30 enero, 2011

Fora Tempo

En las ciudades hay lugares que están entre paréntesis.
No es fácil descubrirlos, no se encuentran buscándolos como los otros. Lo sé porque me salen al encuentro, súbitamente, abordándome, sin tiempo para cambiar de acera como suelo hacer ante lo desconocido. Lo sé porque me detengo involuntariamente, sin motivo, miro a mi alrededor y los veo. Esos lugares te llaman. Luego ya, los conoces y te quedas. Y vuelves.
En ellos el tiempo transcurre de otro modo, fuera de los cauces habituales de lo cotidiano, a gusto del consumidor. Se detiene, retrocede, avanza más deprisa o más despacio, al ritmo de mis sensaciones o de mis pensamientos. Es inútil mirar la hora, ayer había pasado un minuto cuando pensé que eran horas, hoy ha pasado una hora vivida como un segundo.
Sólo a veces, cuando el reloj mide el tiempo de los otros, hago una pausa.
Entonces, una mujer tiende una lavadora oscura de ropa masculina en uno de aquellos balcones “otra tanda , la última, y esa mujer, y que sigue sentada en el parque, lleva por lo menos cuatro horas, vaya ganas, con el frío que hace”. Diez minutos. Disimuladamente disparo mi cámara,
me mira. Un hombre pasa con la bolsa del pan en una mano y el periódico bajo el brazo “a ver si ha llegado ya el abuelo o habrá que ir a buscarlo”. Me mira. Dos minutos. Un niño pasa corriendo atado a un perro, medio minuto, una caída, me mira, llanto, ladridos. El hombre deja el pan y el periódico en un banco y vuelve a consolarlo y recogerlo. Cinco minutos. El anciano, atraviesa el espacio lentamente, con dificultad:

- Buenos días- con sonrisa, parándose.
- Buenos días - las palabras me salen con sonrisa y con dificultad.
- Hace bueno hoy - se acerca-, un poco de frío, pero al sol se está bien.
- Se está bien sí- parca.
- Ale, hasta otra guapa, - vuelve a arrancar- me espera el hijo para comer.
- Adiós, no se entretenga que le he visto pasar hace un rato. Treinta minutos.

La mujer, que sigue sentada en el parque, enciende un cigarrillo. Mira el reloj y sonríe. Recuerda en ese momento que tiene que poner un programa corto para sus cuatro prendas, las que más usa, las más cómodas., mandar cuatro mails, hacer cuatro cosas. Hoy no le ha dicho nada su hijo de ir a comer con ellos. Vuelve a sonreír cuando piensa en su nieto. Mira el reloj. Hace otra foto. Cinco horas.
En las ciudades hay personas que están entre paréntesis.

11 comentarios:

  1. En las ciudades, tambiénen lospueblos, hay lugares y personas que están entre paréntesis.
    Muchos paréntesis.

    Tantos que ¿no será que el paréntesis lo conforman los demás?.

    Un saludo Á.

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  2. Isabel, muchos paréntesis, muchos que merecen la pena entretenerse en ellos un minuto, cinco o veinte. Paréntesis que encierran historias que el escritor puede atrapar en sus palabras. Maravillosa fuente de información la ciudad y sus personas.

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  3. ¡Qué preciosidad de texto! Desde el título, hasta la última línea. Frases enteras que se quedan grabadas: "Se detiene, retrocede, avanza más deprisa o más despacio, al ritmo de mis sensaciones o de mis pensamientos. Es inútil mirar la hora, ayer había pasado un minuto cuando pensé que eran horas, hoy ha pasado una hora vivida como un segundo."
    "El hombre deja el pan y el periódico en un banco y vuelve a consolarlo y recogerlo" Y vuelve a consolarlo y recogerlo, impresionante.
    Sí, hay lugares y tiempos entre paréntesis para cada cual.
    Enhorabuena Isabel. Besos (desde mi sur)

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  4. Me ha parecido un texto fantástico.
    Y tienes razón, hay demasiados paréntesis en las ciudades... Incluso en las vidas.

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  5. Gracias Angeles, Inma, Isolda, gracias a las tres. Tres alientos a mi trabajo para el que me cuesta tanto esfuerzo reunir tiempo. Gracias a la Esfera poe su publicación. Un abrazo enorme.

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  6. Gracias por comentar, me alegro de que te guste Amando.

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  7. Excelente manera de escribir. Excelente cuadro el que pintas. Excelente reflexión detrás de cada frase. Me gustaría que el mundo este en que vivimos nos dejara la tranquilidad, la cabeza fresca, el alma virgen para vivir cientos de paréntesis. ¡ Lo que nos perdemos todos los días por no ser capaces de verlos !... Muy, pero que muy bueno, Isabel.

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  8. Estupendo retrato interior (entre paréntesis) y exterior de esos lugares y esas situaciones que nos rodean.
    Un buen fresco de lo cotidiano.
    Enhorabuena

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  9. Muy bueno: un trocito de vida entre paréntesis que nos describes y regalas.

    Eres un hallazgo, Isabel, no te vayas muy lejos.

    Anabel

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  10. Casi hubiera preferido no leer este texto, casi hubiera preferido vivir en la ignorancia, pero tras leerlo lo he entendido, soy de esas personas que vive entre paréntesis, donde el tiempo transcurre de otra manera ¿Cuándo escribirás un texto que explique como salir de ahí? ¿Tardarás mucho en hacerlo? ¿Isabel...? ¡Isabellll!!

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  11. Por cierto Mitoaguimes soy yo Marcos

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