15 septiembre, 2012

El trompetista


Me recordaba a Miles Davis durante sus momentos de máxima inspiración: con estilo y cerrando los ojos. Desinflaba los mofletes con armoniosa precisión, su nariz perfecta perfilando su guapura. Así lo descubrí en aquella fiesta de verano. Desfilaba en el extremo derecho de la última fila de la banda municipal. Pasaba a mi altura cuando la procesión paró un rato. ¿Era la manera de tocar con sus dedos la trompeta, su boca seria al mirarme? Quizá fueran sus gestos pícaros invitándome a seguirle. Y la calle, mientras, bullendo al ritmo del pasodoble y de los “vivas” al santo; y yo riendo sus gracias. Hasta que, al llegar a la plaza y después de los fuegos, la banda se dispersó y lo perdí de vista. Pasaron una hora y dos. Me dediqué a pedir cubatas para superar el desconsuelo. Llegué a pensar que todo había sido un fugaz fruto de la imaginación. Despechada, empecé a bailar con mi vecino el pureta; pero cuando comenzó a sonar Mi capullito de alhelí apareció de repente, bajo la luz de los candiles, y me arrastró por la cintura, y me llevó entre sus brazos, bailando, girando como loco, mientras me canturreaba dulcemente al oído.

Texto: Dácil Martín
Narración: Susana Santamarina

5 comentarios:

  1. Nostalgias de amores de verbena, de fiestas de verano, buenas letras para estos preludios otoñales.
    Gracias, Dácil

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  2. Anoche estaba en las Fiestas del Cristo. Vi llegar la procesión y me gustó la de la flauta travesera. Luego vinieron los fuegos, se llenó la plaza de gente, empezó el baile y había tanta gente que no la vi aunque esperé a que se fuera todo el mundo y llegaran los barrenderos a recoger los vasos abandonados en el suelo... ¡Qué desilusión! Enhorabuena por tu relato Dácil. Fresco y lleno de sentido. Ideal para ir despidiendo el verano

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  3. Qué nostalgia desprende este texto y, a la vez, cuánta ilusión y ternura!
    Sientes en la piel el anhelo de la chica, los acordes de la música, las manos en la cintura.
    Es de esos textos que se te meten dentro y te dejan el regusto tierno que te hace volver a leerlos.

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  4. Gracias, Susana, es un disfrute oírte narrar el texto, y me ha hecho mucha ilusión. Es todo un regalo.
    Gracias también, Ángeles, Miguel Ángel y Ana, me alegra que les haya gustado.
    Pero no quiero que sientan tan pronto la despedida del verano, aún quedan fiestas, bailes y amigos por disfrutar.
    Abrazos,
    Dácil.

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  5. ¿Y mi comentario? ¿O sólo di al G+ y no dije los recuerdos (recuerdos de meros deseos, en mi caso) despierta esta escena?

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