30 julio, 2010

Ella


Buscaba olvidarla sumergiéndose en otros cuerpos, pero solo lograba reencontrarla.

—Tu sonrisa, María, me recuerda demasiado a la de Ella —decía. Y se alejaba.
—Lo siento mucho, Cecilia, pero tus manos no hacen otra cosa que hacerme añorar sus caricias —y una nueva despedida.
Es dulce tu pecho, Gilda, pero el de Ella sabía a ambrosía y me resulta doloroso el recuerdo. —exclamaba. Y se marchaba.
Uno tras otro se sucedían los jóvenes y hermosos cuerpos. Muslos firmes y suaves como los de Ella, caderas ardientes como la de Ella, cabellos largos y renegridos como los de Ella.
Y ojos. Y miradas. Y labios. Y besos. Todo, absolutamente, le hacía recordar a Ella.
Cuando ya no pudo más, cuando se hartó de extrañarla, comprendió que no debía darse por vencido: Ella volvería a ser suya.
Ya no rechazó amores, consumó cada uno de ellos y poco a poco fue reencontrándola.
Los labios de Paula, los pechos de Beatriz, las caderas de Ana, se unieron a las piernas de Raquel, a los hombros de Fernanda.
Solo tuvo que encontrar una manera segura de deshacerse de los restos.
Y que Ella, ya completa, volviera a amarlo.

Texto: Miguel Ángel Dorelo
Imagen extraída de Internet

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9 comentarios:

  1. Suelen ser más sabrosos en el sentido creativo los textos que no pertenecen a los habituales colaboradores de esta esfera que es cada vez más un punto junto a otro en el infinito. Incoloro.
    Creo que los textos deben despertar y no provocar bostezos - por las últimas publicaciones de los últimos meses -
    Felicidades al autor. - A medias -

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  2. Muy buen micro. Me ha gustado la resolución.
    Gracias por traer a Dorelo, Amando.

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  3. Vamos a tener que llamar de alguna manera a estos textos veraniegos, que provocan el recalentamiento espiritual. Bienvenidos sean, si son como éste de Dorelo ligero y fresco, sabroso e ingenioso.

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  4. Bienvenido, Dorelo.
    Una feliz puesta al día del mito de Frankenstein.
    Me ha gustado ese punto perverso.

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  5. Llevo dos té encima... cuatro coca-colas y cinco café (o cafés, soy un inculto, perdonen)... Bueno, es por eso que he llegado hasta el final.

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  6. Bienvenido Miguel Ángel, ha sido un placer leerte.
    Creo que Marcos tiene razón, habría que conseguir una clasificación para este tipo de textos. Creo que llevamos unos cuantos.

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  7. De ahora en adelante, Miguel Ángel, acostúmbrate a las buenas palabras... todo serán buenas y estudiadas palabras.

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  8. Este texto es increible.
    Saludos.

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  9. Bueno,¿Qué decir? Muchas gracias por la publicación y por los elogios recibidos.
    Enviaré algún otro relato tratando de mantener el nivel necesario ( no siempre lo logro)y en caso de publicación, estaré atento a los comentarios que puedan merecer.
    Un saludo afectuosos desde Argentina.
    Miguel Angel Dorelo.O Salemo.

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