16 febrero, 2013

Inocencia

Hoy mamá va a probar con la pistola de agua. El señor del invernadero dice que pulverizando así a las petunias, salen bien pizpiretas y brillan con luz propia.

Nuestro jardín es la envidia del vecindario y yo me hincho. Desde lo alto de mi casa del árbol, la vista es todavía mejor. El suelo parece una alfombra de colores y además sube un olor muy rico. Muy distinta a la de mi cuarto, está descolorida y huele a pies.

En mi refugio el tiempo pasa muy deprisa. Desde mi puesto de vigilante protejo al barrio. Como hacía papá.


Texto: Beatriz Carilla Egido

6 comentarios:

  1. Me encantó lo de las petunias pizpiretas. Y lo del puesto de vigilante. Saludos.

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  2. Hermoso y triste micro. Micro porque cuenta mucho en pocas palabras.

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  3. Gracias por vuestros comentarios, para mí son muy importantes.

    Es cierto que el final es triste pero con una pizca de esperanza germinando en ese jardín.

    Besicos esféricos

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  4. Es triste a los ojos del adulto, pero esperanzado y más maduro de lo previsible a los ojos de un niño. Destaco, Beatriz, cómo has hecho tuya esa voz del niño narrador. Muy creíble. Enhorabuena.

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  5. Muy tierno. Y triste. La visión de un niño, plasmada de una forma interesante y conmovedora.

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  6. Gracias por dejarme unas notas tan bonitas, las guardaré.

    Besicos

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