21 julio, 2012

Amigos de pelotas


Mi amigo Marcos es un amigo de bolas. A él le gusta decir que somos amigos de pelotas, pero yo prefiero decir que somos amigos de bolas, es más fino, y si digo pelotas, mi padre me cruza la cara. Todas las tardes nos vemos en el mismo sitio; lo pasamos pipa, o cojonudo, como dice Marcos. Nos subimos por las escaleras; pasamos por escondites; nos tiramos por el tobogán... y al final acabamos zambulléndonos en la piscina de bolas, o de pelotas, como Marcos dice. Bueno, esto es de lunes a viernes; los fines de semana... no tengo amigos.
Texto: Enrique Moreno Martínez.
Narración: La Voz Silenciosa

5 comentarios:

  1. Los amigos de la niñez. Y la soledad que se puede sentir cuando se es niño y no tienes con quien compartir tu tiempo.
    Me ha encantado.

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  2. Creo que este texto encierra algo, más profundo que no alcanzo de comprender. Me inquieta, es cierto, pero no lo desentraño.
    bsos.

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  3. Se divisa en el texto un código escondido que no soy capaz de descifrar. Coincido con Isolda

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  4. Muchas gracias por la publicación. No creo que haya nada escondido mas que la soledad de un niño impuesta por sus padres; le quieren tener todo su tiempo ocupado, ya sea para que se divierta o aprenda; y luego cuando llega el fin de semana se olvidan de él, les dan todo lo que ellos creen que quiere, y así tienen tiempo para ellos mismos. Quieren que tenga una vida llena, ¿como ellos?. A este niño seguro que ni sus padres hablan con él, ni le preguntan cómo ha ido en el cole, ni siquiera se preocupan si tiene amigos o no. Lo llevan al colegio, lo recogen, lo meten en un chiquipark, lo sueltan, lo recogen, lo llevan a casa, lo alimentan, lo asean, lo acuestan, lo despiertan, lo visten...
    Sólo hay que ir a un parque de estos y observar como las madres, a la hora exacta, sacan a los niños de la piscina de bolas, los visten y se los llevan para casa casi arrastras, sin que a los niños les dé tiempo a despedirse unos de otros. ¿A caso la diversión, la ilusión, tiene tiempo?
    O tal vez el niño sea demasiado tímido para hacer amigos...
    O tal vez tenga yo envida de que cuando era niño no habían piscinas de bolas... :D
    Un saludo.

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  5. Acabo de escuchar tu micro y el larguísimo comentario que le has dedicado. Me gusta el juego bolas-pelotas que has utilizado recursivamente en el texto. Y esa soledad que describes con la última frase es tremendamente real. Es como si las piscinas de bolas, o pelotas que dice Marcos, sólo abriera de lunes a viernes y cuando mamá o papá tienen algo que hacer....

    Un abrazo Enrique.

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