26 julio, 2010

Armónica




Hace tiempo que no tocas la armónica. Recuerdo que solo con oír una vez una canción que te gustaba podías interpretarla sin más. Las notas salían primero con algún titubeo, algunos compases con más de una prueba, pero en pocos minutos nos deleitabas como si formara parte de tu memoria, como si la hubieses tocado miles de veces, como si la palabra esfuerzo no existiera para ti.
¡Intenta poner tus labios en ella!... ese sonido es mágico, sabes que logras llenar de placer los momentos. Nunca nadie te enseñó una nota, un día la acariciaste con la seguridad que sería tuya, la miraste sabiendo que no se resistiría al empeño de conquistarla, la envolviste con tus dedos haciendo que su sonido fuera moldeándose, igual que una silueta cuyo contorno construías una y otra vez, hasta lograr coordinar aire, instrumento, manos, postura …
Lograste vencer la ignorancia con el esfuerzo. Noche tras noche interrumpías el sueño con tu insomnio musical, hora tras hora conseguías dominar la estrecha caja plateada adornada con un panal de ricas notas.
Tócala de nuevo un poco, aunque tu aire sea débil, aunque la fuerza no te deje fabricar una simple armonía, aunque no puedas con la melodía completa. Llévame un instante a ese recuerdo, llévame un segundo más a ti.


9 comentarios:

  1. Mi otro hermano, no el pintor, sino el músico, tiene esa misma capacidad. Cuando era chaval llegaba a tocar dos ocarinas a la vez soplando con las narices. Brutal. Casi no había melodía que se le resisitera. Y casi daba igual el instrumento.
    Maravilloso texto, lleno de expresividad y cariño, mucho cariño. Me ha gustado especialmente esta frase:
    "haciendo que su sonido fuera moldeándose, igual que una silueta cuyo contorno construías una y otra vez"

    ResponderEliminar
  2. Muchísimo cariño Amando, no te imaginas cuanto...

    ResponderEliminar
  3. Dácil Martín27/7/10, 0:04

    Un texto bello, muy bello

    ResponderEliminar
  4. La armónica era un apéndice más de su vida y la descubrió. No le costaba esfuerzo y por ello te llegaba tanto al alma. Sus notas te trasladaban a tiempos memorables.

    Tócala otra vez... como dirían en Casablanca.

    ResponderEliminar
  5. Hermoso texto. Prosa sólida y rica en matices. Final abismante: surgen cien preguntas sobre el origen de la actual incapacidad para tocar la armónica. Se me ocurren finales tristes. ¿Por qué?
    Mi enhorabuena,
    PABLO GONZ

    ResponderEliminar
  6. La armónica, me recuerda tiempos pretéritos, jóvenes, donde en un grupo de amigos, alguien se hacía con ella y alegraba las veladas.
    Tu texto, tan bien descrito, es triste y muy emotivo.
    Besos armoniosos, Inma.

    ResponderEliminar
  7. Me he quedado muda por la emoción -sabes que es así-, apenas puedo susurrar un gracias, gracias por poner palabras al sentimiento.
    Llévame un segundo más a ti. ¿Qué se puede añadir a esto?

    ResponderEliminar
  8. Gracias Dacil, FranCo,Pablo, Isolda, Ana, me emociona que os guste y os transmita este texto.
    Ana nos llevamos muchos segundos hablando de ellos quizás sea la forma de acercarnos.
    Un beso a todos

    ResponderEliminar
  9. "Hace tiempo que no tocas la armónica..." A veces hablar en presente y recordar es lo mismo.
    Un precioso texto, que de forma sencilla, precisa y fluida nos llevas por los caminos más hondos y sentidos hasta tu alma, que es quién precisamente nos habla. Y es que realmente se sigue escuchando la canción, oyendo su palabras, sintiendo sus manos, mientras su sonrisa emborracha y contagia. Un texto que es un homenaje, me atrevería a decir que universal, en el que todos nos podemos sentir identificados con él.

    Enhorabuena Inma.

    ResponderEliminar

Gracias por contribuir con tus comentarios y tu punto de vista.

Los componentes de La Esfera te saludan y esperan verte a menudo por aquí.

Ésta es tu casa.