Margarita tiene citadas tres personas para la tarde. En Navidades, a pesar de la crisis o quizás gracias a ella, no da a basto y la agenda está repleta. Sus servicios son requeridos, siempre con urgencia y una gran dosis de angustia, por personas cuya existencia ha sido invadida por la desesperanza, la duda, la ruina o el desamor, en un último intento de buscar soluciones que el mercado y la naturaleza no ofrecen.
¡Cuántas Navidades recuerda! Felices con sus cuatro hijos hasta que el pequeño, Pedrito, se sumergió de lleno en el oscuro y tortuosos mundo de las drogas; durante años, la zozobra de no saber si llegaría o en qué estado lo haría, amargó los turrones y puso sordina a los villancicos. Los otros tres cumplieron con la norma, le dieron nietos y con ellos de nuevo risas, ingenuidad y al cabo la recuperación del hijo descarriado que logró rehabilitarse por completo. La nueva etapa gozosa terminó hace poco, cuando la hija mayor se fue de la mano de un cáncer de mama, acompañada a los pocos meses por su hermano, Pedrito, el hijo pródigo recuperado, que apareció muerto en casa un día de
otoño por la mañana. Pero ¿a qué revivir el dolor? Margarita arrincona estos pensamientos en el fondo de la memoria y comienza a prepararse pues las visitas llegarán en un rato.
No tiene muy claro cuando descubrió su capacidad para escuchar e intuir, incluso sin palabras, (los gestos y las miradas son tan elocuentes…) qué sentían, qué esperaban, qué temían o qué deseaban los demás. Sin saber muy bien cómo interpretar su gran sensibilidad, llegó a la conclusión de que tenía “poderes” y tras varias experiencias positivas decidió a usarlos en beneficio propio y ajeno. Hizo cursos acelerados de técnicas adivinatorias y rituales para hacer creíble y vendible su arte: cartomancia, tarot, quiromancia, magia blanca y jaculatorias; aprendió el uso de objetos que favorecieran la concentración y arroparan su don y empezó a cobrar por dedicar tiempo y capacidad a descubrir el pasado, adivinar el futuro y dar consejos. Instaló un “consultorio de adivinación” en el rinconcito más agradable y luminoso de su apartamento y, gracias al boca a boca, hoy día, solicitada y respetada, es considerada la mejor “bruja” de la región! .
Mujer del siglo XX, católica, creyente y practicante, atribuye sus dotes a un regalo del cielo; no es consciente de que, los que buscan ayuda, cuentan sus apuros sin querer, con medias palabras, con gestos y silencios que algunos seres, como ella, saben leer. Posee también la capacidad de comunicar cómo abrir los ojos a expectativas amables, de adelantar buenas noticias o de dar claves para mirar qué se puede lograr y qué es preferible olvidar. Experta conocedora del lenguaje apropiado para cada persona y necesidad, es capaz de disminuir la desesperanza y favorecer que el camino real sea más parecido al deseado. Los aderezos: velas, inciensos, luz tenue, baraja española -reyes, caballos, sotas, oros, espadas, copas y bastos-, tarot -menos casero, más exquisito-, son el soporte visual que facilita la comprensión del mensaje. Para mentes muy dispersas propone pequeñas tareas -encender una vela en fecha exacta o poner una foto del ser amado rodeada de rosas roj! as- que, cual terapia ocupacional, entretienen la cabeza y ocupan las manos.
Después de tantos años sabedora de su bien hacer, ha elegido una nueva manera de pasar las fiestas del “Merry Christmas”: esmerarse en su arte de ofrecer ilusiones a cuantas personas la reclaman. Así ha logrado anestesiar su dolor y, haciendo caso omiso de luces, canciones, abetos relucientes, papasnoeles o cabalgatas, durante más de un mes su cara y su casa resplandecen.
En breve llegará María, clienta conocida; entrará llorando y saldrá con las manos llenas de proyectos para el próximo año pues la baraja se encargará de mostrarle oros, copas y algún que otro caballo (con su jinete) a la vuelta de la esquina. Después tendrá que concentrarse especialmente con Jesús que la visita por primera vez. A última hora espera a Paquita, una anciana con poco que hacer a quien le resultan muy útiles los prolijos, enrevesados e inocentes rituales, escritos con letras grandes en un delicado papel con olor a rosas.
Navidad mágica. La bruja siembra ilusiones y siega torturas, sobre todo las suyas.
Texto: Ángeles Hernández Encinas
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Me ha gustado, Ángeles, y me ha recordado en temática -aunque nada tiene que ver con todo lo demás- a la novela de Eugenia Rico "Aunque nos llamen malditas" que se reedita en España gracias al éxito que tuvo su versión alemana (así somos en este país). Lo digo porque una de las protas de esa novela, para el mundo a ratos es bruja y a ratos es sanadora.
ResponderEliminarY es que lo que importa no es el nombre que pongamos a las cosas, sino lo que hagamos con nuestras 'cualidades'.
Terrible el mundo de la droga. Es uno de los que hasta ahora nos falta en esta serie de relatos, y ya tú lo insinúas.
Gracias Anando: no Conozco la obra de Eugenia Rico peto tomo nota.
ResponderEliminarEste cuento esta basado en la verdadera Margarita, a la que solamente he cambiado el nombre.
Un abrazo. A
Me ha encantado, Ángeles. Mucho.
ResponderEliminarMe encanta la forma en la que describes las cosas, de una forma tan fluida que uno se mete de lleno en la historia y el personaje.
Enhorabuena y gracias por compartir con nosotros a alguien tan especial como Margarita, se llame como se llame.
Un abrazo grande
Me ha encantado. Bienvenido ese regreso tuyo al noble arte de escribir.
ResponderEliminarA veces cuesta muy poco llevar un poquito de felicidad y de esperanza a los demás.
Un saludo.
Con fluidez y riqueza de matices llegas sedienta de letras llenándolo todo con esa elegancia que impregna tus textos , con ansias de escribir, para deleite de los demás. Nos ofreces otra cara de la Navidad, ésta real, como tu misma cuenta en el comentario, pero verdaderamente singular: una bruja. Sin embargo su carácter benefactor dedicado a "segar torturas" propias o ajenas le da un carácter navideño, como si fuese un complemento de Papá Noel. Enhorabuena Ángeles.
ResponderEliminarEs un relato agridulce que me ha gustado muchísimo, Ángeles. En unos cuantos párrafos, nos das la semblanza completa de Margarita, se forma en la mente del lector su vida espoleada por la desgracia y el afán de no instalarse en la misma. El final es portentoso, de una generosidad sin límites, de una dulzura que me ha cautivado.
ResponderEliminarEnhorabuena, has conseguido un tono muy logrado en este relato, querida Ángeles.
Un fortísimo abrazo.
Margarita es sabia, es buena entendedora porque en parte lo ha vivido. Es una bruja, la última posibilidad. Me ha gustado. Un abrazo grande.
ResponderEliminar"En breve llegará María, clienta conocida; entrará llorando y saldrá con las manos llenas de proyectos para el próximo año"
ResponderEliminarQuería que me dijeras dónde vive esa maga, porque si bien acierta el futuro aparente, ya que adivina que entrará llorando y saldrá contenta con muhas ilusiones, estas serán vanas ya que el próximo año se repetirá la historia, por lo que el contenido del futuro predicho será erróneo.
Pero la magia se encuentra en la transformación del presente, llega llorando y sale feliz.
Yo también quiero.( aunque en realidad yo no lloro en mi presente)
Muchos besos, maestra.
NANDO
A mí, la verdad, tu relato me ha gustado. Algo tiene. Es conciso y va derecho al objetivo. Podría extraviarse por el patetismo de las desgracias, pero no cae en la tentación y resuelve con el estilo lacónico pero preciso. Todo se transfigura desde la biografía-que-podría-ser-de-cualquiera del principio hasta la atmósfera cuasi mágica (la magia de lo cotidiano) del final.
ResponderEliminarEnhorabuena,
Fernando Romo Feito
Gracias a Cayetano, Ana J. Dacil, Marcos, Isabel, Nando y Fernando Romo. También una vez más a Amando que siempre es el primero.
ResponderEliminarVuestras aportaciones dan alas para que intente dedicar teimpo y energías a este arte que precisa tanta concentración y disciplina.
Felices fiestas a todos y un abrazo Ángeles
Un inicio que nos muestra una tormenta de desgracias para Margarita. Pero gracias a un don logra superar y dedica su tiempo a ayudar a los demás. Para mí que relata bastante bien la soledad de las personas (clientes en busca de esperanza) y la fuga de la realidad para olvidarla. Lo mejor, desde luego (para mí), es cómo has perfilado al personaje: dulce y generoso.
ResponderEliminarGracias Ximens : Margarita es dulce y generosa porque así puede disminuir algo el dolor universal en lugar de aumentarlo hurgando en sus heridas .
ResponderEliminarGracias por acercaste a mi brujita. Ella puede dar luz con su arte y nosotros haciendo cada día nuestra tares mirando a los ojos de lis demás .
Un abrazo. Á.