Llevaba un tiempo envuelta en un mar de nubes grises.
Me asfixiaba dentro de miles de gotas.
Quería llover.
Que las esponjas gigantes y redondas escurrieran
el agua que guardaban. Que se estrujaran y
vaciaran para poder salir yo y respirar.
Caer en un aguacero sobre el agua, sobre las
calles , sobre los montes, sobre la ciudad.
Que incluso, con suerte, saliera un arcoiris
para poder verlo desde mi ventana. Y después
de esa ducha gigante, me limpiara los ojos y empezara
a ver claro. Todo tan bonito y mojado... Todo tan puro.
Ya respiro, ya sonrío. Ya corre el aire.
Y eso que a mí no me gustaba que lloviera.
Belén Valiente
Bienvenida a La Esfera, Belen. Es un bello poema a la naturaleza, al desahogo de las nubes, de la lluvia... Un abrazo
ResponderEliminarGracias Dácil, por animarme a seguir con esta pasión que tenía abandonada.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Saludos a toda La Esfera.
Belén
Bienvenida, Belén. Y bienvenida tu lluvia, que desahoga, que purifica y se deshace en un arco iris.
ResponderEliminarMuchas gracias Ana. Un abrazo.
ResponderEliminarTambién te doy la bienvenida, Belén.
ResponderEliminarCuando uno se siente lluvia atrapada en una nube que es cárcel, lo mejor es que llueva, lo mejor es que llovamos...
Buen texto Belén.
ResponderEliminarLa lluvia con liberación, aunque no nos guste.
Muchas gracias Armando y Marcos. Vuestros comentarios me llenan de energía.
ResponderEliminarBelén