El tópico que el calor aletarga y que nos invita a tumbarnos a la “bartola”, en La Esfera se rompe. Este mes de Agosto estamos recibiendo una gran cantidad de colaboraciones en contra de lo que pensábamos. Nuestra propuesta “Relatos de Verano”, cuya culpable es Ana Joyanes, abriendo la publicación a textos que tengan como leif motif el verano y boicoteando nuestra holgazanería literaria, está siendo un éxito. Llegan textos desde cualquier playa, monte o ciudad... Escritores que incluso estando de vacaciones encienden su portátil y nos envían su colaboración. Aquí puedes leer los textos seleccionados de cuantos han llegado hasta ahora.
Textos de todos los colores, lugares y estilos, pero todos con calidad literaria. Aunque no seríamos justos si no le ponemos algún pero. Casi todos los autores han pecado de
poca originalidad en sus títulos. El “verano” les puede y las “vacaciones”. También cualquier hora y momento: “Tarde de Verano”, “Tarde de Julio”, “Noche de Verano”, “Sucedió una noche de verano”, “Tarde de Agosto”…
poca originalidad en sus títulos. El “verano” les puede y las “vacaciones”. También cualquier hora y momento: “Tarde de Verano”, “Tarde de Julio”, “Noche de Verano”, “Sucedió una noche de verano”, “Tarde de Agosto”…
A los siguientes autores que nos remitan textos, le ponemos en sobreaviso que el 62% de los títulos tienen la palabra “verano” ó “vacaciones” por si lo quieren tener en cuenta. ¡Oído cocina!
Solo cuatro títulos de los textos seleccionados han roto por el momento esta plaga de verano, vacaciones y momentos del día obvios, son: “Instante frutado”, “Plantando envidias”, “In memoriam” y “El secreto de Ulises”
Bueno, que seguimos esperando relatos (se puede repetir) y que con los mejores editaremos una publicación. Lo que aún no sabemos es si será en formato digital o en papel.
¡A escribir toca! Aquí acaba hoy la clase de estadística.
Mea culpa, mea culpa. "La cita del verano" ¡qué originalidad!. Muchas gracias a La Esfera Cultural por publicarlo. Un abrazo.
ResponderEliminarPues llevas razón, pero es que el único título que se me ocurría (y que se me sigue ocurriendo) es "La pelotita de los cojones" y, sinceramente, creo que no le va nada al texto aunque, ¡quién sabe!.
ResponderEliminarVeré si se me ocurre otro para cambiarlo antes de que salga publicado y salir del marasmo titular que tenemos.
Besos veraniegos
Oooopsssssss!
¿Se puede cambiar el título ya publicado, porque a mí se ne ocurren un montòn y puse el que puse para adaptarme al tema. Supongo que a los demás les habrá ocurrido algo similar.
ResponderEliminarAnda, daños bula para la originalidad a posteriori ...
Pues a mi me gustan los títulos. Todos. Lo importante es lo que se cuenta, que es rico rico de verdad. Historias tristes y alegres, con olores y sabores, de playa y de plaza del pueblo,... Lo normal. Para cada uno el verano es diferente. ¡Sigamos contando historias! Dulce culpable, Ana, de esta avalancha de relatos venidos de todo el mundo. Casi daría para otra publicación en papel: La Esfera del Verano (como la canción del verano...).
ResponderEliminarUn abrazo a todos!!
Pues yo lo siento pero esto lo tenía escrito de otro verano y ahora no iba a cambiarle el nombre, pobretico jajajaja
ResponderEliminarSaludos
PD: El mio es el de Sucedió una noche de verano
Claro, es fácil esconderse detrás del mayestático 7 Plumas, y venga a fustigar al personal. Yo prefiero ver el vaso siempre medio lleno y valorar esa riqueza de matices, porque los veranos son así: cortos, largos, fríos, templados, calurosos, son de tarde, son de noche, de agosto, de julio...cada uno de nosotros tiene su verano particular.
ResponderEliminarYo ya he comenzado a pensar y preparar el relato de otoño, porque esto no puede quedar aquí.
Saludos veraniegos...
¡cuánta razón tienes! yo he pecado de poco original.
ResponderEliminarPero todo tiene remedio.
Un saludo "de verano"
Pues sí, tienes razón. No sirve de nada decir que dudé y que estuvo a punto de poner En el tren. Claro como fue de los primeros...
ResponderEliminarPero lo importante es la acogida de la idea. Siempre salen bien las ideas espontáneas, frescas y sencillas, como la de escribir una novela en grupo o los relatos navideños...
Además, como he dicho en otro comentario, para quien escribe, pero no puede escribir cuanto quisiera en tiempos laborales, las vacaciones son estupendísimas.