- Cariño.. ¿Me lees?
- ¡Claro que te quiero!
- Si, pero ya nunca me lo dices.
- Que si te quiero. Sabes de sobra que te quiero.
- Pero dímelo. ¡Dime que me lees!
- ¡Te quiero!
- No me lo creo… No sabes ni de que va mi último post. Ni tu me lees.
Texto: Francisco Concepción Alvarez
Ilustracion: Diego Patiño
No sé por qué me siento identificada...
ResponderEliminarBueno, son cosas que pasan y que hay que tomarlas con humor: a mi pareja le encantan las motos y a mí no. Estamos empatados.
Saludos,
Anabel, la Cuentista
Siempre buscamos la aprobación, el comprobar lo que ya sabemos. Arriesgándonos a escuchar y que nos escupan lo que no queremos aoir.
ResponderEliminarSe puede leer en las arrugas el libro de la vida, y en las manos lo que no se dice. Somos capaces de leer la mente. Cuántos tipos de lectura hay entonces. Sin embargo, los que escribimos seguimos empeñados en unir palabras para sentirnos más vivos. ¡Ah! se me olvidaba, los míos tampoco me leen.
ResponderEliminarVaya, me alegra saberlo...
ResponderEliminarMe lees?
Ahora?!!...??
No, ahora no. Luego tampoco.
Saludos!
Lasosita, si que te leemos, ¿que sería de nosotros sin lectores como tu? Nos engrandece tus comentarios y opiniones.
ResponderEliminarjajajaja! plas plas plas plas!!! (un aplauso) MUY BUENO!
ResponderEliminarSeguro que estás leyendo a otro... no me mientas, te he visto con el periódico.
Parece que hay que regresar a viejos textos para que gire la noria
ResponderEliminarNo somos profeta en nuestra propia tierra. Siempre había confiado en mi madre, era la única que escuchaba mis textos, hasta que oí sus primeros ronquidos.
ResponderEliminarHablando de ruidos, de repente me ha dado la impresión de escullar un aullido y se me ha puesto la piel de gallina.
Cómo es que no hice ningún comentario en su día??
ResponderEliminarEs estupendo volver a ver este texto, conciso y con carga de profundidad, gracias a que estás publicando los textos de la revista La Esfera que fueron ilustrados.
Por cierto, magnífica ilustración.
Ayer pensé que era accidental, pero hoy lo confirmo. En mi equipo no se ve la ilustración, aunque la tengo delante en la versión de papel de la revista
ResponderEliminarAmando, esto es como el tiempo. En agunos equipos se ve y en otros no. En mi casa no la veo y en la oficina si.
ResponderEliminarPasa igual con algunas fotos que tu publicas, las veo en uno u otro equipo. Depende de muchos parametros.
Sí, tienes razón. Es como lo de Campoamor, pero a la inversa: Todo depende del cristal que te mira.
ResponderEliminarPues a mí me han dado escalofríos otras cosas...
ResponderEliminar¡Cómo cambian la vida en un año!
Por cierto, la ilustración es genial.
Anabel