03 abril, 2010

Tras la sonrisa (VII)

Gonzalo, al pasar al lado de las dos chicas, con sus dos sabuesos, les saludó con una reverencia, que fue imitada de forma grotesca por uno de sus pupilos, provocando una expresión de repugnancia en las dos jóvenes. El “niño travieso”, con paso seguro y decidido, fue subiendo las escaleras hasta llegar a la puerta de seguridad, donde saludó cortésmente a los extrañados guardias de seguridad, como si los conociera de toda la vida. Una amplia galería acristalada los separaba de la escala. Una vez dentro del barco, los tres hombres lo recorrieron todo, subiendo escaleras arriba hasta llegar a la cubierta. Ramón, el más bajito, regordete y moreno, con los ojos pequeños y achinados, miraba extrañado a su colega Honorio, algo más alto que él, flacucho, canoso, de inexpresivos ojos azules, y una extraña piel pálida, que le daba un carácter enfermizo y decaído. Sin embargo, su fe ciega en el jefe los disuadía de cualquier acto indisciplinario. Los únicos que protestaban, por aquel paseo naval, eran sus pulmones, que se quejaban cada vez más. Finalmente, llegaron hasta la última planta, donde, tras recorrer un largo pasillo, salieron a la cubierta en medio del gentío que curioseaba el barco, muchos de ellos con exóticos cócteles de todos los colores. Aún, quedaban unas empinadas escaleras exteriores, que Gonzalo superó ágilmente y, con mayor dificultad, el sudoroso Ramón, que parecía cada vez más negro, en cambio, el empalidecido Honorio tomaba un aspecto realmente fantasmal. Desde la última cubierta se podía divisar todo el barco y los muelles con todos sus tinglados. Desde allí, la gente parecía diminuta, yendo de un lado para otro, como si fuera un oleaje que se movía por las cubiertas y subía y bajaba por las distintas escaleras. Gonzalo vaciló un momento y siguió por un lateral del barco
que lo conduciría hasta el puente de mando. Daba la impresión que se trataba del rodaje de una película de policías, en la que el inspector del FBI era seguido por sus subordinados. Desde luego, Ramón sería un agente de Miami, con su hortera camisa de flores y de colores muy llamativos. Al acercarse a la puerta, el marinero que la custodiaba se cuadró, cuando el aparente inspector dijo, tras saludarlo: “Soy el señor Gonzalo”. Sin duda, el moreno marinero, de aspecto y acento sudamericano, también había visto las mismas películas que inspiraban a “nuestro inspector”, aunque quizás pensó que era el mismo dueño del barco, ya que no dudó en abrir la puerta. Ya dentro se le acercó de una forma más decidida un oficial, que, antes de ordenar a los intrusos que salieran de la sala, recibió un efusivo saludo de Gonzalo estrechándole la mano, mientras miraba de reojo la sala y levantaba la otra mano, con la que saludaba a Mario, cuyos galones daban a entender que era el capitán del barco.


-Hola soy Gonzalo, no quiero entretener al capitán, ya veo que está ocupado. Dígale, por favor, que ya lo saludaré en otro momento –Le dijo Gonzalo al desconcertado oficial, que miraba alternativamente a Gonzalo y al capitán, situado al otro lado, sin saber que hacer ni que decir. Despidiéndose de la marinería, “el inspector” volvió sobre sus pasos hasta desaparecer. El oficial no reaccionó, y tuvo que ser el intrigado Mario, que estaba tomando un café con el práctico del puerto, el que se acercara para interesarse sobre aquel extraño.
-¿Qué ocurre oficial? –Preguntó.
-Nada, solo que el señor Gonzalo quería saludarlo, pero se percató que usted estaba ocupado y no quiso interrumpir –Le respondió el oficial.
Daba la sensación que allí todos sabían quién era el señor Gonzalo menos Mario. El capitán observó que el sorprendido oficial tenía una tarjeta entre sus dedos, éste al darse cuenta de que se la había entregado el famoso Gonzalo, justamente antes de despedirse, se la entregó al capitán. Intrigado, Mario giró la tarjeta por su parte impresa y la leyó: “Don Gonzalo Echevarría Arriaga, Presidente de CASAMAR”. Sin duda, su nombre tenía pinta de corresponder a un ilustre empresario y el nombre de su empresa a la de una corporación pesquera o, posiblemente, una importante consignataria. En realidad, Gonzalo era un mentiroso compulsivo, al que no le gustaba mentir. No era necesario, su arte radicaba en confundir a la gente, que caían en la trampa engañándose ellos mismos. Efectivamente, Casamar era el nombre de un chiringuito de su propiedad, especializado en pescado frito, que consiguió permutándole a un alemán a cambio de unos “valiosos terrenos” cercanos a una “playa de Salamanca”. 
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18 comentarios:

  1. Esto sigue complicándose y tomando visos de novela negra. Bueno, tal vez aventurar que es una novela negra sea demasiado pero el personaje del señor Gonzalo ya nos va introduciendo en la intriga más allá de lo que puedan dar de si las múltiples relaciones interpersonales. Nos deja con la pregunta de a quién o quiénes va a embaucar este mentiroso compulsivo al que no le gusta serlo.
    Creo que este pasaje es, hasta ahora, el que más me está gustando, tal vez porque ya puedo oler que las subtramas van a ser variadas y de diferente índole.
    Enhorabuena.

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  2. Gracias, Ana.Tienes mucha razón, yo no le quitaría los ojos de encima a Gonzalo, es capaz de cualquier cosa. Sin embargo, no deberíamos ser tan duros con él, sus actos no son producto de la ambición o avaricia, a veces, casi siempre, es resultado de su inmadurez, de su adolescencia perpetua de la que es incapaz de salir, como de sus gamberradas, de las que no puede reprimirse realizar.

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  3. Marcos, no se si escribir Tras la sonrisa, representa para ti una experiencia.
    Me gustaría saber si la historia ya tiene final (o casi) o la escribes cada semana.
    Si los comentarios vertidos sobre cada uno de los post tienen influencias en tu escritura y el camino que toma la historia.

    Si te hace analizar y ver a los personajes desde puntos de vista que no tenías.

    A mi me parece una experiencia interesante y te tengo envidia. El tener críticos por capítulos que hagan que modifiques el curso de la historia y la incertidumbre de no saber a donde te llevará el camino. Siempre que la historia no esté concluida.

    Simple curiosidad.

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  4. Bueno, Franco, he de desvelar que la culpa de todo la tienes tú por proponerme un serial. Ciertamente, esta "historia" es todo una experiencia para mí de la que pretendo aprender, aunque, no fue así siempre. En realidad la empecé a escribir hace bastante tiempo(el año pasado) para descanzar de otra novela que estaba escribiendo, y que como era de esperar la dejé también a medio escribir (como casi todo lo que hago,jajaja). Ésta me resultaba más fácil y divertida. Faltan tres entregas para terminar el Primer capítulo. Ahora estoy escribiendo el Segundo, aunque si quieren podemos concluir en el primero, que ya en sí tiene un fín. Si me aporta mucho las opiniones de l@s compañer@s, es como un faro que te alumbra y guía y de ellas he sacado ideas para desarrollar próximamente. Y es que ya saben que vamos creando, en la mente, los texto en cualquier lado y en cualquier momento, luego es cuestión de darles forma y estilo. Pero es, sobre todo, querer "gustar" o saber que te leen lo que te anima a escribir, eso lo sabemos todos.

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  5. Pues a mí, que vivo cerca, me interesa un pisito en la playa de Salamanca. (Para un terreno no me da). Tremendo Gonzalo... ¿Hay muchos alemanes por ahí, como el del chiringuito CASAMAR?

    Sin tantas pretensiones como tú, tengo alguna experiencia en esto de los seriales. Publiqué uno de microrrelatos (con 45 entregas) que fui escribiendo en tiempo real. Y me pasó lo que a ti, los comentarios me hicieron construir parte de la historia (incluso para llevar la contraria (jeje).
    Ahora estoy con otro que he escrito del tirón, para entendernos, y la sensación es diferente.

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  6. Lo mismo me adelanto y de verdad terminando el primer capítulo hay un buen final pero me parecen muchos personajes y muchas posibles situaciones como para terminarlo así, de repente, sin desarrollar todas las posibilidades que se intuyen -o yo las intuyo.

    ¿Dónde está ese serial tuyo, Amando? ¿Podemos leerlo?
    Tuvo que ser excitante escribirlo con las aportaciones, mayores o menores, de los que te leían.

    Lo bueno que tienen historias de este tipo es que todos nos vamos implicando y nos sentimos un poco artífices, aún cuando no escribamos una letra ¿no?

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  7. Hola Ana J. El serial está en mi blog. Puedes acceder desde la etiqueta Microrrelato. Qué decisión tomar.
    Desde aquí también se accede

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  8. ¿Y si cuando termine el serial de Marcos nos embarcamos en hacer un seríal entre todos?
    Realizando un cuadrante para escribir cada uno un capítulo.

    Es que me ha dado envídia. Sana, envídia sana. Me atrae la experiencia.

    Igual me adelanto... siempre corriendo

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  9. Es una buena idea pero ¿seremos capaces de llevar a cabo el reto?
    ¿Qué pasará si al que le toca el siguiente capítulo se le van de viaje la inspiración o las ganas?
    ¿Seremos capaces de mantener el compromiso?

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  10. Intentemoslo, al menos. Luego, si no sale, celebremos el fracaso O_O

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  11. Nunca se me había ocurrido celebrar el fracaso. Igual es que nunca he fracasado. La técnica es siempre sacar el lado positivo del fracaso. Y ahora celebrando el fracaso, menos fracasaré.

    Bueno veo que ya en el tema del "serial conjunto" habemos tres valientes dispuestos.

    Intentaremos que se sumen el resto. Y lo comenzaremos cuando "Tras la sonrisa" termine. Que todavía le queda cuerda. Esperemos contar también con la participación de Marcos.

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  12. Armando, espero que no te contagies de las malas maneras de Gonzalo, por aquello del pisito en la playa de Salamanca. Por cierto, he visitado tu blog y me ha gustado mucho tu novela, bueno solo me ha dado tiempo de leer algunas entregas. Realmente me ha sorprendido ese estilo tan elaborado y tan metido en el género de novela negra, no sé por qué me extrañó, quizás estaba más acostumbrado a tu estilo lírico.

    Un abrazo
    Marcos Alonso

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  13. Ana, tienes razón. En el primer capítulo,tan solo, se presenta a algunos personajes y plantea la situación que va a marcar el resto de la novela (o lo que pretende serla). De estos comentarios han salido algunas ideas para el desarrollo de la misma. De hecho les adelanto que nuestra amiga Dácil y Amando (a los cuales le pido autorización por adelantado) salen en ella como unos extraños polizones, mitad virtuales mitad reales, jajaja.
    Volviendo al principio, te comento que como puede ser muy larga la podemos dejar en el primer capítulo y luego ya seguimos más adelante.

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  14. Franco, me apunto a ese reto. Me parece genial, aunque reconozco que me da un poco de respeto, no se si estaré a la altura de las circunstancias y si el poco tiempo del que dispongo me lo permite. Pero, como bien dices, no se pierde nada. Creo que no hace falta esperar que termine Tras la Sonrisa. La publico una vez a la semana y no impide que hagamos a la vez otro serial, de hecho en Antena 3 hay más de una y de dos telenovelas jajaja. Por cierto, si quieres quitar el enlace lo puedes hacer, para que, así, no quite espacio a los enlaces que están en la derecha de la página.

    Ahora viene la pregunta del millón: ¿Cuál será el tema del nuevo serial?

    PD: me adjudico el último puesto (4º)para continuar, así que entre ustedes quedan el 1º, 2º y 3º. Esperemos que nuestros compañeros esféricos se sigan sumando a esta ilusionante empresa.

    Te felicito por esta gran idea así que solo me queda gritar.
    ¡Viva FranCo!

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  15. Dácil Martín7/4/10, 14:21

    Hola a todos, este serial de comentarios y de la novela de Marcos me resulta una experiencia fascinante. Como dice Ana, aún sin escribir una sola letra se siente uno partícipe. Me encanta leer a cachos tu novela Marcos, y me gustaría hacerlo hasta su final. Por su puesto que tienes mi permiso, tal como están las cosas a bordo no me pienso bajar del barco.
    Referente a realizar un serial, entre los esféricos, me parece una idea divertida. Tal vez me preste a intervenir en alguna ocasión, pero no puedo comprometerme, lo siento.
    Amando, iré a por tu novela.
    Un abrazo,

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  16. Antes que nada, Amando, ya he accedido a tu relato ¡por fin! y pinta muy bien.
    Espero poder leerlo entero pronto.
    Sospecho que deberías ser el que abriera el fuego con el serial, ya que eres el que más experiencia tiene y ya que Marcos se ha adjudicado ya puesto. Muy hábil, forastero!
    Está claro que no he estado rápida, así que ME PIDO EL TERCER PUESTO!!!.

    No puedo creer que Anabel no se apunte al reto. Supongo que es que no ha entrado en este post.

    Dácil, ya sé que no puedes comprometerte, pero seguro que puedes intentarlo.

    Marcos, lo cortés no quita lo valiente y, como tú bien dices, pueden coexistir dos seriales. Por favor, plantéate completar el relato en lo posible. Sería una pena que quedase incompleto o apresurado.
    Otra cosa ¿me cambias el puesto?

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  17. Aquí el que no corre vuela. Todos se adjudican puesto y "mariquita" el último, como decíamos en mi época de primaria. Creo tener la fórmula para los puestos. Me niego a enfrentarme al puesto que me quede por cortesía. ;.))

    Veo que la idea gusta.

    Dácil, también creo tener la fórmula para que participes solo cuando puedas, al igual que el resto. Pienso que de lo que se trata es que podamos participar todos y que si en nuestro turno no podemos, no se produzca un crack bursátil y el proyecto continúe rodando por inercia.

    Voy a crear un post específico para seguir compartiendo/debatiendo sobre ello, pues este post de “Tras la sonrisa” se está llevando todos los comentarios ajenos a su entrada. Lo siento Marcos.

    Contactaré con el resto de colaboradores de La Esfera para que se integren si lo desean.

    Creo que también tengo la fórmula de la CoCaCola y de los "Crecepelos"

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