Recoge el petate y camina dentro, contempla la luz que rompe tus pupilas y cómo las manos se encienden si me tocas.
Despierta, amanece conmigo, respira mi aire y saborea las
horas. No cierres los dedos, no camufles tu tacto con miedos y penumbras. Convierte
las palabras en besos limpios y dame tu lengua para hablar el mismo idioma.
Sella la apatía, no encierres tu mirada, moldea mi cuerpo
desnudo que desea tus caricias y siente como laten las entrañas si te acercas.
Piérdete en mis defectos, manosea mis cicatrices y suaviza
sus contornos, déjame que beba de tu jadeo y coma de tu ser.
No le pongas rejas al talento, vive nuestra locura y
conviértete en el mago de mis sueños.
Haz que desaparezca en tu pecho y que no vuelva más si no es
contigo.
Texto: Inma Vinuesa
narracón: La Voz Silenciosa
Texto: Inma Vinuesa
narracón: La Voz Silenciosa
Impresionante, Inma. Cuánta pasión, cuánta belleza!
ResponderEliminarTienes un don.
Es fuerza del amaor, es el sabor que se queda...
ResponderEliminarAbrazo.
María Estévez.
Muy intenso Inma. Empiezas una orden que poco a poco se convierte en ruego desesperado, pero en ese punto el lector ya no puede escapar porque es dueño de la intensidad de tus palabras. El terreno de los sentimientos tiene nombre, y se llama Inma Vinuesa. Enhorabuena.
ResponderEliminarIntenso y atractivo, sensual y magnético... Como un imán para el lector.
ResponderEliminar¡Qué maravilla, querida Inma! Sí, tienes un don.
ResponderEliminarMiles de besos.
Inma, no te distancies. Aquí demandamos tu literatura.
ResponderEliminarUn texto intenso y tierno a la vez.
ResponderEliminarMucha pasión y mucha elegancia. Es precioso Inma.
ResponderEliminarHola, Inma.
ResponderEliminar¡Qué delicado erotismo! Me encantó.
La música que le ha puesto La Voz es la guinda al pastel.
Un abrazo y felicidades.
Gracias a todos, gracias voz (Francisco)
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