El pequeño se despertó y recordó el cuento que le habían contado antes de ir a dormirse. “Fue un niño quien tuvo el valor de decir que el emperador iba desnudo”, le había dicho su padre. Después, recordó que aquella mañana iba a ir a su primer desfile y saltó de la cama, nervioso.
No mucho más tarde salía de casa, cogido de la mano de sus padres, rubios y con los ojos azules como él.
-¿Dónde está el Führer, papá?
-En el estrado, en el centro.
Y el niño vio un hombre pequeño, moreno, con un bigote ridículo, que no era como ellos y que parecía… un judío.
Quiso durante un momento hacerles ver a todos cual era la realidad, quiso ser como el niño del cuento; pero descubrió que no era tan valiente. Tras dudar apenas un momento, unió su voz a la de la multitud que le rodeaba y empezó a sentir una mezcla extraña de vergüenza y miedo de la que ya nunca lograría librarse.
Autor: Luisa Hurtado González
Narración: La Voz Silenciosa
Narración: La Voz Silenciosa
Casi siempre es más fácil ser valiente en la ficción que en la realidad. Por no contar lo miopes que podemos volvernos ante el poder.
ResponderEliminarMe ha gustado como has ido llevándonos a la realidad que paraliza al niño. Dices mucho en muy poquito. Felicidades.
ResponderEliminarBesos, siempre.
Qué pena la facilidad con que perdemos la inocencia de la infancia, este niño, que desea seguir siendo niño, y como tal hacer ver la realidad, no es capaz, ya ha entrado en la espiral del miedo, de la hipocresía, del mundo de los adultos.
ResponderEliminarQué bien relatado está...
Saludos,
Qué pena la facilidad con que perdemos la inocencia de la infancia, este niño, que desea seguir siendo niño, y como tal hacer ver la realidad, no es capaz, ya ha entrado en la espiral del miedo, de la hipocresía, del mundo de los adultos.
ResponderEliminarQué bien relatado está...
Saludos,
Cuando nos licenciaban de la mili, había un apartado en la cartilla que estaba reservado a este concepto: VALOR.
ResponderEliminarEn mi cartilla, la verdad que no pusieron nada en este apartado, y se suele decir que siempre se escribía: SE LE SUPONE.
Demasiadas veces se nos supone algo que no existe. A veces tardamos toda una vida en descubrirlo, otros como tu personaje lo hacen rápido.
¿Cuántos entonces vieron lo mismo y se callaron? ¿Cuántos ahora vemos lo que vemos y nos callamos?
Muchas gracias por publicar este pequeño relato al que le tengo un especial cariño. No sé por qué pero me veo en el lugar del niño, perplejo, empezando a asumir la cobardía o la vergüenza.
ResponderEliminarSí, como insinúa Amando, somos especialistas en mirar para otro lado o no querer ver lo que tenemos justo delante.
Un beso y gracias de nuevo, Luisa.
Enhorabuena Luisa por este relato que parece, al principio que está destinado para niños pero termina, inesperadamente,buscando las conciencias de los más adultos, como si quiera la autora, con ello, hacernos despertar y crecer, y tener valor para enfrentarnos a amenazas tan palpables como las que vivimos sufrimos hoy en día en medio de una parálisis colectiva, como si no quisiéramos ver la desnudez tan evidente.
ResponderEliminarEs facíl ser valiente en la ficción, pero muy dificil en la realidad, incluso para un niño... fascinante micro, me ha encantado, saludos.
ResponderEliminarLuisa, muy buen micro. Bien dicen que los niños ven mejor la realidad, porque tienen la inocencia de la candidez de los ojos vírgenes. Sin embargo, con frecuencia, tendemos los adultos a poner vendas en sus ojos, de los colores que queremos, hasta que los cegamos del todo, como llegamos a ser nosotros.
ResponderEliminarA la vergüenza y al miedo yo le habría añadido una pizca de orgullo. Muchos de ellos lo estuvieron. De hecho son los que lo elevaron y lo mantuvieron... Una joya de micro, Luisa.
ResponderEliminarUn abrazo.
Que La voz silenciosa, paradoja, ponga voz al grito de tu relato es un gran honor, Luisa, que sin duda te mereces. Ojala los adultos fueran congruentes con lo que leemos a nuestros hijo. Tu relato es como el final de La lengua de las mariposas... niños que imitan a los adultos. Felicidades y un abrazo.
ResponderEliminarCreo que Ximens lo ha dicho muy bien. Enhorabuena!!!
ResponderEliminarBesos desde el aire