08 septiembre, 2011

LTI. La lengua del Tercer Reich

Me decidí a leer este libro no porque tratara  sobre el nazismo sino porque lo hacía desde un punto de vista totalmente diferente al habitual;  me interesaba  en tanto estudio lingüístico  (además de apasionada de la literatura, siento gran interés por lo que tiene que ver con el lenguaje)
  Victor Klemperer era judío y filólogo. Como consecuencia de lo uno, sufrió la  represión nazi. Si se salvó de la deportación (y la muerte) fue por estar casado con una no-judía, pero eso no le libró de las vejaciones  y limitaciones o de perder su trabajo de profesor universitario para terminar trabajando como obrero en uan fábrica.Como una  forma de sobrellevar toda esa situación,  comenzó un diario que le acompañó durante todo ese tiempo y en el que iba registrando como los nazis pervertían el lenguaje, acomodándolo a  sus fines.
   No se trata de una crónica ni de unas memorias sino, tal como el autor dice, de
los apuntes de un filólogo. Aunque no se trate de ua cróncia histórica ni de unas memorias, lo cierto es que a través de esos apuntes, también nos permite vislumbrar algo de la realidad alemana durante aquel periodo y también de las vivencias y del estado de ánimo del propio Klemperer.
  LTI es el acrónimo de Lingua Tertii Imperii, término acuñado por Klemperer para referirse a  la  neolengua  que los nazis crearon para difundir su política y sus ideas nacionalsocialistas. Leyéndolo te das cuenta –y da un poco de miedo- que algunas por no decir muchas de las artimañas que se usaban son práctica común en la actualidad (partidos políticos, publicidad, medios de comunicación).  El marketing social tiene su nacimiento o al menos su impulso en la LTI.
   Te ayuda a entender algunos de los motivos que facilitaron hicieron que el nazismo prendiera- (el militarismo y el apego a la disciplina de los prusianos). También explica –en el capítulo llamado Sión- como de alguna forma fueron los propios judíos quienes también facilitaron con su visión de  pueblo elegido, por encima de nacionalidades –el que Hitler los usara como “culpables de los males de la nación alemana”.
     En más de una ocasión Klemperer hace mención a la extrañeza que le causa que antiguos compañeros de facultad u otras personas cultas, con estudios y preparación, sucumban ante muchas de las falacias de  Hitler. Me hizo recordar una película –Good- protagonizada por Viggo Mortensen en que vemos como  Halder, un profesor  de literatura, pacífico y nada beligerante, termina convertido en miembro de las SS.
   En esa película hay un momento en que un amigo judío de Halder responde a éste, cuando le  pide que se marche del país, que no tiene por qué hacerlo, ya que es tan aleman como él. Eso mismo lo dice el autor del libro; el es y se siente alemán.
  Hemos  forjado la  cómoda teoría de  que los nazis eran unos locos degenerados y psicópatas. Por supuesto que algunos lo serían pero muchos otros eran gente normal y corriente, como nosotros. Como dice Todorov 
Si hubiéramos estado nosotros en su lugar, habríamos podido ser como ellos(Frente al límite)

5 comentarios:

  1. Quizá no estemos ahora en el LTI, pero sí en lo conocido por políticamente correcto. En muchas ocasiones detrás de lo políticamente correcto se esconden verdaderas injusticias y verdaderos ataques contra el ser humano. Por mucho que la mayoría crea que el lenguaje es inocuo, sigo pensando que es un arma poderosísima. Se huyen desde determinados estamentos de algunas palabras y se crean peréfrasis o expresiones que pretenden ocultar realidades brutales. Se habla, por ejemplo, de Expediente de Regulación de Empleo, o se lee ERE, y no se dice enviar al paro a no sé cuántos individuos con sus respectivas familias. Cuando quien roba es un alto ejecutivo, político o ser humano de influencia, se suele decir apropiación indebida... Son sólo dos ejemplos menores, pero nunca se trata de algo inocente, sino, por el contrario, de un sutil ejercicio de perversión, que empieza por el idioma y cuyo destino somos nosotros mismos. Si esta perversión lingüística se da en épocas como la nuestra, ¿qué esperar de épocas bélicas en las que sólo interesa la victoria sobre el enemigo y para ello hacen falta súbditos y no ciudadanos, adhesiones y no capacidad crítica? Bien lo saben las iglesias -cuanto más sectarias, más-, y por eso buscan que sus fieles comiencen a esa edad justa en que el cerebro es una esponja y todo lo que se le diga se pega en el cerebro y es muy difícil o imposible despegarlo de ahí.
    Espléndida reseña, lammermoor, y haces bien en concluirla con lo que escribió Todorov, pensamiento que comparto, aunque no tengo tanta inteligencia como para haberlo expresado:
    "Si hubiéramos estado nosotros en su lugar, habríamos podido ser como ellos"

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  2. Interesante investigación e igualmente esa comparativa que hace Amando con la actualidad.

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  3. Fantástica reseña, lammermoor. Todo un acierto cada libro que nos muestras y que desgranas para nosotros. Siempre por delante, abiendo camino.
    Saludos,
    FranCo.

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  4. catherine20/9/11, 2:28

    me haces rememorar un documental sobre este filólogo y su trabajo interesantísimo. La "langue de bois" (lengua de madera) de los partidos, de los regimenes dictatoriales, de la publicidad y de lo politicamente correcto como lo subraya Amando. Después de tu magnífica reseña ahora voy a comprarlo, ya apunto las referencias. Gracias, lammermoor.

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  5. Totalmente de acuerdo contigo, Amando. Más de una vez me viene a la cabeza la neolengua de Orwell y sobre ella y el lenguaje políticamente correcto hablé.

    La cita de Todorov abría un esplendido libro sobre los Hermanos Himmler que resulta francamente interesante.

    Marcos el libro es realmente fascinante. Además se lee muy rápido porque cada capítulo trata sobre un aspecto concreto (y porque Klemperer te atrapa)

    FranCo gracias. Dudaba sobre si publicarla aquí o no pero me apetecía compartir mis impresiones con vosotros.

    Catherine intentaré localizar ese documental. En cuanto al libro, estoy segura de que te gustará.

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