucciones para Papá Noel
Abre las ventanas para que se marche ese aire denso y pegajoso acumulado durante el interminable año en que te mantuviste encerrado. Corre las cortinas para que la luz revele tu verdadera apariencia, esa que solo el día de Nochebuena piensas que vale la pena mostrar. Desnúdate ante el espejo y mírate con renovada ilusión; incluso, si puedes, esboza una sonrisa. Toma una ducha caliente con jabón perfumado, haciendo hincapié en desenredar tu hirsuta barba. Rescata del perchero esas prendas coralinas que te hacen sentir tan benévolo e importante y sal a la calle. Pon dos dedos en tu boca y silba vigorosamente llamando a los renos. Aguarda pacientemente a que lleguen surcando los cielos al son de sus cascabeles. Mientras tanto, mantén bien asidos tus sacos de regalos, no vaya a ser que, en medio d! el ajetreo típico de estas fechas, otros que también se creen Papá Noel se los quieran anexar. ¡Ah! Y no te desanimes si al final es un taxi el que pasa a recogerte.
Texto: Sara Lew
Narración: La Voz Silenciosa
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Me gusta tu relato, Sara. Extraña obsesión la de este personaje y fatales consecuencias: todo el año encerrado. Felicidades.
ResponderEliminarPrecioso, Sara. Simplemente precioso. Asumiendo que narrar de este modo pudiese ser simple....
ResponderEliminarBesos
Aunque no soy mucho de papá noeles, eso de que venga en taxi me gusta, me gusta, igual que me ha gustado mucho tu forma de describir un momento del año que debería ser igual que otros pero unos y otros nos empeñamos en que sea diferente.
ResponderEliminarBesicos
Estupendo relato. Al principio no caía ensimismada con el silbido y los renos. Claro, era mucho pedir. Saludos.
ResponderEliminarMuy tuyo Sara. Muy bueno. El detalle del taxi, genial. Un beso.
ResponderEliminarMuy bien llevado el texto, Sara. Y esa frase final, la del taxi, una vuelta de tuerca que arranca una sonrisa. Enhorabuena
ResponderEliminarEvidentemente, Sara, estamos de acuerdo, Papa Noel existe a pesar de toda la caterva de usurpadores.
ResponderEliminarPero no te preocupes, en La Esfera nos los estamos cargando a todos. Sólo quedará el verdadero, éste, y llegará a nuestra Navidad... aunque sea en taxi.
Este relato en segunda va dirigido al lector. Un lector que no es papá Noel, sino cualquiera que una vez al año "se siente benévolo e importante", es decir, los hp y los pobres hombres. ¿Cómo llego a esa conclusión? Por el taxi final. O al menos es lo que me has transmitido, Sara. Buen trabajo.
ResponderEliminarEnhorabuena por tu excelente texto y sobremanera por el modo en que lo narras que creo que aumenta su calidad. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias otra vez a La Esfera por publicar mi texto y todos por vuestros amables comentarios.
ResponderEliminarAbrazos!
Muy bueno Sara, me has hecho sonreír después de tantos textos alternativos de la Navidad. Un poco de aire fresco no viene mal.
ResponderEliminarNo está mal un poco de ironía por estos lares.
ResponderEliminarGracias
Este relato describe el desencanto, sí, pero al mismo tiempo es un relato precioso. De lo mejor que he leído últimamente.
ResponderEliminarMi enhorabuena para Sara, es una artista que sigue creciendo cada día más.
Muy en tu estilo, Sara y ese detalle del taxi muy revelador del tipo de individuo.
ResponderEliminarBesitos