15 febrero, 2010

Notas de un lector clavado al sol ( I )


Hace tiempo, cuando me creía que era ocurrente escribiendo y me moría de la rabia porque nadie quería publicar mis textos solía malgastar el tiempo en la Biblio.
Lo mejor de aquel lugar era sentarse en una mesa solitaria - cerca de la ventana- por donde el sol entraba diagonalmente- y que sus rayos me dieran en cualquiera de mis dos perfiles, izquierda o derecha -¿qué más da?. Entonces no me caía mal que la lectura hecha fuera tan insulsa. Lo mejor de todo era que el sol acariciase mi rostro, dormitar y fantasear en bonitas primaveras y anaranjados otoños. El hecho de que me publicaran o no dejaba de preocuparme, tanto como el que llegara algún día a  formar parte de algo. El estimulo natural y la contundencia de mis iguales me dejaba maravillado: que un humano fuera capaz de poner miles de ladrillos al día o que alguien viajase al espacio exterior durante meses o que un galeno abriese de par en par el estómago de un hombre llegaba a superarme.
No quise emprender nada.
Y aun continúo sin querer iniciar el principio.
Cuando llegue mi oportunidad y pueda engañar a este sistema de vida creeré que ha llegado mi victoria.
Fumo más de la cuenta, duermo a deshora y me siento solo. El suicidio tal vez sea
mi as bajo la manga.
Meditar sobre ello me ofrece cierto sosiego; la noción  de que la puerta de la celda no esta del todo cerrada me da fuerzas para mantenerme dentro de la cárcel. Lo evangélico me parece una estafa y estoy seguro de que para llegue a creer y tener fe, ÉL deberá empezar por carcomerme el interior sin refuerzos prefabricados.. ¡¡¡DIOSES DE CARTÓN!!

Y tras haber vivido con monstruos ignorantes que me rodearon como a una mierda de perro seca, llegue a comprender que un mortal puede trabajar toda la vida y seguir con deudas hasta el día del juicio final; la nomina se evapora en cosas que se necesitan, cosas como tabaco, sabanas, Hermann Hesse , bandas sonoras, detergente y champú. Incluso el féretro barnizado para que se alimenten los gusanos del averno.
También puedes hacerte millonario si ganas la primitiva, pero eso no significaría nada en absoluto. -Puedes reírte si quieres- Puedo tener montañas de billetes  pero sabré en realidad  que soy consciente de no tener nada de nada.
Si los pudientes son de una categoría superior querré salir a toda leche de aquí.

Allí clavado, en la silla de la biblio, medio irritado, con el sol de lado, me percataba de todo: el nacionalismo geográfico, el aburrimiento generalizado, el juicio final, el ronroneo de la mosca.
La erudición chorreando por todos los estantes que me rodeaban, y sin ningún interés para mis pesados ojos.

Sentado entre todos aquellos libracos...




7 comentarios:

  1. La erudición chorreando por todos los estantes que me rodeaban, y sin ningún interés para mis pesados ojos.
    Ese no querer iniciar el principio, el sol que da de costado...
    Estupendo, estupendo.

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  2. Tengo alguna impresión similar, aunque no parecida, de aquellas tardes en la biblioteca, donde emborronaba folios con la mirada vigilante de la bibliotecaria que sospechaba que allí no estaba estudiando.
    Pero allí yo fracasé muchas veces, porque fui menos inteligente que tú e inicié muchos comienzos, sin saber que eran un estrecho brocal hacia el vacío.
    Nada, tampoco.
    Gran artículo, Michel

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  3. Un texto en diagonial, tibio, como el sol en la biblio...

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  4. En el texto parece haber un paralelismo, casi existencial, entre la vida, la biblioteca y la carcel. Todo lo que nos rodea, esos monstruos ignorantes, los libros y tantas otras cosas, que a veces nos asfixian y ansiamos una salida de esa celda.

    Me gustó mucho

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  5. ¿Izquierda o derecha? ¡Qué más da! Lo importante es esa verticalidad diagonal y profunda de los rayos solares.
    ¡Tira ése as de la manga, jugar con la suerte es de necios cobardes! ¡Mejor trabajarla!

    Profunda cavilación.

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  6. Bueno, fantasear no está mal y si te da el sol, mejor. Yo también a veces sueño, tal vez algún día mis dibujos sean famosos y pueda nadar entre esas montañas de billetes que dices para saldar mis deudas. De momento, la única cuenta pendiente que tengo es la de sobrevivir día a día. De todas formas los sueños a veces se hacen realidad, o eso dicen.
    Besicos p8los!

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  7. Otra ventana por la que mirar, asomarnos a la vida y filosofar o meditar o, simplemente, vivir.

    Siempre vivir.

    Saludos,

    Anabel, la Cuentista

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